TRANSPORTES

Alsa cumple cien años: el gigante del transporte, en cifras

El mayor grupo español de autocares y autobuses, que cumple 100 años, opera en seis países, gestiona 200 destinos europeos, busca nuevas oportunidades internacionales y se está diversificando para convertirse en un operador integral de movilidad

Centenario de Alsa.

Centenario de Alsa.

Javier Cuartas

Automóviles Luarca SA (Alsa), la mayor compañía española de autocares y autobuses, ha alcanzado su centenario (se fundó el 20 de abril de 1923) en plena expansión internacional e inmersa en un cambio del concepto de negocio para transformarse en un operador multimodal que cubra todos los segmentos y modalidades de transporte. Desde 2005 es filial al 100% de la británica National Express, pero la familia asturiana Cosmen, que entró en el capital de Alsa en 1960 y se hizo con su propiedad absoluta en los 80, controla el mayor paquete accionarial y la vicepresidencia de la multinacional inglesa -con sedes en Birmingham y Londres-, y se mantiene al frente de la filial española. La operación se cerró por 217 millones en efectivo y un paquete accionarial equivalente al 9,9% de National Express, que luego la familia amplió hasta el 14,41%. El valor en bolsa del grupo británico es de 740 millones de libras.

Tras un siglo de expansión desde su constitución en Gijón (Asturias) por un grupo de inversores de la burguesía local de la villa marinera de Luarca y su zona de influencia, hoy Alsa está presente en todas las comunidades autónomas con más de 3.500 destinos en España en trayectos suprarregionales, conecta y da servicio con itinerarios locales, regionales y nacionales a 3.726 municipios, y gestiona 41 redes urbanas y metropolitanas en el país. 

Esta expansión se hizo por crecimiento orgánico (su primera expedición entre Asturias y Madrid data de los primeros 60) y mediante licitaciones, amén de una estrategia rauda e intensa de adquisiciones de numerosas compañías (primero, en Asturias; luego, en casi todas las demás regiones), las más importantes de las cuales fueron la compra de la empresa estatal Enatcar durante su privatización en 1999 y la de Continental Auto, su segundo mayor competidor, en 2007. "Si hay algo que caracteriza a nuestra empresa es su espíritu pionero e innovador", destaca Jorge Cosmen Menéndez-Castañedo, presidente de Alsa España y vicepresidente de National Express.

Fuera de España, cubre 200 destinos europeos en rutas internacionales (inició las líneas regulares con Suiza, Bélgica y Francia en los 60) y está implantada con flotas y servicios permanentes en España, Marruecos, Portugal, Suiza y Francia, amén de operaciones en Andorra. También ha tenido delegaciones y empresas participadas en Alemania y Polonia. En España da empleo a 7.400 personas. Pero sumados sus negocios aquí y fuera, totaliza 15.000 trabajadores, 5.600 vehículos, 423 millones de pasajeros al año y más de un centenar y medio de sociedades. 

En Marruecos, donde comenzó su actividad en los 90, ya es el primer operador privado, gestiona el transporte público de las principales ciudades del país (Marrakech, Jouribga, Agadir, Tánger, Rabat y Casablanca) y su negocio y sus proyecciones superan en crecimiento y expectativa a los del mercado español.

En Suiza se implantó en 2016 y hoy tiene cuatro empresas filiales, opera varias líneas de transporte público en Ginebra y realiza diversos servicios discrecionales, incluido en la zona de los Alpes. En Francia explota desde 2020 el servicio urbano de buses de Gex (en la región de Auvernia-Ródano-Alpes), el año pasado regresó a Portugal (donde había tenido filiales entre 2002 y 2011) con la gestión de los servicios metropolitanos en Lisboa y en 2023 comenzará a operar los de Oporto. En el último trimestre de este año empezará a circular por el sur de Arabia Saudí con 129 autocares en 27 rutas de larga distancia y 80 destinos, es finalista en un concurso público de Dubái (Emiratos Árabes Unidos) para un contrato por 1.000 millones de euros pendiente de adjudicar y acaba de presentar una oferta para una concesión también relevante en Singapur. "Estamos constantemente analizando nuevas oportunidades, tanto en Europa como en Oriente Medio, Asia y Latinoamérica", asegura Cosmen.

Las grandes magnitudes de Alsa no incluyen las flotas de autobuses y autocares que operan con esta marca comercial en China (desde 1984), Malta (2014) y Chipre (2020), que son propiedad directa de la familia y no se han incorporado a National Express.

Además de dominar Alsa, la multinacional británica tiene presencia directa y a través de otras filiales en el Reino Unido, Alemania, Canadá, EEUU y Baréin, y, sin perjuicio de la expansión que pueda acometer el grupo y su matriz, en 2010 oficializó su respaldo para que la filial española, con presencia internacional desde antes de su incorporación al grupo inglés, siga desarrollando su proyección global.

