Muchos creen que el líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se está jugando su futuro con la bala de plata de la repetición de elecciones para las que también es candidato, decisión que tomó sin posibilidad de vuelta atrás tras su frustrada investidura de julio por el rechazo de Unidas Podemos a su oferta de una vicepresidencia y tres ministerios. Por tanto, Sánchez culpa del actual bloqueo político, en primer lugar, a la formación morada, pero amplía la responsabilidad a los dos partidos de la derecha, PP y Cs, por negarse a una abstención que evitara esta nueva cita con las urnas del 10-N. De este análisis por parte del candidato socialista y de su entorno surge la estrategia que lleva a cabo desde septiembre y que reafirma en la campaña oficial iniciada el viernes: ampliar el caladero electoral a otros sectores más moderados y buscar votos en el centro para tratar de lograr una mayoría que le permita formar un Gobierno en solitario, aunque necesitado de apoyos parlamentarios.

Es la ansiada investidura que se le resiste desde hace casi cuatro años cuando se presentó por primera vez en 2016 por la espantada de Mariano Rajoy (PP), tras las elecciones de diciembre de 2015. Aunque Sánchez, tras muchos avatares en el seno del PSOE y en la vida política española, logró la presidencia con la moción de censura contra Rajoy en junio del año pasado, volvió a fracasar en su intento de una investidura en positivo en julio pese a su victoria del 28-A, y se negó a intentarlo en septiembre por el insistente bloqueo parlamentario previsto. Y es "ahora sí", como reza el lema socialista de campaña, cuando cree que la sociedad española ha tomado nota de que la situación no puede continuar así sin riesgo de un grave retroceso político, económico y social, con el agravante de la crisis territorial en Cataluña, y por eso está convencido de que logrará ese apoyo que permitirá la gobernabilidad.

Gurú en materia de comunicación

La estrategia, ideada según todos los indicios por su jefe de gabinete y gurú en materia de comunicación, Iván Redondo, tiene sus riesgos, tal como señalan muchas de las encuestas privadas que se están publicando, que no solo no le garantizan un crecimiento suficiente para ese objetivo, sino que incluso algunas le auguran un leve retroceso. En contraste con estos sondeos, la macroencuesta del CIS difundida esta semana pero realizada incluso antes de la sentencia del Tribunal Supremo condenando a los líderes independentistas por el 'procés' y de la reacción que la misma ha provocado en Cataluña, incluidos graves disturbios en Barcelona, sí avalarían la jugada de Sánchez y, con entre 133 y 150 escaños, le concederían la posibilidad de elegir el signo político del posible socio con el que pactar.

Para ello, Sánchez está exponiendo su perfil menos izquierdista, aunque cree que ese sector de su electorado lo ha logrado activar con la exhumación de Franco de la tumba del dictador en el Valle de los Caídos, una cuenta pendiente que tenía la democracia española que él ha conseguido saldar. Pero evita el cuerpo a cuerpo con el candidato de Unidas Podemos. Pablo Iglesias, y trata de atraer a ese votante centrista o moderado supuestamente decepcionado con la deriva derechista del líder de Cs, Albert Rivera, apelando a "romper el muro del bloqueo" y por tanto a la gobernabilidad, y enfatizando los mensajes contra el independentismo catalán. Un ejemplo es su intento de retirar del programa socialista la propuesta de reforma constitucional pro federalista que defiende el PSOE desde 2013 y que las presiones de los socialistas catalanes le han obligado a rectificar. La apuesta de Sánchez por el votante de centro le puede sin embargo hacer perder posiciones en aquel voto de izquierda que él logró movilizar en abril y que ahora podría optar por otras alternativas, como Más País, la opción surgida de la mano de Íñigo Errejón, o esa abstención que tanto temen en las filas socialistas.

A por el sexto escaño

Canarias es uno de los territorios donde el PSOE y el propio Sánchez confían en que podrían mejorar sus resultados respecto a abril. Los socialistas canarios también creen que el contexto en el que van a las urnas otra vez es mejor que entonces y que podrán superar los cinco escaños en el Congreso que consiguieron entonces. El CIS, de hecho, les da el tercer diputado por Santa Cruz de Tenerife, que con los tres que volverían a lograr en Las Palmas sumaría seis. El PSOE canario mantiene a todos sus candidatos que formaron las listas electorales del 28-A, con Elena Máñez encabezando la plancha de la provincia oriental y Héctor Gómez la de la circunscripción occidental, y hay pleno convencimiento de que la ola electoral a su favor se mantiene tras la victoria del 28-A y los buenos resultados en las autonómica y locales de mayo. Creen que la llegada del PSOE a muchas instituciones, y en especial al Gobierno de Canarias, desbancando a CC tras 26 años en el poder, les favorece claramente, y que mejoran sus expectativas porque la gestión socialista en todos estos ámbitos está siendo bien valorada por los ciudadanos, y muy especialmente la imagen del presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres.

La campaña electoral en Canarias coincide precisamente con la presentación de los primeros presupuestos regionales del nuevo Ejecutivo surgido del 'pacto de las flores', en los que se confirma la clara apuesta de los socialistas y sus socios por una agenda social y de mejora de las condiciones de vida de los más desfavorecidos, muy oportuna precisamente cuando la evidencia de una desaceleración económica en Canarias amenaza con nuevos retrocesos en el empleo y con golpear otra vez a los más pobres. Y consideran también en el PSOE regional que las relaciones con el Gobierno central han entrado en una fase de colaboración y de negociación que está siendo mucho más efectiva para los intereses del Archipiélago que la confrontación que marcó la última etapa del anterior Ejecutivo de CC.

Gobierno "empático"

De entrada, entienden que el Estado se ha volcado con Canarias en la gestión de las dos crisis importantes sufridas en estos meses: el devastador fuego que se desató en Gran Canaria en agosto y la quiebra de Thomas Cook en septiembre. Se han aprobado ayudas y medidas importantes para paliar la situación de los afectados por los incendios, en tanto que en el tema turístico se han aprobado medidas para recuperar la conectividad perdida por el cierre del turoperador británico. Si Sánchez logra formar gobierno tras el 10-N, este será "empático" y "próximo" con Canarias y sus retos de futuro, aseguró el candidato del PSOE en su visita a las Islas el pasado fin de semana, en un acto en el que los socialistas lograron dar una sensación de plena movilización.

Los viajes a Madrid en las últimas semanas por parte de Torres y sus consejeros socialistas son constantes en busca de compromisos que den la idea de que la agenda canaria en Madrid se impulsará si el PSOE sigue gobernando, y que los grandes temas pendientes como la financiación autonómica, la deuda inversora , o el desarrollo y ejecución de los convenios de infraestructuras, tienen hoja de ruta trazada, superando las dudas y los vaivenes que han dominado las acciones del Ejecutivo central en los últimos tiempos. El 10-N es para los socialistas canarios la ocasión para el punto de partida de una nueva etapa de cuatro años de convivencia y complicidad plena entre los dos gobiernos.