Mercado laboral

Los sueldos crecen en Canarias tres veces menos que el salario mínimo

Los 150.000 trabajadores isleños que perciben el SMI son los únicos empleados que han ganado poder adquisitivo desde 2018

Dos hombres, cargados de bolsas tras hacer la compra en el súper.

Dos hombres, cargados de bolsas tras hacer la compra en el súper. / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife

Los sueldos crecen en Canarias a un ritmo tres veces inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Desde 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, el SMI ha subido un 54%, hasta convertirse en el sueldo más frecuente en España. En ese mismo período, el salario medio se incrementó en las Islas un 18,3%, 38 puntos menos.

El presidente del Gobierno central prometió este domingo un nuevo aumento del SMI en 2025. Sería la séptima subida del sueldo mínimo desde que Sánchez asumiera la presidencia a mediados de 2018. El SMI ha pasado así de los 735,9 euros de entonces a los actuales 1.134 euros mensuales. El incremento exacto es de un 54,1%. De esta medida se han beneficiado en el Archipiélago los alrededor de 150.000 asalariados que de acuerdo con los datos que manejan en Comisiones Obreras (CCOO) cobran la cuantía mínima. Menos, mucho menos, se han revalorizado las nóminas de los restantes trabajadores por cuenta ajena.

Según la Encuesta trimestral de coste laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE), los asalariados canarios percibían a comienzos de 2018 una media de 1.430,6 euros brutos, incluidos el sueldo base, los complementos, las horas extras y los pagos en especie. Entonces la diferencia entre la nómina media y el SMI –735,9 euros– era de 694,7 euros. Hoy, seis años después, el salario medio alcanza en las Islas los 1.692,5 euros brutos, con lo que ha aumentado el susodicho 18,3%. En consecuencia, la brecha entre el sueldo medio y el SMI –ahora en esos 1.134 euros– se ha acortado de aquellos 695 euros de diferencia que había en 2018 a los actuales 558,5 euros.

Resulta así que el SMI equivale en estos momentos al 67% del sueldo promedio en el Archipiélago. Algo que de entrada se antoja positivo, por cuanto las nóminas de esos 150.000 canarios que cobran la retribución mínima han experimentado un alza notable, pero que también encierra riesgos.

No en vano, las autoridades europeas recomiendan que el SMI oscile entre un 50 y un 60% de la retribución media o mediana. Porque el salario mínimo debe garantizar los recursos suficientes al trabajador, pero acercarlo en demasía al sueldo medio puede tener efectos perniciosos para los distintos actores económicos. Para los consumidores, en el caso de que las empresas compensen el mayor coste salarial con subidas de precios; para las empresas, en la medida en que ese mayor coste trastoque su cuenta de resultados y, por tanto, sus posibilidades de inversión; y para los trabajadores, por cuanto un SMI inflado puede, por un lado, debilitar la demanda de mano de obra –lo que no es sinónimo de destrucción de empleo en sentido estricto, de ahí que resulte más difícilmente perceptible– y, por otro, dar lugar a bajadas de sueldos a quienes ganen más del SMI para que la empresa cubra así el mayor gasto en las nóminas sí sujetas al salario mínimo. Riesgos que son más factibles en economías, como la regional, con negocios de muy pequeña dimensión y sueldos bajos.

Lo anterior explica por qué el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Pedro Ortega, en línea con su homólogo de la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife), Pedro Alfonso, pone énfasis en que la ortodoxia económica dicta que las subidas salariales deben estar precedidas de mejoras en la productividad, «pero ahora mismo se está haciendo lo contrario», subraya Ortega. Es decir, los sueldos están incrementándose, en este caso el SMI, sin considerar el comportamiento de la productividad. En otras palabras: sin tener en cuenta si la empresa ha mejorado o no sus niveles de eficiencia y, por tanto, si es capaz de hacer o de producir más con los mismos recursos, lo que en última instancia es la vía hacia el crecimiento económico, hacia mayores salarios y hacia un mayor bienestar social. En este sentido, Ortega avisa que miles de pymes canarias van a pasarlo muy mal si el Gobierno, como parece, impone un nuevo incremento del SMI de 50 euros al mes.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cargó este lunes contra la patronal por su negativa a otra revalorización del SMI. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se preguntó en TVE si «¿alguien que tiene un pequeño establecimiento en un pueblo tiene capacidad de pagar 2.000 euros al mes cuando cada día le entran cuatro?». Díaz le respondió a través de la red social X, antes Twitter: «Qué fácil es decir eso cuando cobras 25 veces el SMI»

La sensible subida que ha experimentado el SMI desde 2018 ha permitido que esos 150.000 isleños que cobran el salario mínimo ganen poder adquisitivo. El coste de vida ha aumentado un 21,9% desde aquel año, esto es, 32,2 puntos menos de lo que lo ha hecho el SMI pero 3,6 puntos más que la nómina media. Así que el grueso de los asalariados, al margen de esos 150.000 que perciben el SMI, ha perdido capacidad de compra desde 2018.

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