El inicio de la campaña de las elecciones autonómicas coincidió con la difusión del sondeo del CIS, que confirmó las expectativas del bloque progresista de alcanzar una mayoría de gobierno en Canarias. El cambio de ciclo que, tras el 26M, vienen augurando PSOE, Podemos y Nueva Canarias toda la legislatura. Pero el controvertido sondeo de Tezanos también constató otro hecho clave: que la partida puede acabar en tablas en las Islas. El empate entre los bloques es de hecho ajustadísimo: el 47,6% para la izquierda, con un horquilla de 30-38 diputados; mientras la suma por la derecha quedaría ligeramente por encima: 47,9% y entre 29-38 escaños, si se suman los votos de CC, PP, Cs y Vox.

Pero el CIS, que erró especialmente en Canarias en las elecciones generales, no tuvo en cuenta que en el Archipiélago las circunscripciones son insulares y no provinciales. Cada isla presenta además singularidades políticas tan marcadas que, más que una partida de ajedrez, las elecciones son en esta autonomía un campeonato con siete simultáneas. En el que ganará la suma de los resultados de cada tablero, junto al de la novedosa lista regional. Y en el que pesará como nunca antes para conformar Gobierno, no sólo la aritmética parlamentaria sino el peso de cada política insular.

En Lanzarote, los resultados de las generales fueron buenos para el PSOE y notables para Podemos, sobre todo si se tienen en cuenta los votos de los senadores, que se aproximan más a un voto local que nacional. La fuerza de los socialistas amaga con acabar con el predominio de CC en la isla, y los posibles socios son más débiles en el bloque de derechas que de izquierdas. Además, las dos islas más orientales no cuentan en esta ocasión con un revulsivo como el petróleo para activar el voto nacionalista. Y la contención de la inmigración en Lanzarote redujo el nivel de confrontación con el Gobierno de Pedro Sánchez. La quiniela más probable a día de hoy es que el PSOE se haga con 3 de los 8 diputados, salvo que Somos Lanzarote (NC) consiga uno. CC tendría dos y uno PP, Cs y Podemos.

En Fuerteventura es la primera vez que el PSOE se hace con un senador, y se repiten como en Lanzarote los buenos resultados de socialistas y Podemos. Y aunque CC tiene buena estructura en la isla, las diferencias en el seno de Asamblea Majorera se saldaron con la salida de la política de su actual presidente en el Cabildo, Marcial Morales. Queda la duda de si hacer mudanza en tiempo de tribulaciones pasará factura a CC, aunque a día de hoy parece conservar sus dos diputados. Tres irían al PSOE y uno a Podemos y Cs, mientras el octavo podría corresponder a NC o al Partido Popular.

En Gran Canaria tiene lugar la batalla central por el voto progresista entre PSOE, Podemos y NC, que se disputan casi la mitad de los 15 diputados. Una de las incógnitas es si Antonio Morales mantendrá el tirón que logró en 2015 al arrastrar a parte del electorado de Podemos, lo que hizo que NC fuera la fuerza más votada. Ahora se enfrenta además a un PSOE crecido, con un candidato socialista eufórico y que ha afrontado la campaña criticando de forma directa y dura al presidente del Cabildo, tanto por su gestión (pese al pacto con su partido) como por el caso Amurga. NC ha advertido por ello a Luis Ibarra que está poniendo en riesgo la reedición del pacto.

Podemos conserva una base sólida en la isla, cómo demostró en las generales al mantener sus dos diputadas y alcanzar un porcentaje superior a la media nacional del partido. Es fuerte sobre todo en la capital, que será clave para los resultados insular y autonómico. De hecho, la batalla del Cabildo se decide en gran medida en Las Palmas de Gran Canaria, donde el alcalde Augusto Hidalgo parte con una posición fuerte. NC se la juega especialmente en la capital, y está por ver si habrá sorpresas en alguno de sus feudos históricos como Santa Lucía, Agüimes y Telde, donde registró en los últimos comicios una caída superior a otras convocatorias generales y quedó incluso por detrás de Podemos. Si el 'efecto Morales' no se repite y el PSOE crece como baraja Ibarra, cabría preguntarse si los 40 años de Roque Aguayro están suponiendo un desgaste para su líder y si peligraría el escaño de Román Rodríguez en la lista regional, de no alcanzar el mínimo para quitar al PSOE un diputado.

Respecto al resto de partidos, el PP baja pero tiene un suelo históricamente sólido en Gran Canaria y podría superar a Cs en la capital, pese a que la posibilidad de sorpasso del partido de Rivera al de Casado es probable en las ciudades de más de 100.000 habitantes (la excepción podría ser Las Palmas de Gran Canaria). Por último, CC registra cierta recuperación gracias a su destacada presencia en el Gobierno regional en estos años, con Pablo Rodríguez como Vicepresidente y consejero de Obras Públicas; pero sobre todo por su alianza electoral con el partido de José Miguel Bravo de Laguna, especialmente activo en el municipio de Onalia Bueno, Mogán. Los quince escaños de esta isla podrían distribuirse así: 4 PSOE, 3 NC, 3 PP, 2 Ciudadanos, 2 Podemos y uno CC, con la incógnita de si Vox robaría algún diputado por esta isla.

En Tenerife la batalla política es otra, caracterizada por la histórica rivalidad entre CC y PSOE y que se recrudeció tras la ruptura del pacto en el Gobierno regional y la llegada de Sánchez a Moncloa tras la moción de censura. En número de votos está reñido, y la coalición nacionalista también se siente reforzada tras lograr, de forma inesperada, su segunda diputada en la provincia en las generales.

