Servicios financieros bajo lupa

¿Cambiar de banco o guardar el dinero en casa para no pagar comisiones?

Mientras muchos particulares exigen a los bancos que den marcha atrás en el cargo de comisiones a cuenta, otros tantos buscan la forma de evitarlas

María Refojos

Junio ha sido el mes de las comisiones bancarias. Con el objetivo de aumentar ingresos y la vinculación de los clientes, las entidades han ido engordando la factura aplicada por mantener una cuenta, por tener una tarjeta de débito o crédito o por hacer una transferencia, entre otros servicios. 

Estos cobros, que alcanzan un importe medio anual de 140,17 euros de acuerdo con los cálculos de Asufin, han generado un descontento creciente entre los usuarios que, sin embargo, no es nuevo. Durante el pasado año, las reclamaciones atendidas por el Banco de España relacionadas con las cuentas y depósitos de la banca ya supusieron el 19,7% del total, destacando aquellas referidas al cargo de comisiones en cuenta.

Ante esta situación, asociaciones de consumidores financieros como Asufin o Adicae han expresado su preocupación por el progresivo aumento de los costes y han reclamado una regulación o normativa específica. 

"La situación actual sea la contraria es inquietante, más cuando el mapa bancario, con menos entidades y más concentrado, deja menos posibilidades de elección al consumidor", señalaba la presidenta de Asufin, Patricia Suárez, en una nota reciente.

Por su parte, Adicae ha instado al Banco de España a que "vigile y controle de manera pormenorizada" el efecto que "el abusivo incremento de las comisiones bancarias está suponiendo en los bolsillos de los consumidores". "El importe medio de la comisión por mantenimiento de cuenta se ha multiplicado por cuatro tras las subidas del mes de junio, y las entidades financieras ni atienden al perfil vulnerable de buena parte de sus clientes ni tienen en cuenta sus necesidades y reivindicaciones", aseguran en un comunicado.

Mover el dinero

A la vez que las asociaciones, muchos particulares exigen a los bancos que den marcha atrás. Mientras, otros tantos buscan la forma de evitarlas. Cambiar de banco puede ser una de las primeras opciones. Según recuerda la asociación de consumidores OCU, en la actualidad las gestiones correspondientes al traslado de la cuenta corriente corre a cargo de la nueva entidad, y además no conlleva ningún coste.

Por ello, "el usuario se podrá limitar a rellenar un formulario, en el que se debe indicar lo que se quiere traspasar de cuenta, como, por ejemplo, transferencias periódicas, abonos, saldo existente en la cuenta, así como los recibos domiciliados y la fecha a partir de la cual se quiere que se carguen en la cuenta nueva", explican desde la asociación.

En caso de que esta sea la vía elegida por el cliente, la OCU ha recopilado un pequeño listado de cuentas corrientes con las que gestionar el día a día sin comisiones adicionales. En concreto, enumeran la Cuenta Nómina (Pensión) y la No Nómina de Bankinter, la cuenta online de MyInvestor y la Cuenta Expansión Plus de Banco Sabadell. Además, indica que existen cuentas sin comisiones que devuelven una parte de los recibos domiciliados y pone como ejemplo la Cuenta Nómina Open de Openbank. 

Además, el comparador Kelisto muestra más posibilidades, como es el caso de la Cuenta Clara de Abanca, la Cuenta Nómina de Bankoa (entidad del grupo Abanca), la online SIN de Liberbank o la Cuenta Nómina de Unicaja Banco. En los cuatro casos ofrecen además una bonificación de hasta 300 euros por domiciliar la nómina. BBVA tiene también dos cuentas sin comisiones, pero están destinadas únicamente a jóvenes de entre 18 y 29 años.

"Incluso los consumidores que no tienen una nómina pueden librarse de pagar comisiones si abren una cuenta sin gastos y sin vinculación obligatoria", aclaran los expertos de HelpMyCash. 

Guardar el dinero

Otra alternativa puede ser guardar el dinero en casa, según indican desde el portal especializado en finanzas personales. Esto supone una fórmula sin ninguna traba legal, independientemente de la cantidad, “siempre y cuando los fondos tengan una procedencia legítima y hayan sido debidamente declarados”, aclara HelpMyCash. 

En este sentido, conviene conocer el potencial problema que llegaría en el caso de querer volver a ingresar el dinero en una cuenta corriente y "Hacienda comience a hacer preguntas". En concreto, la Agencia Tributaria podría pedir comprobación del origen de los fondos, algo que no siempre resulta fácil. "Por ello, conviene guardar toda la documentación oportuna: justificantes de los reintegros, nóminas, etc", recomiendan desde el portal especializado.

"La realización de una retirada y de un posterior ingreso de dinero en efectivo en una cuenta bancaria no tiene, en principio, trascendencia a efectos del Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas", aclara la Dirección General de Tributos. Pero de no poder demostrar la procedencia del dinero, Hacienda podría considerarlo como una ganancia no justificada y obligar a la persona tributar.

Además, HelpMyCash recuerda el actual límite a los pagos en efectivo en transacciones, situado en 1.000 euros desde el pasado mes de julio en el marco de la lay antifraude. Así que si se quiere hacer una compra por una cantidad superior a esta cifra y el dinero está guardado en casa, será necesario ingresarlo antes en una cuenta.