Seguramente ya habréis oído hablar de la nueva producción de Amazon Prime, 'Cenicienta', protagonizada por la cantante y actriz Camila Cabello. No han sido pocas las opiniones (positivas y negativas) que han rodeado a esta película desde que empezaron a conocerse los primeros detalles. De hecho, la última polémica se desató en Twitter y estuvo ligada al hada madrina que, en esta versión del clásico de Disney, es una persona no binaria. Y, al parecer, para algunos esto es una “aberración”.

Viendo la variedad de reacciones que ha despertado 'Cenicienta', hemos decidido verla para poder formarnos nuestra propia opinión. Así que, a continuación, pasamos a contaros las razones por la que nos ha encantado (¡alerta spoiler!).

 

La esencia se mantiene, el mensaje cambia

Si bien adoramos los cuentos clásicos, debemos reconocer que muchos de ellos lanzan un mensaje nada apropiado para nuestros hijos e hijas. La versión tradicional de 'Cenicienta' reforzaba una idea central que en el siglo XXI ya deberíamos haber desterrado: la dulce chica que espera que su príncipe azul venga a rescatarla. Pero los tiempos cambian, y los productos culturales (cuentos, películas, canciones, libros, series…) también.

En esta nueva versión, se mantienen los personajes principales: Cenicienta, el Príncipe, la madrastra, las hermanastras, el hada madrina y los adorables ratoncitos. Sin embargo, la trama no persigue el “vivieron felices y comieron perdices”, sino el verdadero sueño de Cenicienta: crear sus propios vestidos y hacerse un hueco en el negocio de la moda, aunque sea algo completamente contrario a los valores de la época.

 

Las hermanastras y la madrastra de Cenicienta: no es maldad todo lo que reluce

Para empezar, la película no nos muestra a las dos hermanastras de Cenicienta como villanas malvadas cuyo objetivo vital es amargar a la protagonista. Al inicio se presentan como dos chicas revoltosas, inquietas, un poco burlonas e incluso algo ingenuas. Además, la historia nos deja entrever en algunos momentos aspectos de la vida de ambas, permitiéndonos empatizar con ellas de una forma que resultaba imposible en la versión original. Un ejemplo de ello es cuando una de ellas se está mirando al espejo y le pregunta a Cenicienta: “¿Crees que estoy guapa?”, con un tono que refleja inseguridad y necesidad de aprobación, ¿quién no se ha sentido así alguna vez?

“Creo que estás muy guapa. Pero, sinceramente, no importa lo que yo crea, ni lo que crean otros. Importa cómo te sientes tú cuando te ves en el espejo”, contesta Cenicienta, lanzando un mensaje importantísimo y necesario, especialmente para nuestras niñas y adolescentes.

Por otro lado, también se humaniza el personaje de Vivian, la madrastra: una mujer que sufrió mucho por el machismo de la época, que se quedó viuda dos veces y con tres niñas a su cargo. Una mujer que tuvo que renunciar a su sueño y su talento (porque no estaba permitido que las mujeres soñaran) y que, al final, lo único que intenta es que sus hijas (incluida Cenicienta) no pasen por el sufrimiento que ella tuvo que pasar.

Así que Vivian consigue, siendo la “mala” de la peli, que podamos ponernos en su piel y entender que, aunque sus acciones no son correctas, al final ella también es una víctima del pensamiento de la época.

 

El Príncipe, más que azul, está un poco verde

El Rey está empeñado en que su hijo, con el que tiene una relación bastante tortuosa, encuentre una mujer con quien casarse y, de esta manera, podrá quedarse tranquilo pensando que su reino está en buenas manos. Pero lo cierto es que el príncipe es un completo inepto, por lo que no está preparado para reinar nada. Y es aquí donde aparecen otras dos maravillas de esta película: la Reina Beatriz y la Princesa Gwen.

Gwen ha sido siempre ignorada por su padre, el Rey, por una cuestión única y concreta: ser mujer. La Princesa se pasa toda la película haciendo propuestas para la mejora de la vida de los ciudadanos del reino, pero el Rey está demasiado ocupado prestando atención a su hijo, que es quien tiene que gobernar: al final es el varón de la familia.

Por otro lado, la Reina Beatriz, nos muestra a la mujer que se ha cansado de estar sentada al lado de su marido y necesita alzar la voz. La que piensa en las necesidades de sus hijos por encima de las imposiciones del Rey, y la que, sin duda alguna, representa a muchísimas mujeres a lo largo de la historia.

“Es muy agotador sentarse a tu lado y sonreír como un objetivo decorativo y la voz completamente silenciada”

Reina Beatriz

Bibidi Babidi Bú: quién dijo que las hadas tuvieran género

Por supuesto, nos encanta Billy Porter interpretando al hada madrina de Cenicienta por muchísimas razones, empezando por su magnífica capa y terminando por su increíble mensaje implícito. A diferencia del tweet que apuntaba este hecho como una “aberración”, nosotros creemos que cada decisión tomada en esta película lanza un mensaje muy importante para nuestros niños y niñas:

  • El hada madrina es la representación de las personas no binarias, de que la ropa no tiene género, de que la diversidad existe en el mundo real, ¿por qué debería ser distinto en la fantasía?
  • La Princesa Gwen es la mujer preparada y capaz que ve sus posibilidades de ascender en la vida limitadas por un techo de cristal (o una ley dinástica, en este caso).
  • El personaje de la Reina Beatriz cuestiona y critica la figura de esposa complaciente para reivindicar su sitio y su voz en la familia (y en el reino, por supuesto).
  • Las hermanastras dejan atrás la rivalidad entre mujeres para romper con el mito de que las mujeres debemos llevarnos mal entre nosotras por naturaleza.
  • La madrastra Vivian es la representación del dolor de una mujer a la que se le han cortado las alas, la frustración de no haber podido elegir libremente y la demostración de que a veces los padres cometen errores, aún pensando que es lo mejor para sus hijos.
  • Y, por supuesto, Cenicienta rompe con el esquema clásico de jovencita en busca de un apuesto príncipe, para ser protagonista por perseguir su sueño y su independencia.

Todos estos potentes mensajes, acompañados de un gran elenco y de maravillosas canciones hacen que “Cenicienta” sea, sin duda, una de nuestras recomendaciones para ver juntos en familia. Eso sí, ¿no creéis que podrían haberle puesto unas cómodas zapatillas en lugar de esos taconazos de cristal incomodísimos? ¡Abrimos debate!