El bloqueo político y la falta de acuerdos entre los líderes han condenado al país a las cuartas elecciones generales en cuatro años, lo que recuerda a un capítulo de serie de ficción. La realidad supera en este caso a cualquier episodio de House of Cards o de El ala oeste de la Casa Blanca, títulos que se han convertido en referentes de la pequeña pantalla. Muchos de los candidatos a presidir el Gobierno han confesado su interés por este tipo de series, lo que lleva a pensar que en ocasiones los jefes de las formaciones en España reproducen muchas de las actitudes que ven en los protagonistas de estas tramas.

Tras los resultados de las elecciones generales del 28A, los partidos comprobaron lo difícil que es lograr una mayoría parlamentaria. Sumar 176 escaños o superar una investidura con mayoría simple resultó imposible en los anteriores comicios, lo que recuerda a la famosa serie danesa Borgen, emitida entre 2010 y 2013. Una representación pragmática y realista de la política. En la serie se descubre cómo el poder solo se sostiene a través de concesiones y pactos, permitiendo un delicado equilibrio que siempre se está tambaleando. La protagonista, la primera ministra danesa Brigitte Nyborg, tiene grandes dudas a la hora de negociar con unos o con otros para llegar a un acuerdo que permita un gobierno estable aunque finalmente lo consigue. Está claro que este no ha sido uno de los referentes de los políticos españoles.

En la trama, desarrollada por Adam Price, puede verse de manera progresiva la pérdida de la inocencia inicial de la protagonista a medida que el desgaste político va haciendo mella en su coalición y en su propia vida personal. Trasladándolo a la realidad política española puede verse cierta similitud con el desgaste de políticos como Pablo Iglesias, líder de Podemos, o Albert Rivera, líder de Ciudadanos, dos personajes que aterrizaron en el panorama nacional con una ideología muy definida, con ideas frescas, y que se han ido desinflando. Algunos los acusan de perder su esencia y acercarse cada vez más a los partidos tradicionales, lo que ha repercutido en sus resultados electorales.

Amigos y enemigos

El argumento de este tipo de producciones gira en torno a una idea: retratar la capacidad humana de aliarse con amigos y enemigos en función de los intereses para conseguir los propios fines. Y en esto los políticos españoles tienen un máster. Las alianzas entre los partidos de izquierda o de la derecha, poner o no líneas rojas a Vox según convenga, o incluso plantearse un pacto de Estado entre PP y PSOE, son solo algunos de los ejemplos que pueden verse cada día en el telediario.

Muchos apuntan a Borgen como la heredera de la histórica serie política El ala oeste de la Casa Blanca. Siete temporadas y 156 episodios que aunque estéticamente han envejecido, mantienen la misma fuerza en sus guiones. Nunca una serie cuya trama principal fuera la política había triunfado en la pequeña pantalla y esta se convirtió en una de las series más galardonadas de la historia.

El creador, Aaron Sorkin, buscó plasmar en los episodios una forma de hacer política limpia, donde los ideales son importantes. Varios de los capítulos muestran como funciona una campaña electoral desde dentro y como medir los tiempos a la hora de dar una noticia del partido. Muchos de los líderes españoles han reconocido haberla visto. Esteban González Pons, vicepresidente del Grupo Popular Europeo en Bruselas, reconoció incluso que los políticos "tendían a imitarla".

Ambición

House of Cards es otro de los títulos más famosos entre las series de ficción política. La historia del senador Frank Underwood, su esposa Claire y su extrema ambición por conseguir el poder han llamado la atención de millones de espectadores en el mundo. Un enfoque mucho más oscuro, donde no existen dilemas morales y cualquier medio es válido para lograr el poder. Es una sátira, una exageración de lo peor de la política, pero ¿qué paralelismos encontramos en la realidad? Muchos. La política aparece como una continua lucha de egos donde todo se reduce a gestos egoístas donde el que gana es el que queda por encima, no el que dialoga. Esto recuerda mucho a las conversaciones entre Sánchez e Iglesias para intentar formar Gobierno tras las elecciones del 28A.

Otro de los aspectos que se extraen de la serie creada por Beau Willimon es la guerra entre líderes por ver quién escupe más lejos. El paralelismo está en la forma que han tenido los políticos españoles de abordar los conflictos en Cataluña. No coger el teléfono o exigir aplicar el artículo 155 son las únicas ideas que los dirigentes han puesto sobre la mesa.

La manipulación y la censura a los medios de comunicación son otras de las cuestiones en las que profundiza House of Cards. Y aunque en la serie estos temas se trata desde la exageración, en España existen casos más moderados. Las famosas cloacas de Podemos o la censura de Vox a algunos medios de comunicación progresistas, trasladan a la realidad las tramas que vive Underwood en la pequeña pantalla.

En la ficción española también hay ejemplos de series que muestran la realidad política del momento. Una de ellas es Crematorio, una producción de tan solo ocho capítulos que ofrece un retrato de la corruptela y de la criminalidad afincadas en la costa levantina en 2008. Jorge Sánchez Cabezudo, su creador, fue capaz de mostrar los excesos de la construcción con el beneplácito de las autoridades y convertirse en uno de los pocos en atreverse a abordar el tema de la política en España.

No hay similitudes con los actuales líderes de los partidos, pero sí con muchos miembros de sus formaciones. Ofrece un reflejo de cómo los casos más graves de instituciones corruptas no provocan nunca la dimisiones que serían razonables. En el mundo real los ejemplos podrían ser: la financiación ilegal, el caso Bárcenas, las filtraciones periodísticas para debilitar opciones políticas que se consideran peligrosas, etc.

"En España se dan todas las condiciones para que haya una serie política de verdad, pero siempre se ha preferido reflejar desde la sátira", explica Anna Tous, editora del libro La política y las series de televisión: entre el cinismo y la utopía.

Modelos geográficos

Tous apunta la existencia de modelos geográficos que marcan las temáticas de las series políticas. Por un lado, el modelo mediterráneo, más centrado en la corrupción; por otro lado, el modelo centroeuropeo, donde la temática gira más en torno a la conciliación laboral y familiar. Y, por último, la editora habla de un modelo liberal anglosajón donde predominan las luchas de poder en el capitalismo.

Los políticos españoles también se han fijado en la premiada serie Juego de Tronos. En 2005, Pablo Iglesias incluso llegó a regalar al rey Felipe VI una temporada de la producción. Para el líder de Podemos, Khaleesi, la reina de dragones, representa el espíritu del partido. "Al igual que en la serie, sentimos la imperiosa urgencia de tener que hacer algo para cambiar este desastre y empezar a hacerlo ya", declaró Iglesias entonces. Ahora, ya conocido el final, Iglesias no diría lo mismo.

Título: 'Crematorio'

País: España

Años emisión: 2011

Creador: Jorge S. Cabezudo

Temporadas: 1

Título: 'Borgen'

País: Dinamarca

Años emisión: 2019-2013

Creador: Adam Price

Temporadas: 3

Título: 'El ala oeste de la Casa Blanca'

País: EEUU (1999-2006)

Creador: Aaron Sorkin

Temporadas: 7

Título: 'House of Cards'

País: Estados Unidos

Años emisión: 2013-2018

Creador: Beau Willimon

Temporadas: 6