Los herreños se levantaron ayer con una desagradable sorpresa: uno o varios desaprensivos destrozaron todas las cristaleras de un mirador que estaba a punto de estrenarse y cuyas obras habían finalizado justo el día anterior, el miércoles. Los hechos ocurrieron en el mirador de la zona conocida como Barranquito de Pescar, en la carretera HI-50 que une el Valle de El Golfo con Sabinosa, un espacio construido dentro del plan de rehabilitación de la mencionada vía.

Micel Álvarez Brito, consejero de Obras, Carreteras y Planificación Territorial del Cabildo de El Hierro, denunció ayer este acto vandálico. "Es lamentable que se hayan provocado estos destrozos en una obra pública para el disfrute de residentes y visitantes. Además, ha sido un hecho sorprendente, porque este tipo de cosas no pasan en la Isla", explicó, para añadir que los últimos ataques contra el patrimonio público que recuerda son los sufridos por la escultura homenaje a la Bajada de la Virgen de Los Reyes, realizada por el artista herreño Ruben Armiche y situada en la entrada de Valverde. Los últimos ocurrieron en septiembre del año pasado.

Una investigación

Álvarez aseguró que los cuerpos de seguridad han abierto una investigación sobre el ataque al mirador después de que ayer mismo por la mañana el Cabildo de El Hierro presentase una denuncia. "Tuvieron que usar un objeto muy contundente, pues son cristales reforzados, y da la impresión de que fue un acto premeditado, porque aparte de eso el autor o autores del ataque no dejaron ni una sola cristalera indemne", matizó el consejero.

Según el responsable insular de Carreteras, reparar los destrozos de una obra que estaba a punto de inaugurarse costará entre 2.000 y 3.000 euros, a falta del informe definitivo que evalúe los daños. Este mirador del Barranquito de Pescar costó, según calcula Micel Álvarez, alrededor de 30.000 euros y se incluyó en una modificación de crédito para ampliar la mejora de la carretera HI-50. "Mejoramos toda esta vía principalmente dentro de nuestros esfuerzos por hacer más accesible la Isla y para resolver, de paso, algunos problemas que se producían en la Bajada de la Virgen". Precisamente por ese mirador pasa una de las rayas que dividen los pueblos durante la bajada.

"Como pueden ver en las imágenes, todos los cristales de seguridad de las barandas protectoras fueron apedreados por algunos desaprensivos que no entienden que el mobiliario público es de todos", concluyó el consejero.