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El absentismo y la falta de mano de obra castiga el desarrollo agroindustrial en Canarias

El binomio entre ambos sectores creará oportunidades de negocio en el futuro en el Archipiélago

Foro de la CEOE

El Día

Santa Cruz de Tenerife

Ni siquiera la industria y la agricultura canaria se libra de capear los problemas derivados de la falta de mano de obra y el alza del absentismo que atenazan a otros sectores económicos en el Archipiélago. Responsables de diferentes asociaciones empresariales evidencian que el desarrollo del campo y la manufactura en las Islas se está viendo amenazado por los problemas para encontrar trabajadores, pero también por aquellos que faltan a su puesto de trabajo, ya sea con una razón justificada o teniendo una baja que los respalde. Una situación que pone en jaque a las empresas, las hace menos competitivas y les resta capacidad para seguir creciendo.

Así lo puso de manifiesto Juan Antonio Jiménez, presidente de la Federación de Empresas del Metal y Nuevas Tecnologías (Femete), quien lo señaló como el "principal problema" que tienen ahora mismo los empresarios del sector. Jiménez destacó que lo que antes era una situación puntual ahora se ha generalizado. "No conseguimos gente para trabajar y además tenemos un problema de absentismo que está matando a las empresas", señaló durante su participación en el foro La industria y la agricultura como fortaleza del tejido económico, organizado por Prensa Ibérica, empresa editora de EL DÍA y CEOE-Tenerife. Por eso, insistió en que es urgente trabajar con las administraciones para "regular las incapacidades temporales porque no hay manera de reducirla" y abogó por hacer cambios también en los convenios colectivos para ligar a la productividad o la antigüedad el complemento que muchas pagan a sus trabajadores para completar las prestaciones que aporta la Seguridad Social cuando están de baja.

Respecto a la falta de personal puso como ejemplo la oportunidad que representa para la industria canaria el desarrollo de la eólica offshore, una actividad para la que harán falta en poco tiempo 5.000 soldadores que ahora mismo no existen. "Sería una pena traerlos de fuera", insistió, por lo que es necesario incrementar la formación y las iniciativas para atraer a los más jóvenes a un sector que da estabilidad, buenos salarios y conciliación.

Sobrecostes

En la mesa redonda del foro -que moderó el redactor jefe de EL DÍA, Daniel Millet y contó con la colaboración de JTI y Biomca Química- también participaron el presidente de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca), Jorge Escuder; la presidenta de Asaga-Canarias, Ángela Delgado; y el consejero insular de Industria, Comercio, Sector Primario y Bienestar Animal, Manuel Fernández.

Escuder quiso poner sobre la mesa otro de los grandes retos que debe abordar el sector industrial en Canarias: la desventaja que supone desarrollar esta actividad en una región ultraperiférica, sobre todo cuando los sobrecostes derivados de esta situación no se tienen en cuenta. "Los instrumentos que existen para compensar esta situación tienen que ser eficaces y eficientes", reclamó. De lo contrario, se está desincentivando el desarrollo de otros proyectos industriales. El presidente de Asinca insistió en que hace casi diez años el sobrecoste de producir en Canarias se estimó en un 30%. "Hoy en día esta cantidad está totalmente desfasada y es mucho más", puntualizó. Por eso, no consideró que haya que crear nuevos mecanismos, porque ya existen aunque haya que pelear por ellos, sino que estos "verdaderamente sean capaces de compensar los sobrecostes".

Ángela Delgado explicó que en el sector primario se unen todos los problemas que experimentan otro tipo de actividades, con el de la falta de agua y el inconveniente "de tener el negocio al aire libre". El incremento del nivel de vida, de los los salarios y de los costes merma la competividad del campo canario. Un aspecto que la presidenta de Asaga cree que tiene el potencial de acabar con la producción agrícola en las Islas en diez años, antes incluso que la falta de agua de riego.

La reconversión se dibuja como otro desafío determinante. "¿Cómo se lucha contra el tiempo? Difícilmente tenemos armas para eso", se preguntó. Un cambio climático que provoca que los cultivos tradicionales dejen de ser rentables porque ya no tienen las condiciones que necesitan para prosperar. Pero Delgado insistió en que adaptarlos a la nueva situación es difícil en un sector con poca capacidad de reacción, falta de relevo generacional y dificultad para la automatización.

18% de los ocupados

Otra de las conclusiones que puso este lunes sobre la mesa el foro es la retroalimentación que llevan a cabo la industria y la agricultura, uno sobre el otro. Así lo puso de manifiesto el consejero insular de ambos sectores, Manuel Fernández, que recopiló que 10.000 personas se emplean en el campo tinerfeño, 17.000 en el caso de la industria, hasta alcanzar un 18% de la población ocupada. Pero dentro de la industria hay una buena parte que se dedica a la manufactura de los productos agrícolas y ganaderos, como son las queserías, los empaquetados o las bodegas, por lo que las sinergias entre ellos son evidentes.

Pero puede haber más. Las patronales agrícolas e industriales que participaron en la jornada se mostraron convencidos de que la colaboración entre ambas actividades no puede hacer otra cosa que estrecharse. Y calificaron como oportunidades de futuro, por ejemplo, el aprovechamiento industrial de los residuos agrícolas. Un aspecto que si no se ha desarrollado más hasta ahora es por la difícil competencia con empresas que no producen en el Archipiélago y la falta de "una chispa", como lo calificó Delgado, en los jóvenes que quieran ser empresarios, que les haga desarrollar estas nuevas oportunidades de negocio.

El binomio agroindustrial fue defendido este lunes también por el vicepresidente del Cabildo tinerfeño, Lope Afonso, que fue el encargado de abrir el foro con una comparecencia en la que destacó también la importancia de estas actividades para el desarrollo turístico. "No va a haber un sector turístico competitivo si no tiene el respaldo del sector industrial y primario", recalcó. Afonso también quiso resaltar otro aspecto importante, la rentabilidad, ya que no se puede aportar valor añadido a la sociedad si las empresas carecen de ella.

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