Entrevista | Javier Pantoja Trigueros Director del Organismo Autónomo Parques Nacionales

Parques Nacionales califica el Mar de las Calmas como un "tesoro irrenunciable"

Javier Pantoja Trigeros, director del OAPN, asegura que el deseo "no es imponer, sino estar en el mismo bando de las instituciones canarias y gestionar"

Javier Pantoja Trigueros.

Javier Pantoja Trigueros. / E.D.

Jorge Dávila

Jorge Dávila

Santa Cruz de Tenerife

Todo apunta a que el Mar de las Calmas está al borde de una declaración histórica.

Si todo va bien y quieren las Cortes será el primer parque nacional cien por cien marino. Esta catalogación va a marcar un antes y un después porque incorporamos a la red un modelo que no estaba representado: con las emanaciones de gases submarinas del volcán Tagoro cubrimos todos los sistemas naturales posibles. 

El proceso ha sido largo y aunque ya casi se ha hecho realidad sigue generando algún que otro sobresalto.

Éste es un mérito repartido entre todas las personas que han defendido durante más de una década la tremenda riqueza natural que existe en el Mar de las Calmas. Un parque nacional no se pone en cualquier sitio y en dos días, sino que es el fruto de una suma de esfuerzos durante muchos años. Esto no hubiera sido posible sin la sensibilidad y el cuidado que ha puesto El Hierro para conservar a buen recaudo unos sistemas artesanales y culturales que han posibilitado dar forma a un espacio único. 

¿Qué destacaría de la aún candidatura herreña?

Su biodiversidad marina es espectacular. Por un lado están los cetáceos, con las dos variedades de zifios que residen en aguas del Mar de las Calmas, pero es que de las 23 que tenemos localizadas en España catorce son habituales en la reserva marina herreña. Otra de las cuestiones más interesantes tiene que ver con el sistema natural de emanaciones gaseosas del Tagoro porque, sin duda, es un volcán que puede agitar el mundo de la investigación científica. Tampoco nos podemos olvidar del valor que tiene el sistema de pesca tradicional de la Isla, que ha sabido autorregularse para mantener vivo a un sector con unas artes selectivas y que la ley del futuro parque nacional considera como un bien a proteger.

"Sinceramente, no creo que haya un solo habitante en El Hierro que no esté orgulloso por lo que va a ocurrir en los próximos meses"

Javier Pantoja Trigueros

— Director OAPN

Habla de un gran laboratorio marino, ¿no?

La red de parques nacionales, además de proteger y fomentar su uso público, tiene entre sus objetivos convertir estos ecosistemas en laboratorios de investigación... De lo que se trata es de rentabilizar los resultados obtenidos de esos estudios para mejorar su gestión. La gran ventaja que tiene el Mar de las Calmas sobre otros enclaves naturales es que todo lo que nos aporten los científicos lo podremos utilizar en un escenario reservado al conocimiento marino.

¿Dónde coloca las principales dificultades para hacer realidad un proyecto que actualmente se encuentra en exposición pública antes de ser remitido al Consejo de Gobierno y que se abran los trámites parlamentarios?

Han sido diez años con avances y paradas, analizando la viabilidad del parque pero es verdad que en el último año y medio los avances han sido considerables. La parte que yo mejor conozco de primera mano ha sido enriquecedora y espero que en El Hierro tengan la misma impresión. Todos los meses hemos trasladado a la Isla un equipo de trabajo para recoger la información más directa y precisa con las personas y colectivos que han querido reunirse con nosotros. Las puertas de este organismo siempre están abiertas al diálogo.

¿Y les han escuchado?

Hemos hablado con elCabildo, con los tres ayuntamientos, con el Gobierno de Canarias, con los vecinos, con los pescadores, con los empresarios... De largo, éste es el proceso participativo más amplio de todos los que se han hecho antes de declarar un territorio parque nacional. Nosotros no hemos excluido a nadie en todo este proceso porque somos conscientes del valor real que tiene esta apuesta: el Mar de las Calmas es un tesoro irrenunciable. Estamos haciendo lo imposible para construir un espacio de encuentro en torno a un enclave natural que tendrá un encaje especial en la red nacional. 

Vista del Mar de las Calmas desde El Pinar.  | GELMERT FINOL / EFE

Vista del Mar de las Calmas desde El Pinar. / GELMERT FINOL / EFE

¿Algunas voces críticas no han cesado?

