Banco de España
La morosidad de las hipotecas registra su mayor bajada en año y medio pese a los tipos altos
La tasa de impagos desciende al 2,49% y se sitúa medio punto por debajo del nivel previo al endurecimiento de la política monetaria del BCE

Promoción inmobiliaria en construcción. / EUROPA PRESS

La morosidad de las hipotecas no ha subido de forma notable en los últimos dos años, en contra de lo que podría haber sido esperable después de que el Banco Central Europeo (BCE) aplicase un alza acelerada e inédita a los tipos de interés oficiales de la zona euro de 4,5 puntos entre julio de 2022 y septiembre de 2023 para combatir la espiral inflacionista. De hecho, el volumen de créditos para la compra de vivienda impagados registró entre abril y junio su mayor caída intertrimestral desde el último trimestre de 2022, según datos publicados este lunes por el Banco de España. Al cierre del primer semestre, los bancos tenían 11.904 millones de euros en hipotecas cuyas titulares acumulaban más de tres meses de retraso en las cuotas, 503 millones menos que en marzo.
La morosidad hipotecaria, así, ha tenido un comportamiento atípico respecto a otros periodos de subida del precio de referencia del dinero. La tasa de impagos cerró junio en el 2,49%, significativamente por debajo del nivel que registraba en diciembre de 2021, cuando el BCE anunció el inicio del endurecimiento de la política monetaria (2,99%). Dicho descenso se debe a que el volumen de hipotecas morosas ha caído de forma mucho más pronunciada (un 19,4%) que el saldo total de créditos para la compra de vivienda (3,42%, hasta los 476.241 millones de euros, tras su primera subida frente el trimestre anterior desde marzo de 2022).
También es significativo que el volumen de hipotecas morosas haya vuelto a caer después de incrementarse de forma sostenida entre marzo de 2023 y marzo de 2024 en 1.028 millones y un 9%. Según el BCE, cada subida de los tipos de interés despliega el máximo de sus efectos en la economía y la inflación entre 18 y 24 meses después de su aprobación, con lo que mayoría de los incrementos aplicados por el banco central se están todavía notando en la actividad y los precios. Sin embargo, esa transmisión es más inmediata en las condiciones financieras, como demuestra que el euríbor comenzase a bajar el pasado octubre adelantándose a los recortes de los tipos oficiales y reduciendo con ello las cuotas de las hipotecas a tipo variable (primero las de revisión semestral y desde abril las anuales).
También en consumo
El buen comportamiento de la morosidad hipotecaria no es una excepción. Según estimaciones del Banco de España, los hogares que sufren un descenso de más del 20% de su renta o cuyos integrantes caen al paro dejan de abonar los créditos al consumo entre seis y doce meses después, los recibos de los suministros básicos el año siguiente, y solo en el segundo ejercicio las cuotas de los créditos para la compra de vivienda. En este sentido, los impagos en el consumo también han caído desde diciembre de 2021 (del 4,98% al 4,23%), aunque en este caso ha sido resultado tanto del descenso del volumen moroso (un 9,38%, a los 4.217 millones) como por el aumento del saldo de este tipo de préstamos (6,61%, hasta los 99.548 millones).
El buen comportamiento de estas variables apunta a que la creación de empleo durante los últimos años y la reciente recuperación de los salarios (la suma de sueldos pagados en España aumentó un 18,5% entre 2021 y 2023) parecen haber neutralizado la pérdida de renta provocada por el alza de los tipos y la inflación. Otros factores también ayudan a explicarlo, como la reducción de la deuda hipotecaria de los hogares desde el estallido de la burbuja inmobiliaria (en 156.207 millones y un 24,6% respecto al máximo de diciembre de 2010) y el menor peso relativo de los créditos a tipo variable frente a la subida de los de tipo fijo, cuyas cuotas no varían a lo largo de la vida del préstamo.
Buena noticia
De hecho, el plan de ayuda a los hipotecados con problemas de pago que el Gobierno pactó con la banca en noviembre de 2022 y reformó el pasado diciembre ha tenido un "uso marginal", como ha reconocido el ministro de Economía, Carlos Cuerpo: unas 79.300 solicitudes hasta mayo, de las que se han concedido apenas unas 11.600. "Es una buena noticia. Está reflejando la fortaleza y resistencia de la situación financiera de los hogares españoles", se congratuló en julio.
Cuerpo, así, justificó el bajo uso del plan por el crecimiento económico, la creación de empleo y las "medidas de apoyo a la renta de los hogares" aprobadas por el Gobierno. Pese a ello, anunció que había acordado con las patronales bancarias ampliar un año la vigencia del plan para los hipotecados de clase media, que vencía a finales de este ejercicio. La medida, planteada a las asociaciones apenas unos días antes y sin margen de maniobra, es juzgada como innecesaria por el sector.
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