Ley de Vivienda

"La inmobiliaria me hace firmar que el propietario ha pagado los gastos, pero los he abonado yo"

Un inquilino relata cómo terminó pagando los honorarios de la agencia, pese a que ahora debe pagarlos el propietario por ley

Documento para que el inquilino afirme que el propietario pagó los gastos.

Documento para que el inquilino afirme que el propietario pagó los gastos. / Alba Vigaray

Analía Plaza

La Ley de Vivienda, en vigor desde el pasado 25 de mayo, obliga a los propietarios que alquilan su vivienda a pagar los gastos de gestión: los honorarios que cobran las inmobiliarias por su labor de intermediación. Tradicionalmente, en los mercados más tensionados las agencias han repercutido estos gastos al inquilino, que en muchos casos asume grandes desembolsos —de hasta cinco mensualidades— para entrar en el piso que desea. La nueva norma venía a cambiarlo todo, pero le ha bastado una semana de vida para que afloren los trucos ideados por algunas agencias para que todo siga igual y pague el inquilino. Hecha la ley, hecha la trampa.

Pablo D., un joven de Madrid, encontró un piso que le gustó el mismo día que la ley salió en el BOE. Bien situado, luminoso, con espacio suficiente para vivir con su pareja y por menos de mil euros al mes. Juntos, hicieron el papeleo inicial —enseñar las nóminas y resto de documentación que probara su solvencia— y fueron aceptados. ¡Alegría! Primera prueba superada. Lo siguiente, informó el agente inmobiliario, era pagar la reserva.

La reserva, dijo, consistía en pagar una mensualidad más IVA. El agente pidió también una serie de datos para confeccionar un documento de reserva. Pablo preguntó si esa mensualidad se descontaría del alquiler y el agente respondió que no. Entendió entonces que se la estaban colando: que, en realidad, esa mensualidad de reserva + IVA venía a sustituir al mes de agencia de toda la vida.

Pablo confirmó sus sospechas cuando pidió la factura al agente y este le respondió que "una vez firmado el contrato, se os entregará la factura de los honorarios abonados. Hasta entonces, el documento de reserva os sirve de recibo". Este diario ha revisado la conversación, que tuvo lugar en Whatsapp"El mes de honorarios no se descuenta, es nuestro pan", llega a decir el agente.

"Nos extrañó el tema de la reserva porque incluía IVA", dice el afectado en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica. "Cuando nos dijo que no lo descontaban entendimos que le habían cambiado el nombre para saltarse la ley. Pasamos por el aro porque el piso está bien y ya sabemos lo roto que está el mercado inmobiliario. Pero pedimos la factura por si en el futuro lo podemos reclamar".

Un documento de "servicios prestados"

La historia de Pablo no termina aquí. Durante los siguientes días —los posteriores a la aprobación de la ley— la inmobiliaria no llegó a enviar la factura ni el documento de reserva pese a que la pareja hizo el ingreso. "Contactamos con ellos y nos dijeron que, en lugar de la reserva, teníamos que firmar un papel por el que nos han prestado unos servicios ya que el propietario no quiere pagar los honorarios", continúa. "Parece que ni ellos tienen muy claro cómo saltarse la ley".

"Los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato serán a cargo del arrendador", según la nueva ley.

"Los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato serán a cargo del arrendador", según la nueva ley. / Alba Vigaray

El papel llegó cuatro días después de entrar en vigor la ley. Bajo el título "Propuesta de reserva", la agencia (una franquicia con presencia en toda España) enumera una serie de "servicios a prestar contratados por el cliente". Son once. Entre otros, la "confección del informe del estado de la vivienda", la asistencia al cliente "en el proceso de evaluación de garantía 'scoring' de su perfil ante el arrendador", el "servicio de asesoramiento en el cambio de titularidad de suministros", "servicio de gestión y devolución de la fianza", "servicio de asistencia para la resolución de incidencias" e incluso el "servicio de búsqueda y localización de otro inmueble por el cambio de inmueble objeto de arrendamiento".