La empresa opera en la actualidad con trenes, VTC, áreas de servicio, ambulancias, barcos y alquiler de bicis

En este momento, Alsa tiene "una sólida cartera de oportunidades de licitación durante los próximos 18 meses por unos 430 millones" y "buscará oportunidades durante el próximo año", dijo National Express en marzo en Londres. A juicio de la compañía británica, Alsa tiene posibilidades de desarrollo sobre todo "en los mercados de autobuses urbanos, internacionales, turismo, para tránsito [ambulancias y otros servicios] y transporte corporativo". Y sostuvo que posee "sólidas credenciales para presentar ofertas por contratos adicionales en Portugal y para introducirse en otros mercados a medida que busca aumentar su exposición en el sur de Europa".

En palabras de Cosmen, presidente de la compañía: "En Alsa somos inquietos y tenemos muchas ganas de seguir abriendo nuevos caminos que definan nuestra historia. Por eso analizamos oportunidades de nuevas compras en los segmentos de la movilidad urbana y en áreas metropolitanas, además de las licitaciones que se vayan convocando".

Ingresos y beneficios

El año pasado la compañía aumentó sus ingresos el 35,1% y facturó 1.129,3 millones. Fue la primera vez que superó la barrera de los 1.000 millones, a la que se acercó en 2019 (940,6 millones) y de la que se alejó por el covid (638,17 millones en 2020). Su beneficio operativo creció en el último ejercicio el 84,8%, hasta 121,8 millones, aunque arrojó pérdidas extraordinarias antes de impuestos de 209,9 millones de libras esterlinas (237,4 millones de euros) por un deterioro no monetario de la plusvalía como resultado de un aumento en la tasa de descuento, impulsado por alzas en los rendimientos de los bonos del Gobierno y el coste de la deuda. Pero, con esta excepción puramente contable, Alsa aporta el 28% de los ingresos de National Express y el 46% de su beneficio. Solo la división de transporte escolar en EEUU y Canadá ha superado en rentabilidad en los últimos tiempos a la filial española.

Sin perder sus esencias, Alsa es hoy un grupo distinto de lo que fue y aún será más diferente. Si durante sus primeros 58 años fue una compañía solo de autocares que realizaban desplazamientos de media y larga distancia (salvo una participación accionarial entre 1963 y los 70 en una firma urbana de Gijón), en 1981, con la asunción del servicio público de Oviedo, se introdujo definitivamente en el segmento de los autobuses. Hoy el negocio del transporte urbano y metropolitano ya representa el 50% de los ingresos.

Esta diversificación es una fortaleza, como se evidenció en los primeros compases de la salida de la pandemia, cuando se comenzó a restablecer la movilidad, pero se mantuvieron los confinamientos entre regiones. También es una defensa frente a la competencia de la alta velocidad ferroviaria y la aparición de ofertas a bajo precio en este medio de transporte en itinerarios coincidentes con algunas de las rutas más rentables de la compañía.

Aun así, lejos de rehuir la competencia con los trenes de alta velocidad de Renfe (Ave y Avlo), Ouigo e Iryo, ha afrontado ese desafío con la gestión activa y la optimización de flotas y costes, una política de márketing vigorosa, el refuerzo de las estrategias de imagen corporativa y la incorporación en estos trazados de autocares de doble piso, todo lo cual ha reforzado su propuesta al usuario y mejorado el rendimiento y el coste unitario para competir con las ofertas agresivas, ya sea de los trenes o los aviones a bajo precio. En el pasado, ya había desarrollado las clases Supra (1988) y Premium (2012) para cubrir los segmentos de mayor poder adquisitivo y para plantear batalla a los vuelos low cost.

A la espera de la renovación de las grandes concesiones de transporte de viajeros por carretera de titularidad estatal, gran parte de ellas ya caducadas y prorrogadas, Alsa, con gran número de itinerarios en juego, asiste al intenso pulso entre los partidarios de mantener el actual modelo concesional español y los que abogan, frente a los grandes grupos ya consolidados, por la libre competencia en los corredores rentables, incluidos aspirantes como el grupo alemán Flixbus y algunas compañías españolas con escasa presencia en servicios regulares suprarregionales.

Mejoras cualitativas

Mientras se dirime la pugna entre ambos sistemas de explotación, Alsa sigue una estrategia de mejora en las condiciones cualitativas -puntúan en los baremos de los concursos- y con fuerte inversiones en la renovación de las flotas y sistemas de seguridad, como ya hizo con los dispositivos de purificación en la entrada del aire a los vehículos tras el covid, las cámaras internas y externas, los detectores que inmovilizan el bus si el conductor ha ingerido alcohol. 

