Empresas
El adiós a la fábrica de Bimbo en Alicante que fue Madalenas Ortiz y fundó un incansable empresario de Dénia
El cierre de la factoría de Bimbo, donde trabajan 90 empleados, es un duro golpe al propósito de la Marina Alta de recuperar su sistema agroalimentario y diversificar su economía
La fábrica la puso en marcha José Ortiz Savall, un emprendedor de familia de panaderos que emigró a Argel y que inició el negocio de las magdalenas en una reconvertida sala de fiestas de les Rotes

José Ortiz Savall, el empresario que fundó la histórica factoría de Madalenas Ortiz
Alfons Padilla
Que Bimbo cierre su fábrica en El Verger, en Alicante, aboca a la incertidumbre laboral a sus 90 empleados y significa un duro golpe al propósito de la Marina Alta de recuperar su sistema agroalimentario y diversificar así su economía. También pone fin a una historia empresarial extraordinaria, la de Madalenas Ortiz, la factoría que hasta los años 70 (entonces la compró una multinacional) elaboró esponjosas magdalenas con fama en toda España y se anunció con lemas tan originales como éste: "Al próximo que nos llame madalenas Ortiz le vamos a dar una galleta". Esa dulce historia se torna ahora amarga.
Madalenas Ortiz la fundó un empresario incansable de Dénia, José Ortiz Savall. De familia de panaderos, se decidió por fabricar magdalenas cuando no salió bien del todo un negocio rompedor en 1962. El 10 de julio de 1962, como recogió el cronista de Dénia Vicent Balaguer en su excelente libro "Dénia a la postguerra: vivències i documents", José Ortiz inauguró en les Rotes el Palladium, un restaurante y sala de fiestas de estética modernísima. Fue un negocio adelantado a su tiempo. No terminó de arrancar. El empresario puso en marcha en su sótano una fábrica de magdalenas. Esa dulce repostería sí triunfó. José Ortiz abrió en 1965 una instalación más industrializada en el Carrer les Monges. Dos años después trasladó el negocio a la partida Alqueries. Empleaba a más de 400 trabajadores. Siguió la expansión y se inauguró la factoría de El Verger.
Magdalenas para el hospital y las instituciones benéficas
Madalenas Ortiz formaba parte de la vida social de la Marina Alta. José Ortiz donaba magdalenas y galletas al hospital, a las fiestas, a instituciones benéficas.
La peripecia de este empresario es extraordinaria. Nació en 1907 en Orba. A los pocos meses, la familia se trasladó a Dénia, donde el padre, José Ortiz Romà, alquiló un horno. A los 8 años, el futuro empresario repartía el pan de casa en casa junto a su hermana Rita, de 12. Su padre también regentó el conocidísimo horno El Penal.
El joven José Ortiz Savall probó fortuna en la hostelería. Abrió el bar Ivarito. No le fue bien. Se endeudó. Emigró con su familia a Argel, donde abrió la Pastisserie dels Sports.
Volvió a Dénia en 1936. Estalló la Guerra Civil y se fue al frente de voluntario en el bando republicano. Tras la guerra, pasó ocho meses preso en Alicante.
La historia de Madalenas Ortiz de Dénia y El Verger (ahora Bimbo), en imágenes
Regresó a Dénia y, en 1940, para la fira de Tots Sants alquiló en bajo en Marqués de Campo. Elaboraba y vendía buñuelos. El local se llamaba "La Carabassa". Lo pudo comprar y luego lo vendió y allí fue donde estuvieron Les Tendes Reig. Con lo que ganó adquirió un café en el carrer Sagunt de València. Además, en una parada en la calle Russafa, vendía churros y papas.
Pero este empresario quería volver a Argel. Emigró antes a Algeciras. También vivió en Ceuta. Luego llegó a Tánger, donde triunfaron sus rosquillas de anís. Más tarde, fue a Casablanca y vendió monas de Pascua. Regresó, por fin, a Argel y allí nació Madalenas Ortiz. El negocio fue un éxito. Pero, al estallar la guerra de independencia de Argelia, la familia tuvo que hacer las maletas y volver a Dénia. La organización terrorista francesa de extrema derecha OAS puso una bomba en la factoría de Argel.
Historia de la Marina Alta
En Dénia, José Ortiz inició la aventura del Palladium. No salió bien. Recuperó el negocio que siempre le dio prosperidad, el de las magdalenas y la repostería.
La factoría de El Verger fue la culminación de una trayectoria empresarial increíble. Madalenas Ortiz es historia de la Marina Alta. Su fundador fue uno de tantos vecinos que tuvieron que emigrar, que emprendió una y otra vez y superó fracasos, penurias y obstáculos y que sufrió la represión tras la Guerra Civil. Su generosidad, donando dulces para fiestas, actos solidarios y sociales, todavía se recuerda en la comarca.
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