En la cláusula de condiciones económicas, la agencia indica "el precio del servicio contratado por el cliente" (el valor de un mes de alquiler) y añade que las partes declaran que el cliente "no ha pagado gastos de gestión inmobiliaria ni de formalización de contrato, habiendo sido estos sufragados íntegramente por el arrendador".

Precisamente, la ley indica que "los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato serán a cargo del arrendador". Firmando eso, aunque no sea cierto, Pablo declara que todo se ha hecho de acuerdo a la legalidad.

El joven inquilino alucina. Hasta el momento, el único servicio que ha recibido ha sido ver el piso y pagar un mes sin haber siquiera firmado el contrato. Pero acepta. El agente ha reconocido que los honorarios son "su pan" y que el propietario no los quiere pagar, así que si quiere el piso no le queda otra. Firmar el contrato, bromea, es como dejarse estafar. "Cuando fuimos a ver este piso lo hicimos tranquilos, sabiendo que ya había entrado en vigor la nueva Ley de Vivienda y que no tendríamos que pagar agencia. Pero vimos rápido que habían dado con la trampa".

Los sindicatos: "Que en la factura ponga 'honorarios'"

El caso de Pablo no es anecdótico. "Nos están llegando muchos", confirma Carme Arcarazo, portavoz del Sindicato de Inquilinos de Barcelona. "La mayoría son de gente que estaba en proceso de renovar. En Barcelona se pagan honorarios del 10% de la anualidad por cada renovación de contrato. Ahora debe asumirlos el propietario. En algunos casos estamos negociando, en otros las agencias ya han dicho que el inquilino no paga", dice. "También hemos asesorado a gente que iba a entrar en un nuevo piso a la que se la querían colar. El consejo es: pedir factura y que quede muy claro que son honorarios. Que no te cuelen otros gastos, porque si no la reclamación será muy difícil".

Para Arcarazo, "la redacción de la ley es clara. Con ella en la mano, y si el concepto de honorarios está claro en la factura, puedes reclamar y te lo acabarán devolviendo". Cuenta que en el sindicato ya tienen experiencia con estos casos porque desde 2019 los gastos corren a cargo del arrendador siempre que este sea una persona jurídica. "Cuando les enviamos un email diciendo que es un fraude de ley, lo devuelven".

El presidente de la Federación de Asociaciones Inmobiliarias, José María Alfaro, destaca la "complejidad" que supone cambiar la ley tan repentinamente. "Hemos tenido varios borradores de la Ley de Vivienda. Algunos decían que habría un período transitorio, pero al final se publicó y entró en vigor de un día para otro. Ha pillado a las agencias con contratos en fase de comercialización, otros pendientes de firma... Siendo un sector de micropymes es normal que las haya cogido con el pie cambiado. No tenemos datos de cómo se están adaptando".

Alfaro explica que "lo más frecuente" es que paguen honorarios las dos partes, pero reconoce que depende del mercado. En grandes ciudades y lugares donde hay más demanda (inquilinos) que oferta (pisos en alquiler), los arrendadores son "la parte fuerte" y es normal que los honorarios recaigan en el inquilino. Anuncia que su federación considera esta norma "inconstitucional" por ir contra "la libertad de empresa" y que se prepara para llevarlo a "instancias políticas" que lo denuncien.

Este diario se ha puesto en contacto con varias agencias inmobiliarias al azar, contactando en calidad de potencial inquilino. La respuesta más habitual es la de que el inquilino paga los honorarios porque el alquiler es de temporada y no está sujeto a la nueva norma. Al contactar en calidad de arrendador sí dicen que los honorarios corren a su cargo desde la entrada en vigor de la nueva ley.

Desde el sindicato de inquilinos anticipan que la obligación de que los propietarios paguen los honorarios "deshinchará" el mercado. "Las inmobiliarias son las primeras interesadas en que suban los precios porque dependen de ello. Cuando nos saltamos a la agencia, llegamos a pactos con los propietarios más fácilmente". Alfaro cree todo lo contrario. "No tiene ni pies ni cabeza. Las agencias ponemos mesura y sensatez en el mercado. Esta caza de brujas solo provocará la pérdida de garantías y menor accesibilidad a la vivienda en alquiler", remata.