Energía

Moeve y Acciona entran en los planes de Rabat para el hidrógeno verde

Marruecos elige a compañías internacionales para seis grandes proyectos en el Sáhara en paralelo a las exploraciones en busca de gas

Una plataforma petrolífera.

Una plataforma petrolífera. / Juan Carlos Castro

DAVID PAGE / M. Á. MONTERO

Madrid / Santa Cruz de de Tenerife

Marruecos opera en varios frentes en su objetivo de convertirse en una potencia energética y ganar así peso e influencia en el escenario internacional. Si por un lado ha concedido ya la licencia definitiva al consorcio liderado por la multinacional israelí NewMed Energy para buscar gas en el lecho marino al sureste de Canarias –a apenas 240 kilómetros de la reserva natural de las Dunas de Maspalomas–, por otro quiere entrar de lleno en la revolución del hidrógeno verde. El Gobierno alauí ha puesto en marcha una estrategia para convertir el país en productor de la que promete ser uno de los grandes vectores de la transición energética, al usar electricidad procedente de energías renovables para su producción y al poder sustituir el gas natural en sectores industriales para reducir sus emisiones. Y los grupos energéticos españoles Moeve –la antigua Cepsa– y Acciona se lanzan a participar en el desarrollo del nuevo negocio de gas renovable en Marruecos.

En el capítulo de las prospecciones, NewMed y la marroquí Adarco Energy –cuyos respectivos propietarios son los magnates Yitzhak Tshuva y Yariv Elbaz– ya cuentan con el plácet de la Oficina Nacional de Minas e Hidrocarburos del país vecino para perforar el subsuelo en una vasta extensión de hasta 28.935,3 kilómetros cuadrados situada en aguas del Sáhara Occidental. Aguas sobre las que Rabat se arroga una soberanía que ejerce de facto pero no de iure, toda vez que el territorio del Sáhara Occidental está ocupado por Marruecos, que ahora ocupa también su Zona Económica Exclusiva –la zona marítima que discurre desde la costa hasta las 200 millas náuticas y en la que el Estado ribereño extiende su soberanía–. En definitiva, el reino alauí asume por la vía de los hechos la gestión y la explotación de los recursos naturales de lo que podría denominarse el mar saharaui, y como tal ha dado el permiso a la alianza entre NewMed y Adarco para buscar gas y, en su caso, extraerlo y explotarlo. Un proyecto sobre el que el Gobierno de Pedro Sánchez no se ha manifestado y que le permite a Israel aparecer como actor invitado en el área, el espacio o la zona de interés del Archipiélago, y por ende de España.

La Justicia europea ya ‘tumbó’ los acuerdos de pesca con el reino alauí por no contar con el ‘sí’ del pueblo saharaui

El otro frente energético en el que se mueve Rabat, el del hidrógeno verde, también está en movimiento. El Gobierno de Marruecos ha anunciado la selección de grupos energéticos internacionales para poner en marcha seis proyectos vinculados al hidrógeno verde que movilizarán inversiones por 319.000 millones de dirhams –unos 30.200 millones de euros– y que también se desarrollarán en territorio del Sáhara Occidental. Se trata, de momento, de una resolución preliminar, y ahora toca iniciar las negociaciones entre las compañías y las autoridades marroquíes para concretar el desarrollo de los proyectos.

El Ejecutivo marroquí, liderado por Aziz Akhannouch, ha seleccionado a un consorcio integrado por Acciona, la estadounidense Ortus y la alemana Nordex para producir amoniaco verde –que sirve para almacenar y transportar el hidrógeno– y otra alianza integrada por Moeve y por el grupo abudabí Taqa para generar amoniaco y también combustibles verdes industriales.

Tanto la búsqueda de gas en el lecho marino como el megaplán para el hidrógeno se ejecutarán en zonas ocupadas

Entre las empresas seleccionadas para impulsar proyectos, la mayoría vinculados a la producción de amoniaco verde, también se encuentran un consorcio de los gigantes chinos China Three Gorges y United Energy Group, la saudí ACWA y también la marroquí Nareva. Los nuevos proyectos se suman a otras iniciativas en la que participan las francesas Engie y Totalenergies, fruto de acuerdos firmados el año pasado directamente por el rey marroquí Mohamed VI y el presidente galo, Emmanuel Macron.

Moeve pretende hacer del hidrógeno verde uno de los negocios clave para su crecimiento futuro. La antigua Cepsa desarrolla en España un megaproyecto del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde y cuenta con oportunidades de crecimiento internacionales no solo en Marruecos, sino también en Argelia –de la mano de Sonatrach–, en Estados Unidos y en Brasil. Acciona, por su parte, prepara su entrada ahora en Marruecos como parte de la alianza con Nordex -de la que es también principal accionista- para buscar proyectos potenciales de hidrógeno verde en todo el mundo.

La cuestión de la soberanía

Hay que insistir en que tanto la búsqueda de gas y otros hidrocarburos en el lecho marino como los proyectos para el desarrollo de la industria del hidrógeno verde se ejecutarán en aguas y en suelos del Sáhara Occidental, aguas y suelos en los que la comunidad internacional no reconoce la soberanía marroquí. No obstante, el país vecino cuenta para ambas empresas con las simpatías de Estados Unidos, cuya Administración promovió los Acuerdos de Abraham en virtud de los cuales el reino alauí reconoció al Estado de Israel y se establecieron relaciones bilaterales. Son estos acuerdos el verdadero origen de la alianza –hubiera sido una extraña alianza antes de la firma de los pactos de Abraham en 2020– entre NewMed y Adarco.

También hay que recordar que la Justicia europea tumbó los acuerdos que en materia de pesca y agricultura suscribieron en su día Rabat y Bruselas precisamente por no contar con el consentimiento del pueblo saharaui, el mismo que tampoco tienen, claro, los proyectos energéticos del gas y el hidrógeno verde.

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