Sector inmobiliario

El nuevo tope al alquiler se estrena en Canarias con los precios por las nubes

El índice de referencia limita al 2,2% las subidas de los nuevos contratos pero los arrendamientos se han disparado un 14% en las Islas con la ley de vivienda

Anuncios de casas en venta en una inmobiliaria de Canarias.

Anuncios de casas en venta en una inmobiliaria de Canarias. / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

Si usted firmó un contrato de alquiler, ya fuera como casero o como inquilino, después del 25 de mayo de 2023 –cuando entró en vigor la ley nacional de vivienda– y le toca renovarlo, sepa que la subida no puede superar el 2,2%. Así lo establece el nuevo Índice de referencia de arrendamientos de vivienda, el indicador con que el Gobierno central pretende sustituir al Índice de Precios de Consumo (IPC) como referencia –de ahí su nombre– en la renovación y revalorización de los contratos de alquiler. Tras la promulgación de la ley de vivienda, el Ejecutivo estatal le encargó al Instituto Nacional de Estadística (INE) la elaboración de un nuevo índice inmobiliario con el objetivo de evitar incrementos desproporcionados cuando llegue el momento de que casero e inquilino se sienten para negociar la renovación y subida anual del arrendamiento.

El indicador ha entrado en vigor con el nuevo año, así que el INE publicó este jueves su primer dato, la primera referencia: ese 2,2%, un tope que afecta, cabe insistir, a los contratos suscritos tras la entrada en vigor de la ley nacional –los anteriores a esa fecha no están sujetos al nuevo índice–. Es un nuevo intento del Gabinete de Pedro Sánchez para contener la escalada de los alquileres, una estrategia que hasta ahora ha resultado infructuosa: los precios se han disparado en Canarias una media de un 13,7% desde la puesta en práctica de la controvertida ley en mayo de 2023.

El nuevo índice, el IRAV, es el equivalente al valor mínimo entre la tasa de variación anual del IPC, la tasa de variación anual del IPC subyacente –el que excluye los productos energéticos y los alimentos no elaborados por la volatilidad de sus precios– y las tasas de variación anual medias de ambos, esto es, del IPC y del IPC subyacente, «ajustadas» en función de la inflación esperada a medio plazo y de un coeficiente moderador a propuesta de los Ministerios de Vivienda y de Economía. De esta fórmula saldrá el IRAV mensual, que se estrena con ese 2,2%.

No obstante, hay que recordar que los alquileres ya estuvieron topados tanto en 2023 como en 2024. En 2023, la revalorización de los contratos se limitó a un máximo del 2%, y el año pasado, a un techo del 3%. La idea del Gobierno central era contener la extraordinaria escalada de los precios de los arrendamientos en medio de la ola inflacionaria que había estallado en abril de 2021, agravada en febrero de 2022 por la invasión rusa de Ucrania. Pero no lo consiguió.

Los alquileres subirán un 2,20 % si se aplica el nuevo índice de referencia del INE

Los alquileres subirán un 2,20 % si se aplica el nuevo índice de referencia del INE / E. D.

En mayo de 2023, cuando se promulgó la ley nacional de vivienda, alquilar un piso o una casa costaba en el Archipiélago una media de 12,4 euros por cada metro cuadrado de superficie. Un inmueble familiar de 90 metros cuadrados ya salía entonces por 1.116 euros mensuales. Una barbaridad para una de las comunidades autónomas con los sueldos más bajos del país. De hecho, aquellos 12,4 euros por metro cuadrado eran el máximo histórico en aquel momento. Casi dos años después, la ley estatal se ha revelado inútil para el objetivo de abaratar, o cuando menos contener, los alquileres.

Según la base de datos de Idealista, una de las principales firmas de servicios inmobiliarios en línea, el precio medio de los arrendamientos se situó el mes pasado en las Islas en los 14,1 euros por metro cuadrado. Un 13,7% más caro que cuando la ley de vivienda entró en vigor. Aquella casa de 90 metros que en mayo de 2023 ya costaba la friolera de 1.116 euros al mes, hoy cuesta 1.269 euros. La flamante normativa del Gobierno ha pasado así desapercibida para el mercado inmobiliario de la región, y eso en el mejor de los casos, ya que en el peor, tal como alertaron en su momento desde, sin ir más lejos, la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios, la APEI, incluso habría servido para encarecer aún más los alquileres. ¿Por qué? Pues porque muchos propietarios, vista la injerencia del Ejecutivo en el libre mercado, habrían dejado de arrendar sus pisos o casas –de hecho así ha sucedido–, con lo que se reduce la ya de por sí exangüe oferta de viviendas que sufren los isleños, que es la verdadera razón de la carestía inmobiliaria.

La evolución de los precios –se observa en los mismos términos si en lugar de la base de datos de Idealista se opta por la de Fotocasa, por ejemplo– resulta aún más llamativa si se mira por el retrovisor. A finales de 2007, cuando estalla la burbuja inmobiliaria con la crisis de las hipotecas basura, el alquiler medio en el Archipiélago estaba en los 9,6 euros por metro cuadrado. Es decir, que se ha disparado desde entonces un histórico y extraordinario 46,9%.

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