El IPC se frena en marzo por el ‘efecto escalón’ pero la inflación persiste

La histórica subida de precios de hace un año deja la caída de la tasa anual en un espejismo

Dos hombres hacen la compra en un supermercado del Archipiélago. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Dos hombres hacen la compra en un supermercado del Archipiélago. | | CARSTEN W. LAURITSEN / M. Á. Montero / Agustí Sala

M. Á. Montero / Agustí Sala

El Índice de Precios de Consumo (IPC) frena su escalada de forma considerable hasta situarse este mes en el 3,3% interanual, casi la mitad que en febrero y cerca de tres veces menos que en marzo de 2022, según el indicador adelantado publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y, sin embargo, la inflación está muy lejos de corregirse. Tanto que los precios han subido en marzo una media de un 0,4% con respecto al mes pasado. Así que el IPC interanual se reduce de forma más que sensible y, al mismo tiempo, crece en cuatro décimas sobre el dato de febrero. Una aparente paradoja que en realidad no es tal y que se explica por el llamado efecto escalón.

Si alguien sube una montaña de mil metros el día 1, escala otros 500 metros el día 2 y avanza 600 más el día 3, resulta que no ha dejado de ascender en ninguno de los tres días, pero si se comparan los 600 metros de ascensión de la tercera y última jornada con los mil de la primera, cuando se produjo el tirón inicial, el resultado en términos matemáticos es de menos 400. Lo mismo, pero con los precios, pasa con el indicador adelantado del IPC. En marzo de 2022, los precios subieron un desorbitado 3% sobre el mes anterior por el conflicto en Ucrania, lo que llevó el IPC interanual hasta el 9,8%. Fue el día 1 de la escalada, el tirón inicial, ya que en marzo de 2021 –la comparación interanual es con el mismo mes del ejercicio inmediatamente anterior– aún no había emergido la ola inflacionaria. Ayer, en el día 3 de la escalada, el INE publica que los precios se incrementaron otras cuatro décimas mientras el IPC interanual caía hasta el 3,3%. Así que si se compara ese 3,3% con el 9,8% de marzo de 2022 –como aquel escalador que el primer día subió mil metros y el tercero, solamente 600– el resultado matemático puede llevar a engaño, ya que el dato interanual se desploma hasta casi una tercera parte cuando el coste de la vida no ha dejado de crecer. Como el escalador del ejemplo que nunca dejó de ascender. Esto es el efecto escalón.

La moderación que han experimentado este mes los precios de la electricidad y de los carburantes en comparación con la escalada registrada en marzo del año pasado es el gran factor que ha llevado el IPC al nivel más bajo desde agosto de 2021.

Un año atrás fue cuando se notó el primer impacto de la guerra de Ucrania, con ese aumento mensual con respecto al mes precedente del 3%, el mayor en 45 años. Doce meses después, la comparación acusa ese efecto escalón y se modera el índice general aunque la cesta de la compra siga en niveles elevados.

La cesta, por las nubes

A consecuencia de todo ello, la inflación subyacente, la más estructural ya que es la que excluye los precios de la energía y de los alimentos no elaborados, se redujo una décima con respecto a febrero, hasta el 7,5%, el primer descenso desde septiembre pasado, según el INE. El mes pasado, los alimentos alcanzaron un nivel récord del 16,6%, lo que situó la inflación subyacente en el 7,6%, la variable que más preocupa combatir porque es la que muestra hasta qué punto la escalada de los precios afecta a toda la economía. El mantenimiento de este indicador en cotas elevadas sugiere que persiste el encarecimiento de la cesta de la compra, que relevó meses atrás a la escalada en los precios de la energía, que fueron los que iniciaron el proceso inflacionista después de comenzar la guerra en Ucrania. Según fuentes del Gobierno, la menor inflación «está favoreciendo la competitividad de las empresas españolas, como ponen de manifiesto las ganancias de cuota de mercado y el aumento de las exportaciones de bienes y servicios, incluso en el complejo contexto económico internacional». Desde el Ejecutivo también atribuyen la reducción del nivel general de precios al efecto del tope del gas para producir electricidad, que vencía en mayo próximo y que se prorroga hasta final de año tras el aval de Bruselas.

Los analistas ya preveían un descenso importante del IPC durante la primera mitad de este año al compararse con el primer semestre de 2022, en el que se experimentó la gran escalada. De hecho estiman que el efecto escalón o efecto base «presionará de forma significativa a la baja a la inflación durante toda la primera mitad de 2023», según el análisis de CaixaBank Research.

Este desfase se reducirá durante la segunda mitad del ejercicio, ya que el fuerte crecimiento del IPC se concentró en el primer semestre de 2022, mientras que durante la segunda parte de ese ejercicio se mantuvo bastante estable. Tras un 2022 con una inflación media del 8,5%, la más alta desde 1986, en los próximos meses la tendencia podría ser la moderación.