Elecciones 28M

Elecciones en Canarias: ¿Qué es el voto en blanco y a quién beneficia?

Esta opción no supone un rechazo al sistema, pero sí a los partidos que concurren a ellas

Una persona inserta una papeleta en la urna de votación

Una persona inserta una papeleta en la urna de votación / Agencias

El 28 de mayo Canarias vuelve a las urnas en las elecciones municipales, autonómicas y a los Cabildos. Los ciudadanos de todo el país que cumplan los requisitos necesarios tendrán la oportunidad de depositar su voto en las urnas. Pero, aquellos que, por el motivo que sea, no quieran apoyar a ninguno de los partidos políticos en los comicios, tendrán la posibilidad de votar en blanco, de depositar un sufragio nulo o de abstenerse.

¿Pero, qué es realmente votar en blanco y qué consecuencias tiene?

El voto blanco se da cuando dentro del sobre no hay nada. Es decir, una persona ha ido hasta el colegio electoral y en su sobre no ha metido ninguna papeleta. Según la actual Ley Electoral española, esta clase de voto se considera válido, por lo que se suma a los votos obtenidos por las diferentes candidaturas para hacer el reparto de escaños.

Es aquí cuando entra en juego la ley d'Hondt, el sistema de cálculo proporcional utilizado en el sistema electoral español en todas las elecciones, ya sean autonómicas, municipales o a los cabildos. Conforme a este, en cada circunscripción se excluye primero a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, un mínimo de los votos válidos emitidos, mínimo que es diferente en cada elección. Así, al incluir los votos en blanco una candidatura necesita más votos para lograr un escaño.

Las candidaturas municipales y a cabildos deben conseguir un mínimo del 5% de los votos totales para acceder al reparto de escaños, en su caso concejales y consejeros. Para entender esto, es mejor utilizar un ejemplo: en una circunscripción imaginaria en la que ha habido 1.000 votos a candidaturas, 200 en blanco y 50 nulos, teniendo en cuenta solo los votos a candidaturas, un partido necesitaría 50 votos para conseguir un escaño, mientras que al tener en cuenta los votos en blanco serían 60 los votos requeridos para lograr concejalía o consejería.

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Sistema electoral canario

El caso autonómico, donde rige el sistema electoral canario diseñado en el Estatuto de Autonomía, también aplica la ley d'Hondt aunque los topes son otros. Para empezar, en las elecciones autonómicas de Canarias hay dos urnas, una para la circunscripción insular y otra para la regional.

En las circunscripciones insulares, solo se tienen en cuenta las candidaturas que obtienen, al menos, el 15% de los votos válidos de su circunscripción insular o el 4% de los votos emitidos en toda la Comunidad, sumando los votos obtenidos en todas las circunscripciones insulares.

Para la circunscripción regional, las candidaturas que se tienen en cuenta son las que logran, al menos, el 4% de los votos válidos emitidos en la totalidad de la Comunidad Autónoma.

Las candidaturas, tanto municipales como insulares y autonómicas, que superen los mínimos establecidos en cada caso se van distribuyendo los escaños en función de los votos obtenidos.

¿A quién favorece y a quién perjudica el voto en blanco?

Por lo tanto, en teoría, esta forma de voto perjudicaría a los partidos pequeños porque la misma ley d'Hondt les perjudica en las circunscripciones pequeñas. Sin embargo, el profesor de Ciencia Política de La Universidad de Málaga Manuel Arias asegura que en la realidad ni beneficia ni perjudica porque no es común que los partidos se queden en el límite de votos para conseguir escaño.

Ahora bien, esta clase de voto tiene un significado claro: al igual que el voto nulo se considera "gamberro" y de enfado, el voto en blanco transmite la idea de que la persona está de acuerdo con el sistema electoral pero "no le satisface ninguna opción", según Arias.