Acelerón en la puesta en marcha de incentivos a las renovables en Canarias

El sector privado coincide en que sacar un proyecto adelante en el Archipiélago exigía «sangre, sudor y lágrimas» a las empresas

Santa Cruz de Tenerife

Sacar adelante un proyecto de energías renovables en el Archipiélago exige muchas veces «sangre, sudor y lágrimas» a las empresas. La falta de planificación, la oposición de una parte de la población y los extensos trámites burocráticos convierten este tipo de inversiones en toda una odisea. Una odisea que la Consejería de Transición Ecológica y Energía quería dar por terminada.

Para ello, Canarias está ultimando, junto con los cabildos, los mapas que localizarán las zonas de aceleración de las energías renovables. Estos espacios estarán indicados para el desarrollo de la generación eólica y solar en el Archipiélago y acabarán con uno de los principales escollos para el despegue de las energías limpias en las Islas: la inseguridad jurídica con la que se encontraban los promotores para efectuar inversiones.

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El Día

Canarias tras la emergencia energética

Así lo explicó este jueves el consejero Mariano Hernández Zapata en el foro Canarias tras la emergencia energética: avances y soluciones, organizado por Prensa Ibérica, editorial de ELDÍA y La Provincia, y patrocinado por Grupo Menceyes, Ecoener y DISA.

Zapata detalló que muy pronto las empresas que quieran avanzar en renovables en el Archipiélago «van a saber dónde van a poder instalar un proyecto de éxito, sin que se dilate y sin tener una espada de damocles de si saldrá adelante o no».

Para acelerar la tramitación estas zonas de aceleración de renovables contarán con una declaración ambiental previa que agilizará los proyectos. 

El sector energético espera como agua de mayo este mecanismo y así lo dejaron patente los representantes empresariales que tras la intervención del consejero participaron en un coloquio, al que después se unió el propio Zapata.

Complicaciones

El director del área de energía del Grupo Disa, Santiago Rull; el director de relaciones institucionales e Innovación de Endesa en Canarias, José Manuel Valle; y el director de Operación en Tiempo Real de Eléctrica (REE), Juan Bola, pudieron dar su visión acerca de la actual situación en Canarias.

Respecto a la generación de energía renovable, todos coincidieron en que su desarrollo en el Archipiélago, a pesar de ser un territorio con un enorme potencial para la implantación de la eólica o la fotovoltaica, es más complicado que en otros puntos de la geografía española. El territorio más limitado, la orografía y el extenso espacio protegido que existen en las Islas suponen desafíos añadidos. 

Así lo consideró Rull, quien argumentó que el equipo de la compañía desarrolla «con sangre, sudor y lágrimas» los proyectos que posibilitarán que a final de año se puedan tener 140 megavatios más. Bajo su punto de vista, lo que se debería fomentar es la reducción de las emisiones y para ello pueden contribuir múltiples medidas y no solo el aumento de la generación a través de renovables. 

Para Juan Bola, otro de los problemas que tiene el sistema energético canario son los vertidos, es decir, la energía renovable que se pierde por no tener infraestructuras adecuadas para su almacenamiento. «Se deberían tener en todos los sistemas canarios para poder almacenar ese sobrante y hacer que las instalaciones fueran más rentables», determinó. 

Pero para ello, primero se tendrían que definir las condiciones para la instalación de baterías, apuntó José Manuel Valle. «La potencia de renovables crece, pero no crece el porcentaje de generación porque todo lo que se produce de más va a vertido», lamentó.

Reducir los apagones

El debate también se detuvo en las medidas para reducir los apagones en las Islas. Juan Bola explicó que ningún sistema del mundo está libre de sufrir apagones y señaló que en España «estamos mal acostumbrados porque tenemos muy pocos».

El director de Operaciones a Tiempo Real de Red Eléctrica señaló que el gran problema es la obsolescencia de las centrales de generación que existen en las Islas. De manera que en 2024, con una demanda energética menor que la que existía en 2016, el riesgo es mucho mayor porque «progresivamente se ha quedado parte de la generación no disponible». 

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