Muchas veces buscar esas posiciones de consenso implica tener que decir que no a unas actividades que son incompatibles con lo que tiene que ser un parque nacional. El objetivo final de las dos partes es minimizar al máximo los posibles conflictos que se puedan dar por un mal uso de un espacio que debe tener un control exhaustivo. Por esta razón se modificó una propuesta inicia del OAPN para separarnos de la costa y que afectara lo menos posible a la pesca recreativa, en especial, la que se hace desde tierra con caña. Mi sensación es que todo el mundo, más o menos, está conforme con la idea que vamos a plasmar pronto en el Mar de las Calmas.

El organismo que usted dirige se ampara en la ley para liderar su gestión, algo que algún sector de la sociedad herreña quiere que recaiga en una institución insular. Ante eso ustedes han invitado al Gobierno de Canarias y alCabildo a que tengan presencia en una mesa de coordinación. ¿Cree que es la fórmula más acertada?

El hecho de escuchar a todo el mundo –la pasada semana el director del OAPN se reunió en la isla más meridional con el presidente del Cabildo, los tres alcaldes y representantes de colectivos locales–nos ha permitido introducir en el anteproyecto de ley un elemento que es novedoso, que no se ha usado nunca. En esa mesa de la que habla lógicamente estaremos nosotros y van a estar representantes del Gobierno de Canarias y del Cabildo de El Hierro. Éste es un parque que no toca costa, pero en parques nacionales entendemos que el Mar de las Calmas va a adquirir una gran repercusión en la economía local y nuestra intención no es excluir a nadie. 

¿Alguno sí que parece sentirse fuera?

Pero no porque nosotros lo hayamos dejado fuera. Insisto, nuestro deseo no es imponer sino estar en el mismo bando de las instituciones canarias y gestionar de la manera más eficaz posible un espacio con un gran potencial para la investigación y la economía local.

¿Parques nacionales le está echando el ojo a otros espacios del Archipiélago para ampliar su selecto catálogo?

¿En el ámbito marino o en referencia a otros territorios de Canarias que puedan ser declarados parques nacionales?

En los dos, marino o terrestre.

Los criterios para determinar qué zonas son potencialmente favorables para terminar siendo un parque nacional son muy rigurosos. De hecho, el año pasado desarrollamos un seminario en el que se evaluaron algunos lugares pero sin la rotundidad con la que se ha avalado al Mar de las Calmas. Ésta siempre nuestra mejor y única candidatura en el caso de que un día se ampliara la red de parques nacionales. Sobre esa realidad trabajamos para que ocurra en el menor tiempo posible. La parte ligada al desarrollo científico es básica, pero no la única que se tiene en cuenta a la hora de construir una opción preferente: ahí se miran otras cuestiones que tienen que ver con aspectos culturales, sociales, económicos... Si en 107 años sólo han entrado 16, cuatro de ellos localizados en Canarias, ya puede imaginarse lo difícil que es ser un parque nacional. Es una figura de máximo reconocimiento, la única que se establece por ley en las Cortes Generales y no entra en nuestros planes que existan cientos de parques nacionales... Lo normal es que sean zonas con un alto grado de exclusividad por los valores que he ido comentando en la entrevista. Por eso cualquier posibilidad que exista o se quiera promover hay que analizarla con lupa durante mucho tiempo como ha sucedido en el caso del Mar de las Calmas. Estamos hablando de una seguridad jurídica enorme, porque se trata de una ley, y cualquier paso en falso puede ser crucial para que una propuesta llegue a buen puerto o se quede en el camino. 

"Sólo en el caso de que se pongan en contacto con nosotros se activarían los mecanismos para determinar si la prueba en cuestión se puede hacer o no, pero a día de hoy no hay nada porque no se ha presentado ningún proyecto para la Vuelta"

Javier Pantoja Trigueros

— Director del OAPN

Canarias, con cuatro de dieciséis, es un territorio privilegiado en la red nacional.

Sí que lo es [pausa]... No voy a ser yo quien descubra los valores y riquezas naturales, culturales y sociales que existen en elArchipiélago. Es evidente que Canarias es un socio preferente de la red nacional de parques nacionales. Sus características son específicas y están tan alejadas de lo que nos podemos encontrar en la Península que resulta lógico que esos espacios [Las Cañadas del Teide, La Caldera de Taburiente, Garajonay, Timanfaya] tengan el peso que tienen en nuestro organigrama. Sumar el Mar de las Calmas a esta selección es algo que nos ilusiona y, seguro, que también a los herreños porque todas las veces que he visitado la Isla he comprobado el carácter abierto y generoso de sus habitantes. Sinceramente, no creo que haya un solo habitante en El Hierro que no esté orgulloso por lo que va a ocurrir en los próximos meses.

