ENERGÍA

La patronal de las nucleares paraliza el cambio de presidente en pleno debate sobre el cierre de las centrales

Luis Soriano, exdirector general de la asociación mundial del sector, retira su candidatura para presidir Foro Nuclear a última hora y la junta de Foro Nuclear aprobará mantener a Ignacio Araluce sin fecha prevista de salida

El presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce.

El presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce. / Alba Vigaray

David Page

David Page

Madrid

Foro Nuclear, la patronal del sector nuclear español, paraliza el inminente relevo en su presidencia en pleno revuelo por el calendario de cierre de las centrales y con algunos de sus principales asociados -singularmente Endesa e Iberdrola- solicitando reabrir el debate sobre la continuidad de los reactores. Estaba previsto que la próxima semana Luis Soriano, exdirector general de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO), fuera elegido nuevo presidente de Foro Nuclear, pero ha retirado su candidatura a última hora esgrimiendo razones personales.

El comité de dirección de Foro Nuclear propondrá la próxima semana a la asamblea de la patronal -en la que se integran las grandes eléctricas propietarias de las centrales y también toda la industria vinculada al sector- la continuidad como presidente de Ignacio Araluce, que lleva ya ocho años en el cargo y preparaba el fin de su mandato. La propuesta es que Araluce siga al frente de la asociación sin una fecha concreta de salida y con el objetivo de que se mantenga durante un periodo prolongado.

La paralización del cambio en la cúpula de Foro Nuclear se produce en un momento clave para el sector, con las grandes eléctricas reclamando abiertamente al Gobierno analizar la conveniencia de mantener en funcionamiento las centrales nucleares más tiempo del previsto y con la batalla política emprendida por el PP para reformar el calendario de cierres de los reactores. Un debate abierto ahora por la cercanía de las primeras clausuras, las de Almaraz I y II (en 2027 y 2028, respectivamente), y la necesidad de adoptar decisiones con suficiente antelación para revertir el cierre.

Las grandes eléctricas pactaron en 2019 entre ellas y con Enresa, la empresa pública encargada de desmantelar las centrales y de gestionar los residuos radiactivos, un calendario de cierre progresivo de todos los reactores. El acuerdo con Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP -las eléctricas propietarias de las plantas- establece una clausura escalonada de las plantas que arrancaría en 2027 (con Almaraz) y culminaría con el último el cierre en 2035 (con Trillo). Un pacto que servía entonces para apagar el enfrentamiento entre las propias compañías eléctricas sobre cuándo cerrar en las centrales y cuánto invertir en ellas para mantenerlas en funcionamiento.

Desde el Gobierno se insiste en las últimas semanas en que las eléctricas no han solicitado modificar ese calendario de cierres desde su aprobación y que no lo hacen por razones económicas, porque les resulta más rentable seguir creciendo en renovables que ejecutar las grandes inversiones que requeriría prolongar la vida de los siete reactores ahora operativos en España. Tras años de tibieza y sin lanzar mensajes rotundos, tanto Iberdrola como Endesa están mostrando ahora claramente en público una posición defensa de prolongación de las nucleares como vía para asegurar el consumo intensivo de electricidad de grandes proyectos industriales (como los centros de datos) y hacerlo con una tecnología energética como la nuclear sin emisiones de efecto invernadero.

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