Con cuatro diputados cada uno de los 15 en disputa, el resultado final de socialistas y nacionalistas dependerá de su capacidad para atraer a los indecisos tinerfeños en campaña. Y de si a ATI le pasaran factura los 25 años de gobierno; la unánime ofensiva del resto de la clase política; y el caso Grúas, que afecta a su candidato y actual presidente en funciones. Y si el PSOE, por su parte, paga algún precio por el pulso entre los Gobiernos de Pedro Sánchez y de Canarias a cuenta de las inversiones comprometidas, pero incumplidas en no pocos convenios.

En la mayoría de ayuntamientos CC mantiene su fortaleza, pero en el Cabildo pesará la capacidad de cada uno para cerrar alianzas, con un combate también sin decidir entre Carlos Alonso y Pedro Martín. En principio, la balanza parece caer del lado de la derecha: CC, Cs y PP, aunque el partido conservador de Tenerife manifiesta mayor simpatía por los socialistas que por los nacionalistas. Cómo se resuelva la ecuación en el Cabildo de Tenerife afectará más que en otras islas a la composición de los ayuntamientos, aunque haya caído en desuso la política de pactos en cascada. Además CC ocupa en la isla el mismo espacio electoral que el PP, tal y como reconocía Fernando Clavijo recientemente, frente a Gran Canaria o Fuerteventura, donde el nacionalismo nació vinculado a la izquierda. De ahí que CC pudiera disputarle votos al PP, que podría hacer con 3 escaños, frente a los dos de Cs y dos de Podemos. Y de nuevo la duda de Vox.

En La Palma el voto se ha concentrado entre el PP y API-CC, sobre todo en su estructura municipal. Pero la ola del PSOE podría reforzar al partido en la isla, que además ostenta la Presidencia del Cabildo en pacto con CC. La Palma es una isla marcada por el peso de un sector agrícola tradicional y su vulnerabilidad económica, que el proyecto de Islas Verdes trata de reactivar. De ahí la importancia de la defensa de las subvenciones, cuya voz representa el eurodiputado el PP Gabriel Mato. Podría quedar sin embargo fuera de la Cámara europea, según el CIS, aunque el liderazgo de Asier Antona como presidente regional del partido podría contener una posible bajada del PP en esta isla. Aunque también Cs cuenta con una palmera de peso en su dirección nacional, Melisa Rodríguez. Los ocho escaños de La Palma podría quedar en manos de PSOE (3), CC (2), PP (2) y Cs (1).

En El Hierro, la lideresa Belén Allende encendió la luz de alarma sobre el futuro de AHI, tras perder su senador a favor del PSOE. El motivo fue la decisión de uno de sus padres-fundadores, Tomás Padrón, de presentar candidatura propia con independientes y un escindido de CC. La batalla interna hace peligrar la hegemonía de AHI a favor del PSOE, y que el reparto de los tres diputados se haga entre PSOE, PP y CC, que podría perder el segundo. Aunque ayer el consejero herreño Narvay Quintero sostuvo que la unidad de AHI se mantendrá al menos hasta el 26M.

La Gomera tiene amplias probabilidades de volver a ser clave en esta legislatura, pese a que NC y PSOE han alcanzado un acuerdo para contrarrestar el enorme peso de Casimiro Curbelo en la isla. Su senadora se hizo con la mitad de los votos el 28A y podría volver a quedarse con tres de los cuatro diputados, frente a uno del PSOE.

Tres escenarios. Con estos tableros insulares, junto al previsible reparto de la lista regional (2-3 PSOE; 2 CC; 2 PP; 1 Podemos; 1 Cs y 1-0 NC), las negociaciones para formar gobierno tendrán lugar en el marco de tres escenarios. En el primero, el bloque progresista permitiría al PSOE volver a presidir el Gobierno canario. Lo haría con Podemos y NC como socios, si entre los tres obtuvieran un solo diputado más que les diera la mayoría. De faltar alguno, entrarían en la quiniela los escaños de la Agrupación Socialista Gomera que, aunque inicialmente parte como posible aliado de un gobierno de centro-derecha (ha apoyado a CC esta legislatura), Casimiro Curbelo ha empezado a dejarse querer por sus ex compañeros socialistas. Tiene, no obstante, una mala relación con Podemos.

El otro escenario posible sería que sume la centro-derecha canaria, encabezados por CC y con el apoyo de PP y Cs, más Vox si entrara (pese al veto nacionalista) y/o los propios gomeros. Pero en este caso la simple aritmética podría no dar como resultado un Gobierno presidido por CC, sobre todo por el veto de Cs a apoyar a un presidente inmerso en una causa judicial (el caso Grúas). Además, para evitar un Gobierno de derechas, cabría que se contrapusiera como alternativa la tercera vía, es decir un posible pacto entre los socialistas y los nacionalistas de CC.

Este tercer escenario, por el que ya apuestan sotto voce las principales fuerzas vivas de las Islas, entraña dificultades, pero tiene a su favor que podría facilitar la alternancia de ambas formaciones en la mayoría de cabildos insulares (salvo en Gran Canaria, donde se disputan la Presidencia NC y el PSOE). Este sería además el pacto más cómodo para Casimiro Curbelo, al que se ya se ha planteado su posible vuelta al redil socialista y con el que se llegó a abrir negociaciones para que retirara alguna candidatura. A la operación se opusieron los socialistas gomeros y canarios, porque era mucho lo que exigía su antiguo compañero de partido: "Me gustaría saber qué hará usted tras el 26M, si volverá o no a traicionar los principios socialistas", inquirió hace poco la dirigente del PSOE conejero Dolores Corujo a Curbelo. La mediación del PSOE nacional sería al parecer necesaria.