El anuncio en Francia sobre la prolongación de la edad para llegar a la jubilación de 62 a 64 años, ha reabierto del debate social. En el caso de España, el tema también se ha modificado con el decreto ley para la reforma del sistema de pensiones -publicada en el BOC el pasado 17 de marzo-.
De esta forma, la persona interesada en cobrar la pensión de jubilación contributiva podrá hacerlo siempre y cuando presente la solicitud y acredite que tiene los requisitos de edad y cotización fijados, que han ido creciendo desde 2013. Hasta 2027, los periodos de cotización y la edad exigida han aumentado hasta que alcancen los 65 años acumulando 38 y 6 meses o más de cotización, o con 67 años con menos de 38 y 6 meses.
Jubilación antes de tiempo
Una de las opciones a los que tienen acceso los trabajadores es la jubilación anticipada, cuando cumplen ciertos requisitos y en el caso de que se aplique un coeficiente reductor. La Seguridad Social, por lo tanto, permite que los contribuyentes se jubilen con antelación, pero deben renunciar a parte de la nómina que les corresponde en función de cuántos años le restan por cotizar.
De ahí, que el dilema está en cuánto poder adquisitivo se pierde si se opta por la jubilación anticipada, algo primordial para saber cómo afectará a los ingresos vitalicios. Un ejemplo podría ser un trabajador que decida jubilarse a los 63 años (dos antes de lo estipulado), que haya cotizado menos de 38 años y seis meses, el recorte en su pensión será del 21%. En el caso de que se hayan cotizado entre 38 años y 6 meses y 41 años y 6 meses, la reducción es del 19%; en la franja entre los 44 años y 6 meses y los 41 años y 6 meses, se recorta un 17%; y por último, si se han cotizado 44 años y 6 meses o más, el recorte es del 13%.
Para poder acceder a la jubilación anticipada, se tiene que haber cotizado como mínimo 35 años y dentro de los mismos, al menos dos, deberán estar comprendidos dentro de los 15 inmediatamente antes a solicitar el retiro.