Los socialistas son los ganadores de las elecciones. Lo que no queda tan claro es cuáles son los apoyos con los que van a sostener la mayoría parlamentaria de un gobierno que el candidato del PSOE Ángel Víctor Torres aspira a presidir. El denominado bloque de la izquierda, del PSOE, Nueva Canarias y Sí Podemos acaricia la mayoría absoluta. Ya esto solo, resultado de los comicios celebrados con un nuevo sistema electoral y un Parlamento más amplio, con diez diputados más, es todo un terremoto en un territorio acostumbrado a gobiernos de CC desde hace 26. La sacudida tiene unas dimensiones considerables y sus efectos, tanto inmediatos, como a medio y largo plazo, son impredecibles.

La fuerza impulsada por Sánchez, tras ganar las elecciones generales, ha catapultado al PSOE en Canarias a unas cuotas de apoyo y escaños extraordinarios. Ahora todo depende de la capacidad de Torres para gestionar este triunfo. Para no defraudar a sus votantes, reacios a cualquier coqueteo con CC y garantizar una estabilidad suficiente para el Gobierno que aspira formar, en principio con los apoyos ya garantizados de Nueva Canarias y Sí Podemos. Con estos respaldos Torres solo tiene que encandilar al presidente del Cabildo de La Gomera y líder de Asociación Socialista Gomera.

El líder gomero Casimiro Curbelo tiene el botón rojo para activar la mayoría parlamentaria. Tanto a su izquierda como a su derecha. La habilidad de Curbelo para poder surfear en distintas olas y corrientes hace impredecible, por lo menos hasta que transcurran unos días y se tranquilicen algo las aguas, conocer a ciencia cierta a donde quiere dirigir el rumbo de Canarias. La capacidad de influencia de Curbelo, que ya era grande en la anterior legislatura, es ahora aún mayor si cabe. Capaz de poder condicionar mayorías parlamentarias que aúpen o derrumben a un Gobierno.

El hasta ahora presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, puede sentirse orgulloso de que tanto en diputados, como en porcentaje de votos y papeletas recibidas Coalición Canaria ha superado las marcas registradas en los comicios autonómicos de 2015, pero la continuidad al frente de la jefatura del Ejecutivo regional se le complica tras los resultados de ayer. Requiere de la anuencia de dos fuerzas políticas, el PP y Ciudadanos, y del respaldo de los gomeros. A priori, lo tiene más sencillo Torres para salir elegido como nuevo presidente de la comunidad autónoma.

El Partido Popular, por su parte, ha resistido mejor el proceso de autodestrucción en el que se había metido. La caída es menor de la esperada. Ahora se pueden permitir respirar y, al menos sonreír. No están muertos, como algunos habían pronosticado.

Admirable también ha sido la capacidad de resistencia de Nueva Canarias. Pese a concurrir a la cita no en las mejores circunstancias tras perder el representante con el que contaban en el Congreso de los Diputados y una sensación de agotamiento o cansancio de un modelo político con un techo infranqueable ha retenido los escaños en la Cámara regional.

Sí Podemos, por el lado de la izquierda, y Ciudadanos, por el de la derecha, son los que salen con una mayor sensación de fracaso. La formación naranja logró entrar en la Cámara, pero no con la fuerza esperada, mientras que los populistas han perdido peso específico.

Pese a la presumible pérdida de la batuta autonómica, Coalición Canaria ha logrado mantener la hegemonía en sus dos principales reductos del área metropolitana, Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, y también en el Cabildo de Tenerife. En todas estas instituciones es necesario también un entendimiento con diversas fuerzas políticas. En el caso de la capital tinerfeña, donde José Manuel Bermúdez ha logrado un acta más, el alcalde no tendrá más remedio que acudir al Partido Popular -su socio durante los cuatro últimos años- y a Ciudadanos para continuar al frente de la ciudad. Los votantes han refrendado su gestión y han entendido que el político nacionalista necesita unos años más para activar o finalizar los grandes planes de Santa Cruz: la apertura de la capital al mar, el desmantelamiento de la refinería o los planes de barrios.

También ha obtenido mejores resultados el alcalde de La Laguna, el nacionalista José Alberto Díaz, pero la suma de sus nueve actas y las cuatro de PP y Ciudadanos le dejan a un escaño de la mayoría absoluta. La unión de los socialistas, de Unidas Podemos y de Avante La Laguna, la nueva formación de Santiago Pérez, alcanza los 14 asientos necesarios para coger el bastón de mando. Luis Yeray Rodríguez, si existe conexión con Rubens Ascanio y el propio Santiago Pérez, se puede convertir en el nuevo alcalde de la Ciudad de los Adelantados. José Alberto Díaz ha mejorado su anterior registro, pero el hundimiento del PP le deja con la miel en los labios.

La fuerza de los socialistas se hizo notar en los principales núcleos del Sur, especialmente en Arona y Adeje, donde sus cabezas de lista, José Julián Mena y José Miguel Rodríguez Fraga, han vuelto a arrasar. Sin embargo, este impulso no llegó hasta el Cabildo de Tenerife, donde Carlos Alonso ha revalidado la mayoría simple. El respaldo del PP y Ciudadanos le es suficiente para regir los designios de la isla durante los cuatro próximos años.