La Ley D'hont, el sistema electoral de cálculo vigente en España, vuelve a estar en el centro de la polémica tal y como ocurre todas las elecciones. Creado por el jurista belga Victor D'Hondt a finales del siglo XIX, este método divide el número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción.

Lo que marca la Ley D'hondt es que hay que dividir el número total de votos que ha recibido un partido por 1, 2, 3, 4 y 5, es decir, los cargos electos que se disputan en cada circunscripción. De todos los resultados obtenidos, los cinco diputados se asignan a las cinco cifras más altas, independientemente del partido que sean. Eso sí, para poder aspirar a obtener representación, hay que lograr un mínimo del 3% del total de los votos.

En caso de empate, el escaño se le otorga a la formación con mayor número de votos, aunque esa posibilidad es muy remota ya que las cifras no suelen ser redondas.

El sistema electoral del Congreso de los Diputados

El sistema electoral del Congreso de los Diputados. Vídeo: Congreso de los Diputados/Youtube

El número de diputados que se asignan a cada circunscripción también es proporcional según el número de habitantes.

Lo que provoca la Ley D'hont es que si un partido tiene repartidos sus votos en varias circunscripciones pueda obtener menos escaños que un partido con mucho apoyo en una sola provincia, como suele ocurrir entre un partido nacional como IU y otro autonómico como PNV.

Este reparto proporcional beneficia tanto a los grandes partidos políticos como a los partidos nacionalistas, aunque permite un acceso más sencillo a las formaciones más pequeñas, al contrario que con otros sistemas de proporcionalidad como el directo (que utilizan por ejemplo EEUU y Reino Unido), en el que la fuerza más votadas en cada circunscripción se lleva todos los escaños.