Aeropuerto de El Hierro | Los cangrejos cumple medio siglo

El Apolo XVII de los herreños

La inauguración de las instalaciones aeroportuarias de Valverde coincidió con el aterrizaje en la Luna de la última misión espacial con astronautas

Juan Salvador y Díaz-Benjumea, ministro del Aire, se dirige a las autoridades civiles y militares que asistieron al acto inaugural en el Llano de los Cangrejos.

Juan Salvador y Díaz-Benjumea, ministro del Aire, se dirige a las autoridades civiles y militares que asistieron al acto inaugural en el Llano de los Cangrejos. / El Día

Los herreños y la NASA comparten una fecha histórica: el 11 de diciembre de 1972. Los primeros fueron testigos hace medio siglo de la inauguración del aeropuerto ubicado en el Llano de los Cangrejos, los segundos confirmaron tal día como hoy hace 50 años la presencia del hombre por última vez en la superficie lunar en el transcurso de una accidentada misión espacial del Apolo XVII.

Oficialmente se inauguró el mismo día que el hombre pisó la Luna por última vez, aunque el primer vuelo comercial no operó hasta el 19 de diciembre de 1972. Ocho jornadas antes, el ministro del Aire, Juan Salvador y Díaz-Benjumea, presidió la puesta en marcha de las instalaciones que hoy cumplen 50 años. El aeropuerto de El Hierro se empezó a materializar en 1968 en un perímetro conocido como el Llano de los Cangrejos, superficie de la vertiente suroriental situada a menos de 5 kilómetros de Valverde: la Isla del Meridiano ya estaba conectada por mar y aire con el resto del Archipiélago.

Cien millones de las antiguas pesetas se invirtieron para quebrar el aislamiento aéreo de los herreros, aunque a esa cantidad se sumaron los 32 que costó crear los accesos por carretera hasta un aeródromo que creció a 162 kilómetros de distancia de Tenerife Norte, 90 de las instalaciones aeroportuarias de Villa de Mazo (La Palma) y a solo 70 de las que se levantaron posteriormente en Alajeró (La Gomera).

Cambio de planes

En los primeros planos que aprobó el Ministerio del Aire la pista tenía una longitud de 750 metros por 23 de ancho, pero estas dimensiones se modificaron [1000 metros de largo por 30 de ancho] mucho antes de que las máquinas pesadas removieran los casi 50.000 metros cúbicos de tierra [25.000 de desmonte y otros 24.000 para crear un terraplén para elevar el nivel de la superficie terrestre] sobre los que los ingenieros proyectaron una terminal con capacidad para cien personas. «Esperemos que los herreños sepan mantener su paz y no se deslumbren con el progreso», llegó a manifestar Del Valle Hernández, por aquel entonces Gobernador Civil de Santa Cruz de Tenerife. Unas declaraciones de ese calado hoy no habrían pasado inadvertidas, pero está claro que eran otros tiempos, años en los que las grandes decisiones las tomaban hombres con uniforme. Uno de ellos, el coronel López Pedraza se presentó en El Hierro el 3 de noviembre de 1972 para dar el visto bueno a la puesta de largo de las infraestructuras. El mando abandonó la Isla en un Fokker de Iberia [con anterioridad solo habían tomado tierra en Valverde un Douglas DC-3 militar y un par de avionetas procedentes de Los Rodeos] en cuanto verificó que «solo falta el mobiliario y limpiar las instalaciones», dijo cuando se especulaba con una apertura el 25 de noviembre. Hubo un retraso. Los actos se trasladaron al 11 de diciembre y en él participó Valentina la de Sabinosa, quien obsequió a los invitados con la interpretación de El tango y El vivo, entre otras piezas. El Mister en el que viajaba el ministro del Aire hizo escala en Mazo [allí se habló de obras por concretar en La Palma y, durante su visita a la provincia oriental, se insistió en la necesidad de empezar a planificar un aeropuerto de mayores dimensiones en Tenerife y dotar a La Gomera de un complejo similar al que se iba a inaugurar en Valverde] y la comitiva oficial creció en suelo herreño con la llegada de otras autoridades civiles y militares, además de la presencia de algún periodista: Elfidio Alonso, exalcalde de San Cristóbal de La Laguna, dio cuenta de este hito histórico en las páginas de EL DÍA antes de cambiar de bando y las fotos las firmaron E.A. y Torres Ayut.

Mientras el mundo seguía en vilo los pasos de los astronautas Eugene Cernan, Harrison Schmitt y Ronald Evans en el valle de Taurus-Littrow, en el Llano de los Cangrejos ocurría un hecho que mejoró la aviación comercial en Canarias.

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