La zafra de atún arranca con fuerza: capturan en un mes el 30% de la cuota

La flota canaria ya ha pescado 150 de las 537 toneladas permitidas durante toda la campaña

Uno de los primeros ejemplares de atún rojo capturado en Tenerife a principios de marzo.

Uno de los primeros ejemplares de atún rojo capturado en Tenerife a principios de marzo. / Mercedes Menéndez

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

Este año la campaña de atún rojo llegó tarde, pero lo hizo con fuerza. La temporada arrancó solo hace un mes, el pasado 6 de marzo, y los pescadores isleños ya han capturado el 30% de la cuota total que le corresponde al caladero canario. Según los datos del presidente de la Federación Regional de Cofradías de Pescadores de Canarias, David Pavón, de momento se han pescado unas 150 toneladas de las 537,69 permitidas. Las embarcaciones de artes menores son responsables del 55% de las capturas y los atuneros cañeros, del 45% restante . Y la realidad es que esa cantidad se ha atrapado en las últimas tres semanas de marzo ya que los atunes tardaron algunos días en picar. «La cosa comenzó muy calmada, pero ya se ha notado la entrada con fuerza de especies en nuestras aguas y eso que el mes más potente para nosotros es abril», afirma Pavón, quien ve la temporada con optimismo.

Este año la campaña comenzó más tarde debido al retraso en la aprobación del reglamento europeo de asignación de cuota que vio la luz el pasado 31 de enero. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicó el 24 de febrero la resolución que permite iniciar la zafra. En ella se establece que las capturas se podrán realizar en dos tandas: la primera desde el 6 de marzo hasta el 14 de junio, en la que solo se podrá pescar lo asignado a cada embarcación, y otra del 20 de junio al 31 de diciembre. En el último periodo, el Ministerio posibilita la pesca olímpica, es decir, que los buques puedan realizar las capturas sin limitaciones de cuota individual hasta agotarla.

Una de las demandas históricas de los pescadores es el adelanto de la campaña al mes de enero ya que la concentración de capturas en pocos meses les resta competitividad en el mercado. «Las sensaciones son buenas, pero lo que está claro es que cuanto más se extienda la campaña en el tiempo será mejor para la comercialización», apunta el representante regional de los pescadores quien insiste en que aunque haya pocas piezas en enero estas tendrían un «precio bastante más importante».

Los hermanos Francés consiguen el récord al atrapar una pieza de 417 kilos en Fuerteventura

El presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Santa Cruz de Tenerife, Víctor Juan Díaz, también preferiría que todo el pescado no entrara «de golpe» en el mercado para negociar mejores precios. «Los barcos que están en la mar ya han cogido bastante pescado, yo diría que casi un 90% de las embarcaciones ya han pescado más de la mitad de su cuota», asegura Díaz. Y eso que la cuota asignada a la flota de las Islas, conformada por 248 embarcaciones, aumenta este año un 1,8%.

La resolución del Ministerio permite, además, que el límite individual de cada embarcación pueda aumentar un 30% por encima de la cuota. Esto significa que cuando se roce el tope, hay un margen mayor para cada pescador siempre que se esté dentro de la asignación general, de las 537 toneladas. «Este cambio puede ayudar a que el cómputo total de captura del Archipiélago acabe muy aproximado a la cuota establecida en total», explica Pavón. El incremento en el margen permite compensar las cifras de los barcos que no salen a pescar y no realizan las capturas que tienen asignadas. Díaz, por su parte, está convencido de que la flota canaria «será capaz» de alcanzar el tope establecido por el Estado.

Por el momento, la cosa pinta bien. Las piezas que se están capturando tienen un peso medio de 250 kilogramos. En Tenerife, por ejemplo, las primeras capturas se produjeron el lunes 6 de marzo con dos ejemplares de más de 290 kilos. Llegaron al Puerto de Los Cristianos, en el municipio sureño de Arona, a bordo del barco Luz Miguel, cuyos patrones son los hermanos Yeray y Goyo Amaral, que tienen su base en el muelle de Los Abrigos, en Granadilla de Abona. Uno de los patudos, como se conoce en Canarias a los atunes rojos, pesó 332 kilos y el otro, 292.

Algunos como el patrón Mayor de la Cofradía de Arguineguín (Gran Canaria), Ricardo Ortega, tienen suerte y se topan con bichos de más de 300 kilos. «El otro día batí mi récord personal y cogí un atún de 374 kilos», afirma el pescador que cuenta con una cuota máxima de 1.739 kilos. Las dimensiones de la pieza le impidieron subirlo al barco y tuvo que volver a tierra arrastrando al animal colgado. «Solo me quedan un par de atunes para cumplir», reconoce Ortega.

La patronal resalta la importancia de la campaña por otorgar estabilidad económica al sector

Todavía queda mucha campaña, pero por el momento el verdadero récord lo lograron el pasado 24 de marzo los hermanos Patricio y Rafael Francés en Morro Jable (Fuerteventura) cuando capturaron un ejemplar de 417 kilos, el más grande de los últimos 30 años. La zafra de atún ha ido cobrando importancia para los pescadores del Archipiélago, que actualmente la definen como «una auténtica seguridad y estabilidad» para el sector. «La afluencia de esta especie es cada vez más establece y eso aporta viabilidad económica a las embarcaciones que tienen ingresos seguros en los primeros cuatro o cinco meses del año», explica Pavón. Díaz, por su parte, reconoce que la zafra «le da la vida a los pescadores al poder tener la garantía de generar un pequeño colchón económico para aguantar lo que pueda venir». En el caso de Ortega, su cuota le permite reunir unos 12.000 euros. «Es una ayuda importante que se complementa con los ingresos que te dan el resto de especies», aclara.

Según el estado del pescado los dueños de las embarcaciones reciben una media de entre 5 y 8 euros por kilo, aunque Pavón asegura que hay piezas que en mercado local pueden llegar a venderse por unos 10 o 12 euros por kilogramos. «Nosotros defendemos extender la captura en varios meses porque las piezas sueltas pueden tener un precio bastante superior, pero el mercado local tiene capacidad limitada», explica. ¿Y por qué se encarece tanto el producto en las cartas de los restaurantes? Según Ortega una de las principales razones es que la pieza pierde casi 100 kilogramos cuando se limpia, lo que al final queda reflejado en un incremento del precio. «Recuperar la inversión es complicado, pagas por el producto y todo el trabajo que lleva detrás», asegura el patrón Mayor de la Cofradía de Arguineguín.

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