Galicia

EEUU expande su proteccionismo al naval y pone en jaque al sector gallego

Planea tasas a barcos fabricados en China para potenciar su industria y luchar contra el dominio asiático

El astillero Newport News Shipbuilding, de Virginia, EEUU.

El astillero Newport News Shipbuilding, de Virginia, EEUU. / HII

Adrián Amoedo

Vigo

La guerra arancelaria iniciada por Donald Trump desde su llegada a la Casa Blanca se extenderá ahora al naval. Aunque, en este caso, la batalla viene de antes de la llegada del polémico presidente. El Gobierno de EEUU planea imponer tasas a los buques construidos en China o que lleguen a sus puertos ondeando la bandera de ese país para intentar así potenciar sus propios astilleros y la industria auxiliar local. Una medida proteccionista que llega tras la demanda de los sindicatos conocida ya el año pasado y tras la investigación realizada por la máxima institución en materia de comercio del país, la Office of the United States Trade Representative (USTR), que concluyó que el Ejecutivo chino lleva años maniobrando con prácticas "desleales" para alcanzar su posición de dominio actual. El movimiento pone en jaque al naval gallego, presente en el país con algunas empresas, con contratos de suministro para buques realizados allí o con alguna nueva construcción, como el reciente oceanográfico David Packard, fabricado por Freire Shipyard.

En una unión inédita de la que informó FARO hace un año, cinco entidades sindicales plantearon una demanda ante la USTR para instar una investigación sobre el naval chino, cuyas conclusiones trasladó a comienzos de año, aludiendo a prácticas de dopaje financiero, robo de propiedad intelectual, operaciones de crecimiento inorgánico o barreras a empresas extranjeras. Ya en aquel momento, los sindicatos plantearon establecer una tasa para cada barco construido en China que llegase a los puertos de EEUU.

Ahora, ya bajo la batuta de un Trump desatado con los aranceles (y otras cuestiones), parece que estas medidas serán impulsadas. Según recoge Reuters, el Ejecutivo de EEUU trabaja en una orden ejecutiva cuyo proyecto, fechado el 27 de febrero, propone imponer tarifas a cualquier buque que entre a un puerto estadounidense, "sin importar dónde fue construido o abanderado, si ese buque es parte de una flota que incluye buques construidos o abanderados en la República Popular China (RPC)".

El texto no cifra la cuantía de estas tarifas, si bien la USTR habló en su momento de 1,5 millones de dólares (1,4 millones de euros al cambio) por cada buque chino que pretenda entrar en EEUU o 1.000 dólares (920 euros) por tonelada neta de capacidad de carga. Lo que sí recoge es que el país buscará que sus aliados y socios adopten medidas similares. De lo contrario, habrá represalias.

El astillero Ingalls Shipbuilding, en Misisipi, EEUU.

El astillero Ingalls Shipbuilding, en Misisipi, EEUU. / HII

La maniobra tiene una doble lectura para el sector en Galicia. Tanto Aclunaga (clúster del naval) como Asime (patronal del metal) señalan, por un lado, que esto podría traer problemas para las empresas gallegas de esta industria que operan allí, así como para posibles pedidos que ahora podrían ya no llegar nunca; por otro, piden a la UE un proteccionismo similar frente al gigante asiático.

"Nos parece una medida arriesgada y que complica algo más nuestra operativa en EEUU", señala el gerente de Aclunaga, Óscar Gómez, que al mismo tiempo califica la decisión de "valiente". "Es lo que debería estar haciendo la UE, que da la espalda a la industria europea y permite la extorsión china en nuestros sectores", resume.

Enrique Mallón, por su parte, cree que es difícil "vislumbrar las consecuencias" para el sector gallego o comunitario, pero se muestra sorprendido de "la tardanza" de EEUU en tomar la decisión. "Entendemos que quieran apoyan y reflotar su industria naval", valora el secretario general de Asime, "y llamamos a la UE para que intente apoyar y favorecer con apoyos públicos a la construcción naval europea".

El propio Trump, en su discurso el pasado martes en el Congreso, adelantó la creación de una nueva Oficina de Construcción Naval en la Casa Blanca y dijo: "Antes hacíamos muchos barcos. Ya no los hacemos mucho, pero vamos a hacerlos muy rápido, muy pronto". Si la orden sale adelante, habrá que ver si China responde. ¿Hará la UE algo similar? "Ni están ni se les espera", lamenta Gómez.

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