Canarias lidera el autoempleo en España gracias al ‘ladrillo’ y la I+D

El número de autónomos aumenta el último año en las Islas en 3.515 trabajadores mientras que cae a nivel nacional | El comercio, único sector que pierde afiliados

Trabajadores de la construcción durante la jornada laboral.

Trabajadores de la construcción durante la jornada laboral. / E.D.

Canarias encabeza el ranking de las Comunidades Autónomas en que más aumentó el número de trabajadores autónomos en el último año. Las Islas lideran la clasificación en solitario justo en un momento en el que el autoempleo atraviesa una delicada situación a nivel nacional. De hecho, el Archipiélago gana nuevos trabajadores por cuenta propia mientras que la cifra se reduce en el conjunto de España. La región va así a contracorriente. Entre marzo de 2022 y marzo de 2023, el colectivo de los autónomos perdió 1.301 personas en todo el país; y en ese mismo período se incrementó en Canarias en 3.515. Tres grandes sectores de la economía explican este notable aumento: la construcción; las actividades profesionales, científicas y técnicas; y la información y comunicaciones. O lo que es lo mismo: la construcción y las actividades en que mayor peso tienen la Investigación, el Desarrollo y la innovación (I+D+i), lo que corrobora que el tejido productivo isleño sigue dando pasitos hacia la diversificación.

Los datos suministrados por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) confirman lo que su presidente, Lorenzo Amor, expuso a comienzos del mes pasado tras reunirse con el jefe del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres. Canarias es una «isla», manifestó Amor, donde la evolución del autoempleo nada tiene que ver con lo que ocurre en el resto de España. Tan es así, que el número de trabajadores por cuenta propia tan solo aumentó en el último año en cinco de las 17 Comunidades Autónomas, o al contrario: disminuyó en doce de las 17. Y el Archipiélago está al frente de esas únicas cinco en las que el colectivo creció pese a los nubarrones –la inflación, las subidas de los tipos de interés, las mayores dificultades para acceder al crédito bancario...– que amenazan a las cajas de las empresas y a los bolsillos de las familias.

Las cinco regiones con crecimientos del autoempleo en los últimos doce meses son Baleares, que ha ganado 1.929 autónomos desde marzo del año pasado; la Comunidad de Madrid, donde se han incrementado en 2.094; la Comunidad Valenciana, con 2.412 más; Andalucía –2.739–; y Canarias, que con esos 3.515 nuevos trabajadores por cuenta propia es la única en que el colectivo aumenta en más de 3.000 personas. Hay que tener en cuenta, además, que esa sensible subida coloca a las Islas en el liderato en términos cuantitativos, y no solo porcentuales, pese a que su población y por ende su población de autoempleados son mucho más pequeñas que las de Andalucía, Madrid o Valencia. En este sentido, desde ATA ponen énfasis en que la evolución a contracorriente que viene experimentado el trabajo autónomo en el Archipiélago permite «amortiguar la pérdida» que el colectivo está sufriendo, en general, en el resto del Estado. Una evolución a contracorriente que se da en las dos provincias isleñas, aunque con mayor intensidad en la de Santa Cruz de Tenerife. La cifra de ocupados por cuenta propia creció el último año un 3,2% en la provincia occidental, hasta contabilizarse 2.177 nuevos afiliados en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), mientras que en la demarcación de Las Palmas lo hizo un 2%, esto es, 1.338 afiliados más en el RETA.

El análisis de los distintos sectores de actividad sitúa en los extremos a la construcción, en lo positivo, y al comercio, en lo negativo. El sector del ladrillo es el que ha registrado el mayor incremento de la ocupación en los doce últimos meses en términos cuantitativos, con 883 afiliados más en el RETA que en marzo de 2022. No en vano, la construcción tiró del carro de la economía regional en la peor fase de la pandemia de la covid y se mantiene desde entonces a pleno rendimiento a pesar de las dificultades: el extraordinario encarecimiento de los materiales, la falta de mano de obra, la ralentización de las licencias... Además, ya no solo se trata de los empleos directos que genera el ladrillo, sino también de los indirectos.

En el caso del trabajo autónomo, la construcción ofrece muchas posibilidades de autoempleo en el ámbito de las reformas, el mantenimiento o el montaje de cocinas, por ejemplo.

Más llamativo resulta, eso sí, que dos ámbitos tan dependientes de la I+D+i como la información y las comunicaciones, por un lado, y las actividades científico-técnicas, por otro, hayan generado de un año hasta aquí un total de 895 nuevos puestos de trabajo por cuenta propia. Solo este último sector, el de las actividades profesionales, científicas y técnicas, ganó 613 autónomos entre marzo de 2022 y marzo de 2023, el segundo mayor incremento tras el registrado en la construcción. Luego aparecen las tareas administrativas, con 486 afiliados más al RETA que un año atrás, y las actividades artísticas y de entretenimiento, con 348 más.

En el otro extremo está el comercio. El trabajo en el sector primario –el campo y la pesca– y en las actividades financieras y de seguros –la banca– perdió empleados por cuenta propia, pero en ambos casos menos de una decena, cifras insignificantes. En cambio, el sector comercial expulsó a lo largo del último año a cerca de medio millar de autónomos –498 exactamente–. La industria ganó 65 y la hostelería, 207.

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