Calles vacías y centros comerciales a reventar en el primer día de rebajas

Familias, profesorado y jóvenes tinerfeños fueron los primeros en acudir a comprar productos rebajados y cambiar o devolver los regalos de Reyes

Primer día de rebajas en Santa Cruz de Tenerife

María Pisaca

Lucía Mora

Lucía Mora

El primer día de rebajas en el día de este martes en Santa Cruz de Tenerife dejó una imagen peculiar: calles vacías y centros comerciales a reventar. Atrás quedó la estampa de aquel esperado 7 de enero, de colas en carretera, de desesperación en tiendas y de buscar una talla entre mil prendas desdobladas o, de encontrarla, era en otra sección mezclada.

Transitar por la céntrica calle Castillo, en la capital tinerfeña, durante la jornada de ayer era tarea sencilla. La presencia de extranjeros igualaba a la de los tinerfeños que aprovecharon para cambiar o devolver regalos de Reyes o gastar el dinero que dejaron los Reyes Magos en productos rebajados. 

Desde primera hora de la mañana, se colocaron los clásicos vinilos y carteles rojos que llamaban la atención con las promociones, descuentos y rebajas de productos en su interior. Sin embargo, los clientes ya no sucumben a esta estrategia visual. Durante el año muchos establecimientos llevan a cabo campañas de descuentos, como los que ofrecen a mitad de temporada, durante el Black Friday o para liquidación de mercancía, donde alcanzan hasta el 80% de rebaja en el precio final. 

La dueña de una tienda de textil en esta calle era clara:«esto no es lo que era». Lo afirmaba mientras recordaba que la gente prefiere comprar online y que llegue a su casa antes que meterse «en el follón» de los establecimientos.

Nada más lejos de la realidad. En otra tienda, de una reconocida marca de ropa, las colas comenzaron a formarse nada más abrir aunque formaron dos filas en caja: a la izquierda la de compras; a la derecha la de cambios y devoluciones. La espera no era mucha pero muchos percheros y estanterías estaban bajo mínimos. «Han arrasado con todo», comentaba una empleada que atendía a un cliente. 

No solo tenía que responder a las preguntas sobre disponibilidad de tallas o prendas, sino que también tenía que buscar y entregar aquellos pedidos de compras por Internet que muchos aprovechaban para recoger. «En menos de una semana esto será una locura», auguraba, cuando lleguen las compras de prendas rebajadas que comenzaban a realizarse hoy.

Hubo alguno que fue previsor y antes de entrar a trabajar en el centro capitalino, a las 10 de la mañana, acudió a cambiar unos zapatos que le habían regalado. «No había nada que me gustara y pedí un vale», comentó, a la vez que aludía a que no tardó «nada» en ello. 

La primera jornada de las rebajas de invierno coincidió con una jornada no lectiva en los centros escolares de las Islas por lo que no sorprendía ver a jóvenes y profesores por las calles. De hecho, una de las imágenes curiosas del día en la calle Castillo estuvo en una de las esquinas de la misma. Un joven de 16 años se tropezaba con su profesora y, aprovechando el momento distendido de la situación, no perdió ni un solo minuto para pedirle «que le subiera las notas» este trimestre «porque se había portado bien». 

Al otro lado, la imagen de una madre con sus dos hijas era un ejemplo de otra de las estampas que se repetían en varios puntos de la zona comercial. «Venimos por la mañana porque por la tarde esto estará lleno de gente», comentaban mientras buscaban una tienda en la que cambiar unos zapatos y «aprovechar para comprar algo de rebajas». No fueron las únicas. Un padre junto a su hija se dirigían apresurados a un centro comercial cercano porque «los Reyes se confundieron». En este caso, querían cambiar una cartera porque la joven «ya tenía una muy parecida».

