Entrevista | Carmelo León González Catedrático de Economía Aplicada

Carmelo León: "Tenemos un turismo imaginario en redes que va paralelo al turismo real"

El catedrático de Economía Aplicada de la ULPGC participa en el VII Simposio Internacional de Primavera en Desarrollo del Turismo que se celebra en Fuerteventura

El catedrático de Economía Aplicada, Carmelo León.

El catedrático de Economía Aplicada, Carmelo León. / José Pérez Curbelo

Lucía Mora

Lucía Mora

Santa Cruz de Tenerife

¿Canarias tiene un turismo que hoy en día se centra más en la masificación que en la sostenibilidad?

El concepto de sostenibilidad no nos ha servido para orientar el turismo de una forma saludable, integral. Ha sufrido un proceso de banalización que no ha permitido lograr adecuadamente la evolución del turismo en las últimas décadas. La sostenibilidad fue concebida desde el principio como un concepto que intentaba preservar unos valores que se suponen también contribuyen al bienestar social. Era un objetivo dirigido a conseguir el bienestar social de las sociedades de los destinos. Sin embargo entra en muchas contradicciones con la evolución de la actividad hacia una más consumista, hipermasificada, suntuaria, que no tiene una aportación de valor como sí tenía en su origen. Los primeros turistas, por ejemplo, tenían experiencias más satisfactorias, más placenteras,... era una experiencia más auténtica que los conectaba con el entorno social y natural con el que interactuaban.

¿Y ahora?

Se ha convertido en mucho más, digamos, degradado. No es un turismo de altas experiencias, sino de una experiencia repetitiva que lo que pretende, o está pretendiendo, es simplemente la ocupación del tiempo libre. Las personas quieren ocupar su tiempo libre haciendo turismo o viajes pero no piensan en lo que están consumiendo o están aportando.

¿Desde cuándo lleva sucediendo esto?

Realmente ha habido un cambio estructural a partir de la evolución de las nuevas tecnologías, de las tecnologías de la comunicación y de la información pero, sobre todo, cuando surgen las redes sociales en el año 2000. El punto álgido está en torno a 2015 que es cuando ya las redes sociales comienzan a suplantar lo que es el turismo real. Lo explico. Tenemos un turismo imaginario en redes que va paralelo y va alimentando como un búmeran al turismo real.

Entonces... ¿Hay un turismo imaginario y otro real?

El crecimiento de estos últimos 15 años ha sido alimentado por todo el proceso de cambio social de que todos los ciudadanos del planeta, como una gran mayoría, ya no son ciudadanos reales, sino también son ciudadanos virtuales. Esa virtualidad, esas ansias y necesidad de alimentar la virtualidad con el consumo turístico, está propiciando que el turismo todavía sea como un caballo desbocado y sin una visión que les lleve a plantear dónde están los límites y las fronteras; hacia donde vamos con el turismo. Esto está pasando no solo en nuestro destino sino que está ocurriendo en todo el planeta, es un fenómeno completamente global.

De masificación a ese concepto de turismo sostenible, ¿estamos a tiempo de cambiar en Canarias el rumbo del modelo turístico?

Canarias ha hecho un esfuerzo enorme. Nosotros creemos que es un destino singular, único prácticamente en todo el mundo y que intenta preservarse de lo que está pasando a nivel global. Hemos siempre intentado crecer contenidamente y no desaforadamente. De hecho, hemos hecho uso de legislaciones muy restrictivas que han limitado el crecimiento de la oferta. Es verdad que nuestra posición geográfica tampoco favorece a un crecimiento desbocado. Canarias siempre se ha posicionado de una forma restrictiva por todo el encaje que tiene las restricciones ambientales y el valor paisajístico de las Islas. Ahora está sufriendo esa presión que está alimentada por todo ese cambio tecnológico de las plataformas digitales, de las redes sociales, de todas las posibilidades de que el turismo fluya con mayor fuerza al Archipiélago.

¿Ha sido posible contenerlo?

Imposible sobre todo por el escape que ha supuesto la oferta de vivienda vacacional que eso tampoco se había previsto en el planeamiento canario de hace décadas. Es una válvula de escape que ha permitido aumentar la oferta y seguir creciendo en números turísticos como lo está haciendo Canarias. Evidentemente se está haciendo un esfuerzo enorme desde la política para contener esto. Es una cuestión que afecta al destino en todos sus parámetros de calidad, de interacción con la sociedad y de la oferta de los recursos naturales, sociales y económicos que tenemos a disposición. En todo ello, tenemos que tener un nivel de vida también para la población local.

¿Confía en que en los próximos años se logre elevar ese muro de contención y se 'retorne' a un turismo sostenible?

Evidentemente, sí. Hay una ley que está a punto de ser aprobada, la de la vivienda vacacional, con la que se volvería al cauce restrictivo de crecimiento que se ha tenido. Hemos tenido un cauce de mucha regulación, de mucho pensamiento de lo que se va a hacer donde, por ejemplo, solo se aprobaban hoteles de cinco estrellas estratégicos. En definitiva, una reconversión de la planta alojativa y hotelera que siempre se ha hecho con un esfuerzo encomiable por todos los operadores para convertir las plantas a la altura del siglo XXI. No se puede permitir que se eche a la borda ese trabajo sistemático y de esfuerzo durante décadas por una nueva oferta que aparece insuflada por unos gustos y unos comportamientos que realmente no están en unos parámetros que podríamos calificar de sostenibles en el destino.

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