Los permisos de trabajo a extranjeros se sitúan en la mayor cifra en 13 años

La reforma del exministro Escrivá y la crisis institucional en Colombia disparan las autorizaciones en Canarias | Cubanos y marroquíes, entre los más beneficiados

Una pareja de obreros, en un andamio, durante su jornada laboral.

Una pareja de obreros, en un andamio, durante su jornada laboral. / El Día

Santa Cruz de Tenerife

Desde el 1 de enero de 2023 se ha expedido en Canarias un total de 11.347 permisos de trabajo a extranjeros. Solo el año pasado se registraron 8.378 autorizaciones, la mayor cantidad desde las 9.881 de 2011 –el máximo en 13 años– y más del doble de las contabilizadas en 2018, cuando Pedro Sánchez desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa gracias a una moción de censura. Entonces se concedieron en el Archipiélago 4.025 permisos. Dos factores están detrás de este sensible incremento de las dispensas laborales a súbditos de terceros países: la crisis institucional en Colombia y, sobre todo, la flexibilización de los trámites llevada a cabo por el Gobierno central.

Sánchez y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, hicieron a finales del mes pasado una gira por varios países de la vecina África: Mauritania, Gambia y Senegal, que por otra parte son tres de los principales emisores de migrantes, en pateras y cayucos, hacia las Islas. Uno de los principales objetivos de la gira fue promover los llamados programas de migración circular, en los que la contratación de mano de obra extranjera se cierra en los países de origen de los trabajadores. Y esto contribuye a su vez a reducir los flujos de inmigración irregular. Este tipo de programa se empezó a poner en práctica en el 2000, aún en el siglo XX, pero es verdad que ha sido durante los últimos años cuando se ha incrementado el número de países con los que se colabora y se ha reducido la burocracia. En síntesis, la migración circular consiste en que el trabajador foráneo a quien se contrata en origen, es decir, antes de venir a España o a Canarias, permanece aquí durante un máximo de nueve meses con la garantía –si su desempeño y la relación laboral están dentro de la normalidad– de que se reincorporará a su actividad al año o la temporada siguiente, y así durante un cuatrienio. Y esta es solo una de las varias fórmulas con que los extranjeros –de fuera de la Unión Europea, cabe recordar, ya que los ciudadanos comunitarios tienen derecho a moverse, instalarse y ganarse el pan en cualquiera de sus Estados miembros sin mayores requisitos– pueden obtener un permiso o autorización de trabajo. A todo esto se suma la reforma del Reglamento de Extranjería que el exministro José Luis Escrivá, ahora al frente del Banco de España, sacó adelante en 2022. Una reforma que suavizó los requisitos para la obtención de estos permisos.

Esas 8.378 autorizaciones de trabajo expedidas en Canarias en 2023 son un 10,4% más que en 2022, cuando a su vez ya habían aumentado la friolera de un 41,6% respecto de las cifras de 2021. La estadística del Ministerio de Trabajo y Economía Social, que dirige Yolanda Díaz, evidencia así que las facilidades introducidas por el Gobierno en los últimos años han desembocado en un notable incremento de los permisos de trabajo. Hay que puntualizar, eso sí, que un segundo factor contribuyó a ese crecimiento en los dos anteriores ejercicios, algo muy visible en el caso del Archipiélago: la crisis institucional en Colombia. No en vano, de las 15.968 autorizaciones registradas, en suma, entre 2022 y 2023, la mayor parte, un total de 3.781 –un 23,7%, casi una de cada cuatro–, se expidió en favor de súbditos colombianos. Se ve cómo la inestabilidad en el país sudamericano, con sus instituciones en entredicho por el conflicto entre los poderes ejecutivo y judicial, ha desembocado en un mayor número de solicitudes de trabajo en las Islas. De hecho, en ninguno de los años entre 2015 y 2021 fueron los colombianos los principales beneficiarios de autorizaciones de trabajo en la región. Sí lo fueron, en cambio, cubanos y marroquíes.

Cifras insuficientes contra la falta de mano de obra

En los cinco primeros meses de 2024, que es hasta donde de momento abarca la estadística del Ministerio de Trabajo y Economía Social, un total de 2.969 personas recibió la correspondiente autorización para emplearse en Canarias. Una cantidad que permite anticipar un año en el que no se contabilizarán tantos permisos de trabajo, no al menos en el Archipiélago, como en 2023, si bien todo parece que la cifra estará por encima de las de antes de 2018, que es el año en que Pedro Sánchez cogió las riendas de un Gobierno central que viene apostando por flexibilizar y facilitar la concesión de estas autorizaciones y por promover los programas de migración circular, entre otras cosas para paliar en algo los flujos de inmigración irregular y, también, la falta de mano de obra de la que se quejan tantísimas empresas, con especial intensidad en el Archipiélago. Una carencia de personas dispuestas para ocuparse en actividades de todo tipo que pese al notable incremento experimentado por los permisos de trabajo a extranjeros no parece suavizarse. Tanto la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE-Tenerife) como la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) llevan ya tiempo advirtiendo de las consecuencias que sobre la estabilidad y el crecimiento del tejido productivo regional tiene esta escasez de mano de obra. |

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