Delitos económicos

«Siempre se gana, nunca se pierde», el eslogan falso de los impulsores de Arbistar

Dos de los dueños negaron que invirtieran dinero en la sociedad que estafó grandes sumas desde Tenerife

Detención de Santiago Fuentes en Tenerife

Detención de Santiago Fuentes en Tenerife / E.D.

Hace pocos días finalizó la instrucción de una de las piezas separadas del caso Arbistar, en el que presuntamente decenas de miles de personas de varias provincias españolas y diversos países sufrieron una supuesta estafa piramidal surgida desde Tenerife, con la excusa de la inversión en unos programas que permitían sacar ganancias con la compra-venta de criptomonedas.

Los propietarios de la sociedad Arbistar 2.0, Santiago Fuentes, Diego Felipe Fernández y Víktor Alexandre, usaban vídeos para convencer a los potenciales clientes de que comprar sus productos generaba una rentabilidad segura. Y esas imágenes también fueron una potente herramienta para que quienes ya se sentían inversores pusieran todavía más dinero.

Los ahora acusados denominaban a esos mensajes Llamadas de éxito, para elevar la euforia de quienes confiaban en obtener beneficios de manera rápida. Un eslogan muy repetido era «Siempre se gana, nunca se pierde». Pero, al igual que otros elementos sobre los que supuestamente se construyó el proyecto Arbistar, presuntamente sólo era un cascarón vacío.

Tras la desaparición de una importante cantidad de dinero, los tres están acusados de estafa agravada, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales. En días pasados, uno de los órganos de la Audiencia Nacional anunciaba la finalización de la instrucción de una de las dos piezas separadas abiertas por este caso, de forma concreta la que hace referencia al caso de estafa y organización criminal.

En su declaración ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, un acusado, Diego Felipe, dueño de un 33,33% de Arbistar, aseguró que el eslogan de la ganancia permanente era una estrategia de márketing, pero que era falso. Diego Felipe tiene 39 años. Su formación académica conocida se limita al graduado escolar. Durante un corto periodo de tiempo fue militar en España. También trabajó en una empresa de su padre. Y, según relató ante el juez, lleva años en Sofía, la capital de Bulgaria. Se atribuye la idea de crear un bot de arbitraje, una especie de programa automático capaz de comprar criptomonedas a un precio bajo y venderlas a uno mayor. 

Admitió que conoció por internet a Víktor y Fuentes. Al primero le otorgó la tercera parte de las acciones a cambio de que llevara el servicio de programación del bot y al segundo, el 33,33% restante para que ejerciera de comercial. Arbistar se creó en diciembre de 2018. La sede se fijó en Tenerife, para darle mayor seriedad y credibilidad que a una firma asentada en Bulgaria. Pero así también se quisieron aprovechar de los incentivos fiscales que ofrece la Zona Especial Canaria (ZEC). También dijo que nunca hizo aportación económica alguna, que sólo se le ocurrió la idea del programa de arbitraje. Pero, además, aclaró que ni él ni su familia hicieron nunca una inversión en Arbistar. Aclaró que, cuando se paró en seco la actividad de la sociedad, tenía unos 32.000 clientes.

Víktor Alexandre es un joven de poco más de 30 años. Afirmó que es un informático, que, antes de entrar en Arbistar, había trabajado en la realización de páginas de internet y aplicaciones (apps). También relató que Diego Felipe le propuso varios proyectos y uno de ellos fue el de criptomonedas. Ante el juez Calama, comentó que le contrató para desarrollar el software del Community Bot (CB) y el Personal Bot (PB). Y por esa labor cobró 150.000 euros, supuestamente lo único que ingresó de Arbistar, comentó.

Según Alexandre, no hizo aportación económica alguna para crear Arbistar. Insistió en que ni él ni sus familiares obtuvieron abonos de la firma. Y, al igual que señaló Diego Felipe, expuso que nunca invirtió en la empresa radicada en el municipio de Arona. Supuestamente fue contratado para llevar el soporte tecnológico, pero, tras crear los bots, el mantenimiento lo delegó en programadores búlgaros.

La abogada grancanaria Conchi Viera, que representa a más de un millar de afectados, está convencida de que Santiago Fuentes, Diego Felipe y Víktor Alexandre se pusieron de acuerdo para realizar declaraciones coincidentes.

Investigadores de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) Central de la Policía Nacional solicitaron asistencia judicial y colaboración a las autoridades de varios países para intentar seguir el rastro del dinero que los clientes aportaron a Arbistar antes de que saltara la polémica en agosto y septiembre de 2020. Se han enviado escritos a Reino Unido, Islas Caimán, Hong Kong, Malta y Marruecos.

A las autoridades británicas, en concreto, los investigadores solicitaron que se procediera al bloqueo de todos los productos que existan en la entidad Coinbase UK Ltd. a nombre de Santiago Fuentes, Diego Felipe, Víktor Alexandre, Iván Grima, Álex Castro, Arbistar 2.0 y Arbistar Comunity Group.

En el caso de las Islas Caimán, los agentes enviaron una comisión rogatoria para bloquear las cuentas de los imputados en la firma Cro Dax Limited. Otra de esas solicitudes de colaboración judicial se remitió a Hong Kong para el bloqueo de las cuentas de los ya mencionados en Crypto.com.

Según los trámites que se han puesto en conocimiento del Juzgado de la Audiencia Nacional, en Malta fueron localizados bitcoins que supuestamente pertenecen a los investigados Álex Castro e Iván Grima, pero hasta el momento de la comunicación a las partes no se conocía la cuantía hallada.

Informe pericial

El informe pericial encargado por el juez José Luis Calama a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre los elementos tecnológicos e informáticos de la supuesta trama de estafa también resulta revelador, a juicio de la abogada grancanaria. Los investigadores no localizaron en los dispositivos electrónicos intervenidos a los acusados archivos correspondientes a un «código fuente» o bases de datos que pudieran ser usados en el aplicativo llamado Community Bot y que permitieran su análisis. Es decir, que se desconoce su funcionamiento y características técnicas. Tampoco se puede relacionar a las personas que, ya sea en el seno de Arbistar o de otras sociedades, como Capital Venus Trade (propiedad de Iván Grima y Álex Castro), tendrían acceso e intervendrían en el uso del mencionado programa.

Los profesionales de la UCO tampoco hallaron herramientas de gestión remota en los dispositivos analizados que pudieran ser usados para la administración de los servidores. Otra conclusión de los guardias civiles fue que en las salidas o entradas de fondos a las billeteras digitales (wallets) de Arbistar hacia o desde los sistemas de intercambio de bitcoins resultan mínimas.

Y, además, estas operaciones resultan necesarias en un alto volumen para comprar criptomonedas y, por lo tanto, a la hora de llevar a cabo el arbitraje consistente en comprar barato y vender caro.

Los agentes detectaron que las operaciones de las billeteras de Arbistar son, de forma fundamental, para captar fondos procedentes de billeteras de los clientes y, a continuación, mover ese dinero a otros depósitos. Para Viera, esto es un presunto indicio de la estafa.

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