Más que celebrar, mucho más que en abril, pero quizás, -aunque cueste reconocerlo-, menos de lo esperado. Porque Vox se coló ayer en la fiesta del Partido Popular (PP) y, en parte, la aguó. No obstante, el líder popular y candidato a la presidencia del Gobierno, Pablo Casado, salió ayer exultante al escenario instalado delante de la sede de la calle Génova de Madrid, infinitamente más relajado y más contento que hace siete meses, cuando su partido cosechó el peor resultado de su historia.

El de ayer es mucho mejor, pero es el segundo peor de la trayectoria de los populares, que han subido de 66 a 87 escaños, con casi 5 millones de votos y un apoyo del 20,8% en las urnas. "Es bueno para el Partido Popular pero malo para España", lamentó nada más empezar Casado, quien exhibió el músculo recuperado por su partido, un 33% de escaños (en el Senado 24 asientos más) y 700.000 papeletas. "Somos la alternativa clara al gobierno de la izquierda, este partido siempre resurge para ponerse a la altura de lo que España necesita", añadió.

El líder popular reivindicó para el PP en exclusiva el liderazgo del centro derecha en España -una alusión clara, sin nombrarlo, a la debacle de Ciudadanos- y se erigió como la "única alternativa" a Pedro Sánchez, quien "ha perdido su referéndum".

Contra el presidente en funciones dirigió los únicos dardos de su intervención en la calle, ante cientos de simpatizantes y rodeado por los pesos pesados populares. Casado ve a Pedro Sánchez como el "gran derrotado" tras la pérdida de tres escaños y advirtió al PSOE de que "lo tendrá más difícil para formar gobierno"

Con todo, no quiso ayer noche cerrar ninguna puerta y avanzó que serán "exigentes" con los socialistas porque "España no puede esperar ni estar pendiente de intereses personales", pero también que ejercerán su "responsabilidad" con el objetivo de que no haya más bloqueos.

Unas palabras en las que algunos han querido ver una posible inclinación del PP a sentarse a negociar con el PSOE. "A ver qué plantean...", remató.

Horas antes, nada más conocerse los primeros resultados que avanzaban la pérdida de apoyos de los socialistas, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, no se anduvo con miramientos: "Si caen en escaños, Sánchez debe irse". Con todo, el gran crecimiento en votos de Vox contuvo las ansias de celebración de los populares. Su jefe de filas quiso ayer noche marcar ya distancias con el partido de Santiago Abascal al hablar del PP como una fuerza "moderada, tranquila, constitucional, que defiende la unidad nacional, el empleo y ejerce la política de forma responsable".

Casado siente el aliento de Vox, que les ha arrebatado un feudo histórico del PP como es Murcia, donde los segundos ganaron y sacaron más de 10.000 votos a los primeros. También logró colarse Vox por delante en varias provincias de Andalucía: Cádiz, Almería, Sevilla y Huelva.

Por tanto, la fiesta fue ayer contenida ante la sede de la calle Génova, donde días atrás la euforia ante las encuestas hizo colocar el listón de expectativas muy alto, al pensar en un empate técnico con los socialistas o incluso en un vuelco electoral. Han vuelto a quedarse sin diputados por el País Vasco, pero por contra suman uno más, dos en total, en la difícil plaza de Cataluña. Casado cerró con un mensaje optimista: "Este partido volverá a liderar el futuro de España muy pronto".