Mercado laboral
La falta de trabajadores deja la tasa de paro extranjero en Canarias en la más baja del país
El porcentaje de desempleados entre los 116.000 extracomunitarios que se ocupan en las Islas es de un 14,7%, cuatro puntos inferior a la media nacional

Una cola de personas a la entrada de una oficina de empleo del Archipiélago.
El mercado laboral canario presenta dos paradojas: por un lado, las empresas se las ven y se las desean para encontrar trabajadores, en especial en sectores como la hostelería y la construcción, pero las cifras de ocupados y de empleados afiliados a la Seguridad Social se mueven en máximos históricos; por otro, en las Islas coexisten una de las tasas de paro más altas de España con la tasa de paro más baja del país –14,74%– entre los extracomunitarios, es decir, entre los ciudadanos de fuera de la Unión Europea (UE). Dos hechos relacionados entre sí –las dificultades para encontrar determinados perfiles obligan a las empresas a importar mano de obra extranjera– que convierten el peculiar mercado de trabajo del Archipiélago en una excepción dentro de España.
Canarias cerró 2024 con una tasa de desempleo del 13,76%. Un porcentaje hasta 2,42 puntos superior a la media nacional, del 11,34%, y también uno de los más altos del país. De hecho, solo en Extremadura –15,51%– y en Andalucía –16,46%– tienen tasas de paro aún más altas que la de las Islas. No obstante, que el Archipiélago soporte peores ratios de desocupados que la mayoría de las restantes comunidades autónomas es algo habitual, es algo casi endémico del mercado laboral de la región. Por el contrario, sí llama la atención que el escenario sea radicalmente distinto en el caso de los trabajadores extranjeros y, en especial, en el de los extracomunitarios.
La misma Canarias cuya tasa de desempleo está entre las tres más altas del Estado tiene a su vez uno de los tres porcentajes de parados extranjeros más bajos del país. En España está desocupado un 16,74% de los foráneos –en este caso incluidos todos los extranjeros, tanto los comunitarios como los no comunitarios–, mientras que en las Islas solo lo está un 13,58%. Tan solo dos comunidades presentan una tasa de paro foráneo menor que la del Archipiélago: Baleares, con un 13,19%, y Aragón, con un 13,1%. Para hacerse una idea de hasta qué punto se trata de un porcentaje pequeño basta con apuntar que rebasa el 20% en hasta siete autonomías: en Castilla-La Mancha, Galicia, Navarra, Andalucía, Asturias, País Vasco y Extremadura, donde el porcentaje de desempleados extranjeros oscila entre el 20,55% de Castilla-La Mancha y el 27,72% de Extremadura, en todos los casos muy por encima de Canarias. Con todo, el contraste entre la alta tasa de paro convencional, global u ordinaria –que no discrimina nacionalidades– y la baja tasa de paro foráneo es aún más evidente cuando la lupa se pone sobre los ciudadanos de fuera de la UE.
Según la Encuesta de población activa de 2024 –la encuesta anual, que es la que muestra las cifras promedio del último ejercicio–, en las Islas hay 176.000 súbditos de terceros países en edad, disposición y condiciones para trabajar. De ellos, 59.900 son ciudadanos comunitarios, esto es, de Estados miembros de la Unión Europea, y la gran mayoría, los restantes 116.100, son de fuera de la UE, la mayor parte, latinoamericanos. Pues bien, entre estos últimos, la tasa de paro es del 14,74%, un porcentaje que por sí solo no dice gran cosa pero que es el más bajo de España. No en vano, de esos poco más de 116.000 activos extracomunitarios que hay en la región, más de 99.000 tienen trabajo, mientras que son menos de 17.000 los que están en desempleo. Canarias es así una suerte de paraíso para el extranjero de fuera de la UE que busca un puesto de trabajo, y lo es por dos grandes motivos: primero porque el Archipiélago atraviesa una coyuntura de crecimiento económico y de creación de empleo, y segundo porque los obstáculos de tantísimas empresas para encontrar perfiles adecuados les dan posibilidades extras de contratación.
En línea con lo anterior, el economista José Miguel González, responsable del área de Consultoría del despacho Corporación 5 y ex director general de Trabajo del Gobierno de Canarias, recuerda que detrás de esa baja tasa de paro extracomunitario –la más baja de España, cabe recalcar– está una emigración que ve en las Islas un lugar «donde se le garantizan horas de trabajo», un lugar «atractivo para vivir», en el sentido de que brinda oportunidades para emplearse y forjarse así un futuro. Y si a esto se le suma la paradójica circunstancia de que los récords de ocupados y afiliados a la Seguridad Social conviven o coexisten con esos problemas de las empresas para dar con determinados perfiles –ya no solo cualificados, sino también no cualificados, es decir, incluso para tareas digamos manuales y/o rutinarias–, pues resulta hasta cierto punto lógico que la mano de obra extranjera, en general, y extracomunitaria, en particular, tengan más oportunidades que nunca de encontrar un empleo en el Archipiélago.
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