Compras | Adornos que triunfan en las Islas

La Pascua está hecha

A estas alturas del calendario solo quedan en las tiendas «los restos» del casi millon de poinsettias que se venden en el Archipiélago cada campaña de Navidad

La Pascua está hecha

La Pascua está hecha / ED

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

Santa Cruz de Tenerife

El calendario todavía no ha llegado a las fechas más señaladas de la Navidad, pero el color rojo lleva semanas adueñándose de las calles y los hogares de las Islas. En gran parte, gracias a las famosas flores de Pascua (poinsettia), que cada Navidad se convierten en las protagonistas de las rotondas, jardines, centros de mesa y macetas de todo el Archipiélago. Tanto, que a estas alturas de la campaña ya solo quedan los restos del millón de unidades que se venden en las Islas durante las fiestas. Es a finales de noviembre y la primera semana de diciembre cuando el sector vive su pico más alto de ventas. «Es un producción rentable porque todo lo que se produce se vende», afirma el gerente de la Asociación de Cosecheros y Exportadores de Flores y Plantas Vivas de Canarias (Asocan), Antonio López, quien asegura que la planta lleva años triunfando en el Archipiélago.

Eso sí, para que sea rentable, los productores deben tener una producción variada para el resto del año ya que la poinsettia es de temporada de invierno, se planta en julio para que en noviembre esté lista para la comercialización. Lo que obliga a tener otros cultivos alternativos de enero a junio. No es una planta cara, en el mercado puedes encontrar el formato «estándar» desde dos euros y medio hasta los cinco euros. «Son plantas económicas, pero se venden tan bien que es rentable trabajarlas», afirma López.

En líneas generales se importan los esquejes del exterior y se plantan en las Islas. Existen muy pocas empresas canarias productoras, ya que tener una «planta madre» no es rentable. «Ocupa espacio de otros cultivos y económicamente es mucho mejor comprar el esqueje fuera y trabajarlo aquí» explica López.

Planta madre

Italia y la Península son algunos de puntos de origen. Pero otras empresas como Poinsettias de Canarias realizan el proceso de enraizado con esquejes de países africanos como Kenia y Etiopía. «Tener una planta madre implicaría un volumen de producción enorme y Canarias no es un mercado tan grande como para colocar todo eso», apunta uno de los propietario de la empresa, José Antonio Arbelo.

El origen del cultivo viene de fuera, pero el proceso de plantación se realiza en las Islas porque es una especie que lleva «muy mal el transporte». Es una planta delicada, hasta tal punto que el calor de los últimos meses «asustó» a los productores isleños. «En octubre estábamos asustados porque los días de mucha luminosidad retrasan el enrojecimiento de la planta y se nos retrasaba la producción», recuerda López, quien asegura que algunas empresas tuvieron que recurrir a «mallas de sombreo» para acelerar el proceso y llegar a tiempo a noviembre. «En enero te comes con papas las flores de pascua, nadie las quiere», afirma.

En Garder Center Fuerteventura, además del calor, sufrieron problemas con el riego, pero finalmente sacaron adelante las 12.000 unidades de poinsettia que vendieron antes del 10 de diciembre. Ya no les queda nada de producción propia y tienen que recurrir a la compra a otras empresas para poder cubrir la demanda de los rezagados. «El calor puso en peligro los cultivos, pero hemos trabajado más para que todo saliera para adelante», recuerda la responsable de gestión de imagen de la empresa, Belén Domínguez.

El trabajo también ha sido intenso en Invermira Mayoristas, en Tenerife, donde cultivan 80.000 macetas al año aprovechando los huecos que deja el plátano. La técnico agrícola, Mercedes Iglesias, lleva cinco meses muy pendiente de que el calor no afectara a las hojas de las Flores de Pascua. Además, ha tenido que luchar contra las plagas. Pero el trabajo valió la pena, ya que el 80% se vendió incluso antes de sembrarse. «La demanda es mucho mayor de lo que cultivamos», asegura Iglesias.

Y es que hay tantas reservas porque, según López, una tercera parte de la producción va destinada a jardinería pública. El resto, es consumo del cliente residente en las Islas. También muchas empresas deciden decorar sus espacios abiertos con estas flores. El Vivero El Rosal, en Gran Canaria, cuenta con reservas de más de 2.000 unidades para ayuntamientos y otras de 100 macetas para empresas privadas. Antonio Manuel Rubio, empleado de la empresa, asegura que hasta el último día de Navidad vienen gente con ganas de comprar una maceta. «Se llevan lo que hayan hasta final de existencias, mucha gente vienen el mismo día de noche buena y noche vieja para decorar las mesas de las cenas», apunta.

Para el sector es un tirón importante durante las fechas navideñas y no solo porque hacen «caja» con las poinsettias, sino también porque estas sirven de atrayente hacia los viveros en los que los consumidores acaban comprando otras especies. «Se llevan la Pascua, pero aprovechan y compran alguna otra planta», afirma López. La flor de Pascua tradicional, la roja, es la que más triunfa, según los datos de Asocan, esta representa el 75% del mercado. Pero aún así, los hay que prefieren innovar y optan por otro modelo. «Ya las hay blancas, rosadas, moteadas. Hay un mundo de innovación detrás de las especie», asegura López, quien reconoce que «lo normal» es que quien se lleva una distinta también compra otra roja tradicional.

Las ventas cada Navidad son «similares» y es que la planta solo dura, en la mayoría de los casos, las semanas de las fiestas. «Es una planta de temporada y está pensada para que dure tres o cuatro semanas, es muy complicado cuidarla más de ese periodo», reconoce el gerente de Asocan. Aunque no requiere cuidados complejos, sí que depende de factores como la humedad, la temperatura y el viento. Florecen en invierno y después las hojas rojas tan características se marchitan, lo que provoca que pierdan el «atractivo» y mucha gente «desista» de su cuidado». Son pocos los que se animan a intentarlo. «Yo he conseguido que me dure casi un año, pero reconozco que aunque sea profesional del sector es complicado», afirma López.

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