«Hay que buscar un equilibrio en el precio, ni caro ni barato»

Asprocan justifica que la actual carestía del plátano se debe a los costes de producción y a las condiciones climatológicas

Aspecto del Foro organizado ayer por Prensa Ibérica sobre el sector primario en el Hotel Santa Catalina.

Aspecto del Foro organizado ayer por Prensa Ibérica sobre el sector primario en el Hotel Santa Catalina. / ANDRÉS CRUZ

Las Palmas de Gran Canaria

Los precios que han alcanzado en los últimos tiempos productos como el aguacate o el plátano fueron motivo de debate por parte de los representantes del sector primario. Hace unos meses los aguacates llegaron a superar los 10 euros el kilo, mientras que los plátanos están superando incluso los cuatro euros por kilo, un coste que ha sorprendido a propios y extraños. Los representantes del sector primario coincidieron en que los precios son «irreales» y que la percepción que tienen los consumidores es equivocada porque el sector no puede controlar cuestiones como la comercialización y la climatología.

El presidente de Asprocan, José Carlos Rendón, defendió que «hay que buscar un equilibrio en los precios, ni muy caros pero tampoco muy baratos». El dirigente platanero recordó que cuando la fruta estaba a 80 o 90 céntimos «no alcanzaba ni para pagar el agua», mientras que con los precios actuales sí se están cubriendo los costes de producción. «Recibimos muchas llamadas en la Asociación preguntándonos por los precios del plátano cuando resulta que se trata de un producto que no se ha caracterizado tradicionalmente por ser caro frente a otras frutas», añadió.

El consejero Narvay Quintero advirtió que la percepción social de los precios de los productos agrícolas y ganaderos es diferente a los costes de otros sectores como el turismo. «Podemos pagar hasta seis veces más por un hotel pero cuando se trata de los productos con los que nos alimentamos criticamos las subidas de precios», añadió el titular de Agricultura del Gobierno regional. Quintero recordó la crisis de la papa cuando su precio pasó de 80 céntimos o un euro a más de seis euros por la falta del tubérculo en el mercado, lo que obligó a traer papas de fuera.

«El romanticismo tiene que desterrarse del sector primario, debe ser más profesional y rentable y el precio lo tiene que poner quien lo hace, cada uno sabe el valor que tiene lo que produce», añadió Quintero.

Por su parte, el consejero del Sector Primario del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo, incidió en la necesidad de hacer cumplir la Ley de Cadena Alimentaria para que se pague adecuadamente al agricultor por su trabajo. No obstante, Hidalgo sí cuestionó que la agricultura de exportación, con especial referencia al plátano o al tomate, no priorice también el mercado canario «donde hay más de dos millones de consumidores» cuando se ven tomates en las cadenas de distribución como tomate canario y realmente no lo es. En este sentido, puso en valor las campañas de promoción del plátano canario en la Península pero advirtió que «aquí también consumimos».

La presidenta de la COAG, María del Carmen Pérez, cuestionó que «los precios se quedan en el camino» y también abogó por cumplir la ley. «El precio tiene que ser justo, si no se saca rentabilidad al producto no es justo, entonces no valdría la pena trabajar», añadió la dirigente agraria. Por ello resaltó la necesidad de informar más a la población sobre la cadena de producción que hay detrás de las frutas, verduras o quesos que se producen en las Islas para que los ciudadanos sepan el coste y valorar si el precio final es caro o no. Rendón fue rotundo: «El plátano es barato en comparación con los costes de producción que tenemos, hay menos oferta por las circunstancias y se pone más caro, no se pueda culpar al agricultor».

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