El presidente del PP, Pablo Casado, ha asegurado este domingo que si gobierna tras las elecciones del 28 de abril no va a permitir que en España "manden terroristas, independentistas y comunistas", en referencia a los "amigos" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En un acto en Córdoba, junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el candidato al Congreso por Madrid, Miguel Abellán, Casado ha considerado "inadmisible" ver al líder de Bildu Arnaldo Otegi "vanagloriarse" de las "innumerables llamadas del PSOE para aprobar sus decretazos".

Ha estimado que si gobierna el PSOE, Sánchez tendrá "de ministro de Interior a Pablo Iglesias, de Exteriores a Puigdemont, de Justicia a Torra" y ahora a Otegi que "igual es de Defensa", algo que el PP "no va a permitir".

Tras recordar a los "compañeros" asesinados por ETA, Casado ha calificado de "indignidad democrática" que el gobierno del PSOE, que "también ha sufrido víctimas", esté "rogando los votos de Bildu", algo que "ocurre igual" con los independentistas, a los que "no niega el indulto" o la "consulta de autodeterminación".

El presidente del PP ha afirmado que Sánchez está "dispuesto a darles todo", por lo que en la cita electoral del 28A se decide, a su juicio, la "disolución de España tal y como la conocemos" o "mantener nuestro sistema democrático" actual.

Alusión a "la España vacía"

Por otro lado, Casado ha señalado la importancia de la economía en la campaña, algo de lo que "no hablan otros partidos", y se ha comprometido a la eliminación o modulación de los impuestos de Patrimonio, Actos Jurídicos Documentados, Sucesiones y Donaciones o la rebaja del IRPF por debajo del 40 por ciento.

El objetivo es "estar con la economía real" con un modelo "diferente" al del PSOE, y ha recordado que Pedro Sánchez "tenía de referente el Gobierno de Andalucía" anterior que "ocultaba andaluces en las listas de espera" o destinaba 5.000 millones de euros para "corruptelas de sus amigos" en lugar de paliar el "paro masivo" en la región.

Casado ha aludido a la "España vacía" en la que el mundo rural es "fundamental" y que se mantiene con el sector agroganadero, pero también con el de "la tauromaquia o de la caza", a los que ha prometido defender al ser manifestaciones "culturales, patrimoniales y artísticas indisolubles a la propia tradición" de España.