Eso, a pesar de que las competencias están transferidas a los cabildos, demuestra que la sintonía con el Organismo Autónomo Parques Nacionales es buena.

Yo diría que excelente. El Gobierno de Canarias nos ha traslado la propuesta de ampliar los límites del parque nacional de Garajonay y el Cabildo de GranCanaria está trabajando una propuesta en torno al espacio de Guguy. El diálogo con Canarias es muy fluido.

"La entrada a un parque nacional debe ser gratis"

¿Qué le parece que elCabildo de Tenerife quiera cobrar por visitar el parque nacional del Teide?

Me voy a remitir a lo que apunta la Ley de Parques Nacionales y el Plan Director, es decir, una normativa en la que el único requisito que se establece es que la entrada debe ser gratis. Yo estoy hablando del acceso, no de los servicios que se puedan llegar a prestar en el mismo... Ahí sí es verdad que no hay un reglamento que especifique si se debe o no se debe cobrar por un servicio determinado. Bien es cierto que en algunos lugares se cobran unas cosas y en otros no. Eso supone que no hay una homogeneidad que permita saber quién está haciendo lo correcto y quién no. Esa libertad a la hora de aplicar una tarifa u otra la vamos a analizar en una mesa de trabajo con el objeto de tener una idea más precisa de este asunto.

¿Se van a sentar para unificar criterios?

No exactamente [silencio]... En la última reunión del Consejo de la Red de Parques Nacionales se aprobó crear un grupo de trabajo con nuestros asociados para analizar asuntos relacionados con la financiación adicional y el uso público de esos entornos. Insisto, los parques nacionales están concebidos para ser visitados sin tener que abonar una tasa de acceso. Ahora mismo es imposible descartar cualquier posibilidad porque su dirección tiene autonomía para tomar decisiones vinculadas con los servicios que ofrece a las personas que deciden acercarse a esos lugares a disfrutar de la naturaleza. Lo recomendable, en todo caso, es que hubiera una postura conjunta.

Con el inicio del verano es inevitable hablar de las alarmas que «suenan» en los territorios naturales para evitar la propagación de incendios forestales

Los incendios de nueva generación nos obligan a extremar las precauciones porque son más virulentos, en muchas ocasiones agitados por elementos conectados con el cambio climático, y amenazan enclaves medioambientales tan valiosos como el de Las Cañadas del Teide, que el pasado verano no se salvó de las llamas. Hay que tener todos los sentidos puestos para impedir que el fuego arrase con los montes. Hemos tenido una primavera lluviosa y ese dato no es bueno en esta temporada del año porque la posibilidad de que haya un ciclo estival peligroso es alta. Además, la presión turística que soporta un parque nacional hace que los riesgos aumenten. 

Hablando de presión turística, ¿hay que regular los accesos a los espacios protegidos en función del mes en el que nos encontremos?

Eso es algo que se hace en parques nacionales para controlar los flujos de visitantes, sobre todo, después de la pandemia cuando las visitas se incrementaron considerablemente. Controlar los movimientos de 15 millones de personas al año, donde El Teide es el que más turistas atrae, no es nada sencillo. Esa regularización ya se hace con el objetivo de evitar posibles situaciones de colapso.

La última, se está negociando el paso de la Vuelta Ciclista a España por El Teide. ¿Qué implica albergar un evento de esta categoría dentro de un entorno tan sensible? 

A nosotros no nos ha llegado aún una petición oficial y, por lo tanto, le tengo que remitir a las grandes limitaciones que existen en un parque nacional para organizar un evento deportivo. El Plan Director de la Red de Parques Nacionales deja claro que esas actividades deben estar recogidas en el uso de ese espacio porque de no ser así estaríamos incumpliendo la ley. Para decir sí a un evento deportivo, sea el que sea, se deben cumplir un mínimo de requisitos que ahora mismo no se contemplan. Sólo en el caso de que se pongan en contacto con nosotros se activarían los mecanismos para determinar si la prueba en cuestión se puede hacer o no, pero a día de hoy no hay nada porque no se ha presentado ningún proyecto para la Vuelta. 

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