Klingele Embalajes Canarias comenzó su trayectoria en la década de los años sesenta del siglo XX. Concebida originalmente como una fábrica de papel, las carencias de agua y el coste energético del Archipiélago la empujaron a apostar por la fabricación de planchas y cajas de cartón ondulado. «La idea fue impulsada por el agricultor tomatero Hernán Cortés con el apoyo del industrial Werner Klingele, propietario del grupo alemán Klingele. La participación societaria de este grupo ofrecía además de una larga trayectoria y experiencia en su país de origen, Alemania, un gran conocimiento del mercado español», relatan desde la empresa.

Klingele lleva más de cuarenta años exportando a África desde Canarias, concretamente a Senegal y Mauritania. En donde cuenta con tres plantas. También se exporta a Sudamérica y desde el archipiélago se coordinan las plantas de Cuba y Las Antillas Francesas. «La exportación es una estrategia vital para seguir manteniendo el tejido productivo de las islas, además del empleo y el bienestar de los canarios», relatan desde la empresa, que ha adquirido la mejor máquina rotativa que hay en Canarias y parte del África Occidental. «Con esta tecnología damos un salto de gigantes y marcamos un hito histórico en Canarias al situarla a la vanguardia de la tecnología de producción e impresión de embalajes para la agricultura y la industria», afirman.

En Klingele están convencidos de la necesidad de proteger y cuidar el entorno. «Es por ello que fabricamos embalajes de cartón totalmente reciclables que producen una huella de carbono muy pequeña, ya que van en una sola dirección y no retornan al origen, salvo convertidos en bobinas de papel reciclable que se usará para elaborar más embalajes de cartón no retornable. Generamos economía circular sostenible. Así mismo apostamos por las energías limpias al implantar una planta fotovoltaica en nuestros tejados», concluyen.