Investigación de la Cátedra de Big Data, Open Data y Blockchain

Un 54% de las empresas canarias aún da la espalda a la digitalización

Los problemas de las firmas isleñas para sumarse a la economía digital tienen más que ver con su pequeño tamaño que con la primacía de los servicios

Un trabajador de un estudio de animación de las Islas.

Un trabajador de un estudio de animación de las Islas. / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife

La mayoría de las empresas canarias aún no se ha digitalizado. Hasta un 54% de las firmas isleñas, es decir, 54 de cada cien y más de cinco de cada diez, sigue sin dar el salto a la economía digital. Es una de las conclusiones que se desprenden de la segunda edición del 'Mapa BOB', un análisis de la Cátedra Cajasiete de Big Data, Open Data y Blockchain de la Universidad de La Laguna (ULL). Es la particular cruz de una moneda que, no obstante, tiene también su cara. Porque si bien aún son minoría los negocios del Archipiélago que trabajan 'en analógico', también es cierto que el porcentaje de los que sí han cogido ya la ola de la digitalización va en franco crecimiento. En 2021, cuando la Cátedra elaboró la primera edición de su 'Mapa BOB' (BOB son las siglas de 'Big Data', 'Open Data' y 'Blockchain'), apenas un 22% de las empresas de la región (poco más de dos de cada diez) había entrado ya en la era digital.

José Luis Roda, director de la Cátedra y profesor titular del departamento de Ingeniería Informática y de Sistemas de la ULL, hace hincapié en que el bajo porcentaje de empresas digitalizadas que hay en el tejido productivo regional tiene más que ver con su pequeño tamaño que con la especialización en el binomio servicios-turismo. Los datos lo corroboran. Hasta un 75% de las grandes firmas de la Comunidad Autónoma ha digitalizado ya, en la medida de lo posible, sus procesos productivos, es decir, tres de cada cuatro. En 2021, el porcentaje era del 53%, con lo que poco más de la mitad de los grandes negocios de las Islas estaba integrado de lleno en la era digital. El incremento es, por tanto, de 22 puntos, un alza más que notable.

Un tejido de micropymes

Ocurre, sin embargo, que el tejido empresarial del Archipiélago lo integran mayoritariamente pymes, y dentro de estas, las micropymes. Los pequeños negocios de toda la vida: el taller de coches, el comercio de la esquina, la tienda de ultramarinos del barrio... De modo que los problemas de las pymes y micropymes para digitalizarse son, por extensión, los problemas de todo el tejido empresarial. Tan es así, que el porcentaje de pequeños negocios que ya está digitalizado (algo que de entrada puede ser tan sencillo y a la vez tan complejo como digitalizar los archivos de clientes, es decir, pasar toda esa información en papel a una base de datos con su correspondiente software de gestión) es exactamente el mismo que el de total de empresas: un 46%. Menos de la mitad.

Y la cosa se complica aún más en el caso de los trabajadores autónomos, claro. Solo un 30% de los micronegocios de los autónomos isleños, tres de cada diez, cuenta con herramientas digitales en su gestión diaria. Eso sí, en 2021 eran el 16%, con lo que el porcentaje se ha duplicado desde entonces.

Falta músculo

En definitiva, hay una evidente brecha entre los niveles de digitalización de las grandes empresas y las pymes, algo hasta cierto punto lógico por cuanto los micronegocios bastante tienen con «ir apagando fuegos», es decir, con resolver esos problemas del día a día relacionados con el 'stock' de mercancías, con la logística o con la gestión de la caja, ahonda Roda. Les falta el 'músculo' que sí tienen las grandes compañías, algo también lógico, de ahí que el director de la Cátedra BOB subraye la importancia de que la Administración pública apoye y acompañe a las empresas en general y a las pymes en particular en este proceso. Y lo cierto es que algo viene haciéndose bien, ya que aunque aún bajo, la tasa de empresas digitalizadas está en crecimiento.

Hay que puntualizar, eso sí, que en la Cátedra Cajasiete BOB consideran que los aún bajos niveles de digitalización empresarial no tienen tanto que ver con las actividades que predominan en las Islas, esto es, con el binomio servicios-turismo, como con ese carácter micro de la gran mayoría de los negocios. De ahí que tanto Roda como el economista José Miguel González, miembro de la Cátedra, insistan en esa necesidad de que la Administración pública contribuya tanto como pueda a promover la digitalización de las pymes. «La limitación en el proceso hacia la digitalización es de dimensión, no de sector», subraya González. De hecho, el negocio turístico es muy «digitalizable», y no hay más que pensar en cómo se ha transformado el servicio del 'check-in' en los hoteles, para el que casi ya no es necesario pasar por la recepción del establecimiento.

Con todo, el economista reconoce que es necesario también vencer algunas ideas preconcebidas que aún hoy existen sobre la digitalización. Se trata de hacer ver que el objetivo de digitalizar el negocio «es hacerlo mejor transformando a las personas, no sustituyéndolas».

Los resultados del 'Mapa BOB' serán presentados el próximo día 22 en un 'webinar' (encuentro telemático) abierto a la participación de las empresas. Un acto en el que estarán José Luis Roda, José Miguel González y también el director de Estrategia, Datos y Sostenibilidad de Cajasiete, Carlos González, y en el que la idea es que la Cátedra reciba también las aportaciones, dudas, sugerencias y demás de cara a próximas edición del mapa.

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