El Hierro

El naufragio del ‘Moncho II’

La periodista y escritora Mara Cavallé presentará su último libro el 24 de marzo en El Pinar

Mara Cavallé. | | MIGUEL BARRETO/EFE

Mara Cavallé. | | MIGUEL BARRETO/EFE / Ana Santana (Efe)

Ana Santana (Efe)

Mara Cavallé rescata en el libro «De La Restinga a Baltimore, el hundimiento del Moncho II», la particular odisea del patrón del barco, Manuel Álvarez, y los marineros Morales y Machín. 

Cuando el 22 de enero de 1983 tres marineros canarios zarparon de La Gomera a El Hierro, tras comprar el día anterior un barco nuevo en Tenerife, ignoraban que tenían frente a sí ocho días de extrema supervivencia que los llevarían a Estados Unidos. 40 años después, Mara Cavallé rescata su historia en «De La Restinga a Baltimore, el naufragio del Moncho II».

La periodista y escritora Mara Cavallé presentará su homenaje a la particular odisea del patrón del «Moncho II», Manuel Álvarez, ya fallecido, y los marineros José Benito Morales e Inoel Machín el 24 de marzo en El Pinar, municipio donde se localiza el pueblo marinero de La Restinga que también es protagonista de esta historia.

Todo comenzó cuando dos pescadores herreños, que habían comprado en Tenerife un pesquero, pidieron ayuda al patrón Manuel Álvarez para navegar el barco hacia La Restinga, previa escala en La Gomera.

Al zarpar de la costa gomera y cuando ya se aproximaban a El Hierro se paró el motor del «Moncho II», lo que coincidió con la entrada de un episodio de intensos vientos y calima «que los hizo invisibles» para cualquier otra embarcación y los llevó al garete, hasta adentrarse en aguas del Atlántico.

Los tres confiaban en ser vistos. Llegaron a ver cómo sobrevolaban sobre ellos tres aviones y lanzaron bengalas sin ser localizados, pues eran «como una cáscara de nuez entre las olas», detalla Mara Cavallé.

El naufragio del ‘Moncho II’

El naufragio del ‘Moncho II’ / Ana Santana (Efe)

Por entonces ya había comenzado la operación de búsqueda del «Moncho II» con un despliegue de la Armada y del Servicio Aéreo de Rescate, pero sus intentos fueron infructuosos ante la espesa calima y el empuje de los vientos.

Cuando dejaron de ver aviones sobre sus cabezas, los tripulantes del «Moncho II» empezaron a perder la esperanza. Sólo llevaban comida para unas siete horas de travesía y se acurrucaron en el fondo del pesquero, a dejarse morir.

De hecho, el patrón llegó a tirar los cuchillos que había en el barco al mar, pues se acordaba de lo sucedido poco antes en la tragedia aérea de Los Andes y que en una situación así, todos podían «perder la cabeza».

Y a todas estas, las familias de los tres pescadores sufrían una situación «fatídica», sin noticias de ellos ni esperanza, con la desazón psicológica de un futuro en el que, entre todos, habría nueve hijos huérfanos de padre. Incluso se llegó a ofrecer una misa por su alma.

Cuando ya sólo esperaban una muerte por inanición los tripulantes del «Moncho II» oyeron un ruido muy fuerte: el motor del buque argelino «Nedroma», de 172 metros de eslora, que los localizó gracias al radar y que, en un gesto inusual porque suponía un desvío de su ruta a Estados Unidos, se aproximaron al pequeño pesquero canario.

De esta manera fueron rescatados los tres marineros, que viajaron a bordo del «Nedroma» hasta el destino de su buque salvador: Baltimore, donde les tocó en suerte una nevada fortísima, que los mantuvo encerrados en un hotel y dilató su regreso a España.

Casi toda la isla de El Hierro se congregó en el aeropuerto para recibirlos, pero las peripecias del «Moncho II» sirvieron además para cambiar la pesca en La Restinga: se incorporaron redes de telefonía en las embarcaciones, que hasta entonces salían a navegar sin ningún tipo de instrumento de contacto con el exterior.