El comercio canario encadena cuatro años al alza con menos tiendas

La sangría de empresas continua en el Archipiélago por la subida de costes y los nuevos hábitos de compra de los isleños

Una trabajadora en una tienda del Archipiélago.

Una trabajadora en una tienda del Archipiélago. / Carsten W. Lauritsen

Santa Cruz de Tenerife

Más ventas pero menos tiendas. Así podría resumirse la situación del comercio en Canarias, que a pesar de encadenar cuatro años de crecimiento de la facturación ve como el tejido comercial del Archipiélago cada vez es más pequeño. 2024 cerró como un año excelente en cuanto a las ventas, con un alza del 5,2%, la más alta de España por segundo año consecutivo. También avanza la ocupación, que sube un 3,8%, muy por encima de la media del país. Pero la cara más amarga la pone el cierre de negocios. Las Islas perdieron un total de 169, una reducción del 1,2%. Lo que no es otra cosa que un suma y sigue, si se tiene en cuenta que desde 2019, han bajado la persiana para no volver a levantarla más de 1.200 tiendas. Y la cifra se vuelve todavía más dramática si se añaden aquellas empresas que no tienen trabajadores contratados. El recorte es de 7.444 en tan solo siete años.

Son datos que este viernes 7 de febrero puso de manifiesto el Boletín Sectorial del Comercio que elabora la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Su directora, Lola Pérez, señaló que a pesar de esta paradoja, el comercio se mantiene como uno de los motores que está tirando de la economía del Archipiélago. 

Pero, ¿cuáles son los motivos para que se esté dando esta situación? Por un lado, el crecimiento de la demanda es un factor que explica que exista este crecimiento. Una demanda de la que son parte importante los compradores extranjeros que vienen a pasar sus vacaciones a Canarias y realizan aquí sus compras. Con la llegada de turistas en números récord y un gasto que parece no tocar techo, el comercio isleño se está beneficiando de al menos una parte de ese desembolso. A la demanda externa se une la interna que también se ha visto reforzada en los últimos tiempos por varios condicionantes. La moderación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que parecer haber dado carpetazo a la crisis inflacionista, ha insuflado oxígeno en el bolsillo de los canarios, que ahora pueden dedicar una mayor parte de sus ingresos a hacer compras. Lo mismo ocurre con la moderación de los tipos de interés que también ha supuesto un alivio para los presupuestos mensuales de las familias. 

Estos son los factores que están detrás de ese incremento del 5,2% en las ventas del comercio. El director de relaciones internacionales de Cajasiete, José Manuel Garrido, aseguró que los datos de la entidad van en esta misma línea y citó que el número de terminales en puntos de venta creció un 8%. 

Pero no se debe confundir facturación, es decir lo que ingresan las tiendas por la venta de sus productos, con beneficios, que no son otra cosa que la diferencia entre esos ingresos y los gastos. Y es aquí donde entra la otra cara de la moneda. Los costes a los que tienen que hacer frente las tiendas se han multiplicado en los últimos años. Después de la pandemia, en la que muchas tuvieron que endeudarse para poder seguir a flote, los alquileres, los proveedores, la factura de la luz o los salarios se han incrementado de forma sustancial. Incrementos que puestos en una balanza, sobre todo en el caso de los pequeños negocios, muchas veces hace que esta se incline de tal manera que no les queda más remedio que cerrar. 

Ahora muchos se enfrentan también a la escasez de mano de obra, que no les permite hacer crecer su actividad y se enfrentan a la incertidumbre de la posible reducción de la jornada laboral. Un cambio que si llega a confirmarse no hará otra cosa que agravar la situación, advirtió Pérez, y que afectará sobre todo a las empresas más pequeñas, con menos personal y menos capacidad para acomodar turnos. 

Los nuevos hábitos de compra y el auge del comercio online también está detrás de esta sangría de empresas. En este sentido, la directora de la Cámara de Comercio reclamó ayudas para que los pequeños comercios puedan digitalizarse y modernizar sus procesos. 

Asimismo, otra de las demandas del sector es la eliminación de la franquicia de los 150 euros en las compras que se realizan por internet, ya que la consideran una competencia desleal que está afectando mucho al comercio local. 

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