Empleo

La conflictividad laboral se dispara en Canarias y anuncia un verano caliente

A los problemas de la hostelería en Tenerife se suman nuevas amenazas de huelgas en los sectores del metal y el comercio en la provincia de Las Palmas

Trabajadores de la hostelería durante la jornada de huelga del Jueves Santo.

Trabajadores de la hostelería durante la jornada de huelga del Jueves Santo. / María Pisaca

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Santa Cruz de Tenerife

Primero fue la hostelería en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Luego se le unió el conflicto en el sector del metal en la demarcación de Las Palmas. Y este jueves fueron los trabajadores del comercio, también en las islas orientales, los que a través de UGT alertaron sobre próximas movilizaciones si no se atiende su demanda de una subida salarial del 3%. Entre las tres actividades –la hostelería en la provincia occidental y el metal y el comercio en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura– suman alrededor de 150.000 empleados en alta laboral, es decir, afiliados a la Seguridad Social, lo que da una idea de hasta qué punto puede resultarle inconveniente a la economía canaria que los tres conflictos se enquisten. Máxime a las puertas de una temporada veraniega que se prevé de récord –otra más– para la industria turística, de la que la hostelería es parte fundamental y de la que el comercio se nutre gracias a las compras de los visitantes.

En el caso de la hostelería en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el tira y afloja entre los sindicatos y las patronales sectoriales Ashotel y AERO no parece tener fin. Ya hubo huelga en plena Semana Santa, y todo parece que la habrá también todos los viernes de los próximos julio y agosto. Cuando menos esa es la advertencia de los representantes de los trabajadores, liderados en este caso por Sindicalistas de Base (SB), que este próximo lunes se reunirá con el resto de organizaciones –todas menos CCOO, que no ha querido sumarse a la mesa sindical, algo en lo que subyace su abierto y público enfrentamiento con SB– para redactar una propuesta de acuerdo. Propuesta que elevarán luego a las patronales sectoriales de cara a la reunión que una y otra parte tendrán dos días después, el miércoles 18 de junio, para intentar alcanzar un pacto que cierre las puertas a nuevas huelgas. Las posturas, no obstante, siguen distantes, por lo que no hay demasiado optimismo.

Tres cuartos de lo mismo ocurre en el sector o subsector del metal en la provincia de Las Palmas. Eso sí, el conflicto aquí ha alcanzado un cierto punto de gravedad.

No en vano, la patronal Femepa –la Federación Provincial de Empresas del Metal de Las Palmas– denunció este martes actos vandálicos durante la concentración sindical que tuvo lugar en el exterior de su sede de la capital grancanaria. El caso es que los representantes de los trabajadores del metal de las islas orientales –son casi 20.000 empleados, de los que algo más de la mitad apenas cobran el salario mínimo interprofesional, según los sindicatos– reclaman que el convenio colectivo se actualice en línea con el Estatuto de los Trabajadores en lo relativo a las licencias; que los salarios suban por encima de la inflación; y que se flexibilicen los horarios en pos de la conciliación familiar.

Este jueves fue la Unión General de Trabajadores (UGT) la que anunció nuevas movilizaciones y paros en el comercio en la provincia de Las Palmas, en lo que supone una segunda fase de medidas de presión con el objetivo de acordar el convenio y pactar una subida salarial.

El vicesecretario general de UGT de Canarias, Paco González, destacó entre las peticiones del sindicato una subida salarial del 3% para los próximos tres años, que beneficiaría a los más de 45.000 trabajadores del sector de la provincia que, según aseguró, «no llegan a final de mes». El 26 de junio habrá una huelga parcial de tres horas con el objetivo de «presionar» a la patronal, adelantó González.

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