Perfil
‘La Ventana’ que mira a ‘Isla de Ferro’
Alexis W reaperece en el barrio de El Gusano con un proyecto expositivo llamado 'La Ventana'

Retrato de Alexis W (El Pinar - El Hierro, 1972), impulsor de ‘La Ventana’. | ALEXIS W.

Abrir una ventana es un acto reflejo que desencadena mirar hacia el exterior o airear el interior. La decisión es suya. La de Alexis W (El Pinar, 1972) ha sido abrir un espacio expositivo 24/7 en el barrio de El Gusano con el objetivo de agitar los pensamientos de sus vecinos. «Hay mucho que ganar y poco que perder», cuenta sobre un proyecto free [gratis] que no persigue agrandar su cuenta corriente. De hecho, seguro, que no es la primera vez en las últimas semanas oye frases como «se lo van a comer las moscas o no vas a ganar ni ‘pa’ chochos». La Ventana, la sala inaugurada el pasado sábado en El Pinar (El Hierro), se activa con el propósito de agitar un sentimiento de pertenencia propio que nació con susto incluido. Y es que al igual que en una boda puede darse algún imprevisto con el traje de la novia o el banquete, aquí se detectó un error en la recepción de las órdenes que obligó a poner sobre la mesa unas horas extras para solventar el problema. «Hay un color que no era el que estaba previsto, pero lo estamos solucionando», desveló el protagonista de esta historia 48 horas antes del estreno.
«Ya no sueño con Madrid, ahora mi obra crece en casa; en la tierra donde soy feliz», sentencia un fotógrafo que vivió sus años locos en Madrid y en Berlín antes de tomar la decisión de regresar al terruño para crear huellas imborrables como Isla de Ferro. En el corazón de la capital madrileña tomó las riendas de un bar, llegó a retratar a cientos de clientes anónimos y tejió algunas alianzas vecinales para levantar experiencias artísticas como La ventana indiscreta: «Si ellos no me dejaban el balcón para colgar mis fotografías no había nada que hacer», cuenta sobre una conexión que lleva trabajando hace años en suelo herreño: «Quiero que sientan que este espacio es suyo, que les pertenece los siete días de las semana y las 24 horas del día porque es lugar que siempre va a estar abierto», avanza sobre una iniciativa en la que todos los clanes familiares de la zona «tienen algo que decir», cuenta un creador que lleva más de dos décadas fotografiando las «heridas» del paso del tiempo.
Alexis aparece en el ecuador de una familia de siete hermanos [cuatro chicos y tres chicas], nunca fue un buen estudiante y con veintipocos hizo el petate y voló a Madrid. «Fue la universidad en la que nunca estuve, la ciudad en la que empecé a retratar a Canarias desde la distancia... A muchos isleños asociados con la cultura que encontraron en Madrid la plataforma desde la que impulsar sus carreras de actor, artistas, cantantes, fotógrafos, periodistas... Todo lo que soy se lo debo a esos años », agradece un artista que ha expuesto muchas de las aventuras que nacieron en los márgenes de la Gran Vía en TEA Tenerife Espacio de las Artes o en el Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canaria. Esa, con otras medidas y objetivos, es el fin que persigue en La Ventana.
Nadie tiene la llave que abre la sala de exposiciones inaugurada el sábado porque siempre está abierta; todos tienen a algún conocido en los 24 retratos [metidos en jaulas] que pretenden ser el alma de El Gusano, el espacio vecinal que habitan o habitaron [algunos ya han fallecido] los inquilinos de un núcleo inmortalizados en dos docenas de imágenes. «Me gustaría dar forma a algo parecido a lo que crece alrededor de La Pinochera o Lava Circular», pone como ejemplos Alexis W. «Siento que aquí todo es posible y puedo seguir buscando las aristas del ser humano», resuelve un retratista que buscó esa conexión con boxeadores, prostitutas, familiares de desaparecidos de la Guerra Civil... «Mi viaje ahora es de aquí a la esquina, ya no persigo grandes cosas... Un día te levantas y ves que te han caído 53. A partir de ahí rebobinas tu vida para ver lo que has hecho y lo que te falta por hacer. La mayoría de las cosas que están por venir tienen que pasar aquí, en casa», desvela el moldeador de Isla de Ferro.
Investigar la amplia gama de colores que se pueden lograr a partir de la mezcla del sulfato de hierro con elementos como el cemento es el punto de partida de una ventolera creativa que ya dura dos décadas, más de 20 años experimentando al aire libre herreño con oxidaciones que se transforman en tonalidades naranjas, rojizas u ocres. El universo sobre el que emerge su Isla de Ferro, un mundo que ahora se puede ver desde La Ventana de Alexis W. n
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