Y aunque el grupo no prevé que la renovación de las concesiones vaya a tener impacto en Alsa "antes de 2025 como muy pronto", según dijo el 2 de marzo National Express, sigue ampliando el perímetro de sus negocios para diversificar las fuentes de ingresos y relativizar su dependencia de las grandes rutas de transporte regular. Hoy las largas distancias ya solo aportan el 15% del volumen de negocio.

En ello ha sido determinante la creciente diversificación de sus actividades. Desde hace decenios, gestiona 39 estaciones de autobuses en régimen de concesión, una decena de áreas de restauración en autovías y autopistas con la enseña Exit e instalaciones para el mantenimiento de vehículos y centros de formación de conductores, el más importante ubicado en El Espinar (Segovia).

También es un actor creciente en el negocio ferroviario. A través de las sociedades Alsa Raíl, Alsa Ferrocarril y otras, participa en la compañía Metros Ligeros de Madrid; opera trenes turísticos en Madrid y Catalunya; maneja el funicular de Bulnes (Asturias) en los Picos de Europa; ofrece trenes chárter en Andalucía, Extremadura, Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha; gestiona servicios de maniobras de convoyes de mercancías en las terminales y complejos ferroviarios de Zaragoza, Valencia y Barcelona; realiza mantenimiento de instalaciones de las líneas de alta velocidad Lleida-frontera francesa, Olmedo-Orense, Antequera-Granada y Madrid-Levante, y cuenta con un centro homologado de formación de personal ferroviario.

El afán de introducirse en el sector ferroviario como un gran operador fue uno de los motivos principales por los que la familia Cosmen, sin apenas experiencia previa en este modo de transporte, optó por aliarse en 2005 con National Express, que entonces era un gran gestor de trenes en el Reino Unido, aunque hoy solamente lo es en Alemania. Pese a que Alsa no llegó a formular ninguna oferta por las licencias de alta velocidad en España ante la gran competencia planteada por los grupos estatales de Francia (SNCF, dominante en Ouigo) e Italia (Trenitalia, socio de referencia de Iryo), la voluntad de implantarse en este negocio persiste. La empresa mantiene su aspiración de operar en líneas regulares de alta velocidad y larga distancia, así como en cercanías ferroviarias.

Alsa también es un actor significativo en el mercado de los vehículos de turismo con conductor (VTC) desde 1998, se dedica de modo incipiente al alquiler de bicis (lo hace en León y ha concurrido a concursos en otras ciudades), el año pasado se introdujo en el mercado del transportes sanitario con la compra de la compañía de ambulancias Vitalia (con sede en Madrid y delegaciones en Toledo, Alicante y Tenerife) y ya tiene experiencia en gestionar algunos barcos en León, Cádiz y Cantabria. En todos esos negocios tiene una intención explícita de crecimiento para desarrollarse como un operador integral de movilidad mediante una estrategia de diversificación relacionada.

Mientras tanto, no ceja en el negocio fundacional de los autocares y en el cada vez más relevante para su negocio de los autobuses urbanos, además de los buses turísticos. Y lo hace con una perspectiva de futuro, afrontando los desafíos que plantean a las empresas de transporte la descarbonización y la conducción autónoma y conectada. Con la Universidad Autónoma de Madrid, la Dirección General de Tráfico y el Consorcio de Transporte desarrolló un vehículo eléctrico sin conductor para el transporte de pasajeros que ya estuvo en servicio en Madrid y ahora lo está en Asturias, y participa en otro proyecto similar (R3CAV) con GMV, Indra, Masermic, MásMóvil, Renault Group y Sigma.

Transición energética

Atenta, como su matriz británica, al reto de la transición energética, la empresa también está involucrada en varias alianzas para el desarrollo del hidrógeno verde como combustible de futuro para automoción mediante distintos acuerdos con Iberdrola, Repsol, EDP, HyDeal, Toyota y el consorcio integrado por Duro Felguera, Hunosa y Nortegás, entre otros socios.

En 2018 creó un fondo de inversión en la modalidad de "capital semilla" para apoyar nuevas iniciativas empresariales, así como propuestas del propio personal de la empresa que permitan identificar nuevos enfoques, desafíos en el negocio y oportunidades de crecimiento.

Coincidiendo con el centenario y con afán de ratificar su arraigo asturiano, Alsa acaba de anunciar que localizará en el principado su centro nacional de I+D+i, que desarrollará soluciones innovadoras en movilidad con productos y servicios reales para su aplicación directa al negocio. Las dos primeras líneas de investigación estarán vinculadas al uso de la inteligencia artificial, una de ellas, para productos y servicios reales, y otra, para vehículos limpios y de cero emisiones, con conducción autónoma y redes de carga.

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