50 años a ‘paso de cangrejo’

Aeropureto de El Hierro

Aeropureto de El Hierro

Raúl Álamo

Tenía yo algo más de 10 años cuando se inauguraba un ansiado aeródromo, no aeropuerto, que iluminaría una isla oscura y llena de sombras que la dictadura bautizó como isla adoptiva, y al serlo, se daba por hecho desde los poderes capitalinos que esta ínsula estaba satisfecha y nada le hacía falta. Un hito histórico que marcaría, sin duda, el futuro de la isla de El Hierro durante estos cincuenta años de vida. Antes de plantear mi visión del devenir de este aeropuerto, me gustaría tener un recuerdo especial para aquellos propietarios de terrenos que no dudaron en hacer las correspondientes donaciones de manera altruista para que esta puerta aérea fuera una realidad, y esto lo digo fundamentalmente porque echo en falta un merecido reconocimiento a estas familias por tan loable gesto, hoy impensable, y que posiblemente medio siglo después hubiera sido justo y necesario que hubieran sido ellos también protagonistas, pero ya sabemos que las privatizaciones de empresas o entes traen estos impersonalismos propios del mundo global.

Como se imaginarán mi trayectoria profesional me ha llevado a tener unas magníficas relaciones con los directores que han pasado, con los equipo humanos del aeropuerto, en su inmensa mayoría compuestos por herreños; con directivos, tripulaciones y handling de las distintas compañías aéreas que han operado,… En definitiva cientos de personas imposibles de nombrar sin cometer el error de obviar alguna de ellas, unas que están y otras que no. Cada una de ellas, desde su particular cometido, pertenecen al sumatorio total del crecimiento del aeropuerto en estos años tanto en pasajeros como en operatividad de aeronaves. Igualmente he participado en distintos actos tanto fuera como dentro del aeropuerto, como fue la concesión del Garoé de Oro al aeropuerto herreño, distintivo previsto en el Reglamento de Honores y Distinciones del Cabildo de El Hierro, que se le otorgó en aquella ocasión con motivo de su XXV Aniversario.

Hechas estas salvedades y agradecimientos, y sin pretender empañar esta efemérides, sí me gustaría hacer una serie de observaciones respecto a si las actuaciones que se han llevado a cabo en el aeropuerto herreño han estado en consonancia con su crecimiento, o dicho de otra manera, ¿ha estado Aena a la altura de las circunstancias? Curiosidades y coincidencias hay siempre en la historia de los pueblos, como que los terrenos que cedieron en aquella época al Ministerio del Aire, en la zona de la costa de Valverde, se llamaban y se llaman Los Cangrejos, posiblemente por la gran cantidad de cangrejos marinos que había en su costa. Aunque siempre hemos escuchado que los cangrejos caminan para atrás, realmente lo hacen de lado, ese mismo de lado con el que nos ha mirado o tratado el ente a Aena cada vez que se les solicita algo, y ni siquiera las pinzas del cangrejo les han asustado para negarnos todo, menos mal que los cangrejos, metafóricamente los herreños, tenemos una coraza muy dura que nos ha permitido que los depredadores económicos no nos hayan devorado. Los cangrejos saben caminar lento cuando disfrutan del sol y la mar, pero también rápido cuando ven a un posible adversario, para no nombrar la palabra enemigo.

Bueno, hechas estas intersecciones lingüísticas, la realidad es que las inversiones que se han hecho en el aeropuerto de El Hierro desde su inauguración en 1972 han ido a paso de cangrejo. Las más significativas la ampliación de la pista y la construcción de una nueva terminal de viajeros en la década de los 90, puras migajas si las comparamos con los desembolsos millonarios que se han hecho en otros aeropuertos, por cierto algunos cerrados o inoperativos por falta de tráfico. El Google les dará más datos.

No quiero ser protagonista del cuento de la vieja majadera, pero hasta el control aéreo se lo quisieron cargar, y a medias y después de hacer un frente común instituciones y sociedad, con manifestación incluida, nos concedieron la bula de que solo sea los fines de semana (sábados y domingos) cuando nos aplican el AFIS, algo así salvando las distancias, como un cuartel militar sin mandos, precisamente en los días en los que la operatividad aérea aumenta y se producen deficiencias en el control del espacio aéreo de El Hierro con los consiguientes colapsos operativos, retrasos en las conexiones, y porque no decirlo, y ahora que está tanto de moda la contaminación y el efecto climático que se produce por más tiempo en el aire de los aviones.

Una simple presión parlamentaria, como se ha producido para los descuentos aéreos del 75% para los desplazamientos aéreos de los residente canarios, o últimamente el 100% del transporte colectivo urbano e interurbano, sería suficiente para que nos despojen de ese traje estrecho que encorseta el cuerpo y las extremidades del desarrollo futuro de El Hierro y que tiene nombre de marca, AFIS, impuesta por el hermano gemelo de Aena, Enaire.

Les debe salir un poco caro devolvernos al control de tráfico aéreo todos y cada uno de los días de la semana, una isla pequeña no merece grandes soluciones. De los aparcamientos aeroportuarios mejor no extenderse en relatos, porque a la vista está, y conseguir un puesto para tu coche es a veces como buscar una aguja en un pajar. Tampoco de balizaje nocturno para no estar supeditado a operatividad orto-ocaso. En fin. Es lo que hay, desde el centralismo del estado y también del canario, todo se hace grande para una isla menor, entienden ellos, siempre y como en la jerga aeronáutica: en lista de espera.

Sin querer ser un aguafiestas, y para terminar, celebrar con todos y todas los 50 años de un aeropuerto que nos ha visto crecer, del que podría contar libros de anécdotas. Dar las gracias a los directivos y personal que, me consta, han solicitado insistentemente mejoras y han mantenido los estándares de calidad de esta instalación a pesar de los pesares y de la incomprensión, y desear que tengamos un aeropuerto acorde con las exigencias y con los números en su movimiento de pasajeros.

Por cierto y a modo de propuesta, ya que está de moda ponerle nombre de personalidades o de ciudades a los aeropuertos de la red española, no saben cuánto me gustaría que al nuestro, al de El Hierro, le llamasen Aeropuerto de los Cangrejos.

Por muchos años más.

Suscríbete para seguir leyendo