Atravesar las calles era fácil, incluso se podía divisar algún aparcamiento en las zonas aledañas a la peatonal comercial. Hubo quien prefirió bajar en transporte público porque, tal y como pensó un joven, «esperaba más gente». Y como él, lo tuvo que pensar más personas. Las guaguas iban a reventar y en las paradas del tranvía no cabía ni un alfiler. Algunos con una bolsa en la mano pero no todas eran de tiendas. Más de un santacrucero aprovechó para hacer la compra porque «la nevera se quedó vacía» al «pasar toda la familiar por casa y dejarme pelada», tal y como expresaba con una sonrisa una mujer que fue a la Recova, el Mercado de Santa Cruz.

Centro comercial

A escasos metros, en el Corte Inglés, la situación era bien distinta a la que se vivía en el exterior. Los tinerfeños tuvieron que armarse de paciencia en las plantas de cosmética, electrónica, deportes y accesorios si querían comprar o cambiar algo. Una señora esperaba con una caja de unos zapatos sentada con resignación mientras veía cómo el dependiente llamaba por números. «Tengo el 76 y van por el 43», comentó, a la vez que auguró que «mínimo» le esperaba «una hora de cola». Eso para preguntar por tallas porque para pagar tenía que hacer otra distinta que, aunque era menor, no dejaba de ser llamativa.

En otro lado de la sección, una persona desistía en la búsqueda de unas zapatillas deportivas. «Es una locura», reconocía, «es imposible conseguir algo». En este caso, volverá a acudir días después para ver «si con suerte» logra su objetivo.

La jornada no quedó exenta de polémica y crítica entre los que se encontraban en el centro comercial. Un joven, con dos bolsas en la mano, aseguró que «los Reyes son una estafa», en relación a la bajada de precio significativa de numerosos productos que hace escasos días duplicaban, o incluso triplicaban, su coste. «La gente viene a devolver los regalos para comprar más cosas por menos dinero», desglosó. 

Uno de los problemas que se encontraron quienes se inclinaron por esta opción fue la falta de productos. Ocurrió en uno de los pasillos de los accesorios. Una joven junto a su hija acudieron a comprar un bolso que habían visto el día 27 de diciembre y el 2 y 5 de enero. «Hoy vengo y no hay ni en almacén», lamenta. Sin embargo, la decepción tuvo un matiz:«me llamarán en cuanto llegue, por lo que no me quedaré sin él», señaló.

De nuevo, y ahora en el centro comercial, la anécdota del día estuvo en el acceso al parking a primera hora de la mañana. No solo los clientes no fueron los únicos que esperaron. Los trabajadores, que no daban avío para atender, también tuvieron que tirar de suspiros y serenidad para entrar y aparcar en los sótanos del edificio. Algunos esperaron hasta 15 minutos por una de las 572 plazas de aparcamiento que a la media hora de abrir ya había cambiado el cartel a completo y «ya no había quien aparcara». Una situación que, según recordó uno de ellos, «no se vivía desde hace dos años».

Situación similar ocurría en los otras dos grandes superficies de la capital tinerfeña con más tiendas en su interior: el centro comercial Meridiano, a escasos metros de El Corte Inglés, y el centro comercial Añaza Carrefour, en el suroeste de Santa Cruz.  

En el primero de ellos, el ir y venir de compradores era constante, incluso en las horas centrales fue imposible conseguir donde comer en la planta de restauración. Una situación que por la tarde empeoró al coincidir con la apertura del cine. «Caminar por los pasillos era como bajar por San José en pleno Carnaval», ironizó un joven que acudió a cambiar varias prendas que le habían regalado por Reyes con mal ojo. «Deben verme gordo porque son dos tallas más de las que llevo», manifestó entre risas.

De humor, ironía y también mucho amor fue de lo que tiraron los tinerfeños que acudieron a Añaza para soportar las colas en las tiendas. Una joven aconsejó «ir en pareja» estos días a los establecimientos comerciales. El motivo sencillo para ella, algo más complejo para su novio:«mientras él espera y hace la cola, yo voy viendo qué comprar y en qué cambiar lo que traigo». Y es que pese a que parezca una idea descabellada, en las colas de todas las tiendas se repetía la misma imagen: una persona esperaba su turno mientras su acompañante, o acompañantes, miraban las prendas y viceversa. Todo sea por conseguir lo más barato y cambiar aquellas cosas en la que los Reyes no acertaron.

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