La crisis lleva el sacrificio de ganado a sus mayores cifras en una década

Los sobrecostes generados por el alza de la alimentación y la energía obligan a los ganaderos a enviar al matadero a 9.200 vacas y cabras más para poder resistir

Una vaca en una granja del Archipiélago.

Una vaca en una granja del Archipiélago. / José Carlos Guerra Mansito

El año pasado no fue un año fácil para los ganaderos en Canarias. Los sobrecostes generados por la subida de la alimentación y por los gastos energéticos dejaron a buena parte del sector en una encrucijada: arruinarse intentando mantener a sus animales o sacrificar a muchos de ellos para poder resistir a esta crisis. A tenor de los datos de los mataderos del Archipiélago, a los productores del sector caprino y bovino no les quedó más remedio que recurrir a la segunda opción. Y de hecho, los niveles de sacrificio de vacas y cabras fueron el año pasado los más altos en más de una década. En 2022 se sacrificaron 9.214 cabezas más que en 2021, un año en el que ya fue muy alto debido a las dificultades que también atravesaban los ganaderos.  

Pero, ¿cuál es el motivo de que se haya producido un incremento del 50% en solo un año? Simple. Tratar de resistir el embiste de la inflación, dada la disparatada subida de precios de las materias primas, como los cereales, que repercutió a su vez en el coste de la alimentación animal, una de las inversiones más altas que deben hacer los ganaderos. Si en 2021 se sacrificaron en el Archipiélago 38.092 vacas y cabras –las dos cabañas que se vieron más afectadas por el alza de los precios– el año pasado aumentó hasta las 43.876. Pero es que esta es también la cifra más alta desde 2011, el último del que hay estadísticas disponibles. En estos doce últimos años nunca antes el nivel de muertes de estos animales había alcanzado estos niveles, lo que evidencia la gravedad de la crisis que han tenido que enfrentar los ganaderos y que les ha llevado en varias ocasiones a lanzar un grito desesperado de socorro. 

Para la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga) muchos profesionales del sector no vieron otra salida que eliminar a parte de su ganado como única opción para reducir gastos y ganar algo de liquidez. Al no tener que alimentar a tantos animales los gastos daban un respiro, pero por otro perdían capacidad para generar más ingresos. 

Por especies, la bovina ha sido la que ha experimentado un mayor incremento de los sacrificios respecto al año anterior. En concreto, los propietarios de las explotaciones mataron en 2022 un 20,8% más de estas cabezas de ganado. En concreto, 2.314 vacas más. Respecto a 2019 –el último año de normalidad para la ganadería canaria antes de la llegada de la pandemia primero y de la crisis inflacionaria después– la cabaña bovina contabiliza un 36% más de sacrificios en 2022, es decir, que se pasó de 9.872 a 13.430 cabezas enviadas al matadero.

Los productores mataron un 50% más animales que en 2021 para poder ganar liquidez

Para Asaga este incremento tiene dos lecturas. La primera de ellas es positiva porque implica una revalorización de la carne local por una cuestión de precio y frescura frente a la de importación, mucho más cara, que ha hecho se aumente la demanda en el último año. La segunda no es tan halagüeña porque el sector también se ha visto obligado a sacrificar vacas destinadas a la producción láctea debido a la baja remuneración que recibían los ganaderos por la leche.

De hecho, hace casi un año los propietarios de granjas lecheras estaban en pie de guerra para reivindicar que se les pagara un precio por litro que al menos cubriese sus costes de producción. La alimentación del ganado subió incluso más de un 55% para los productores y teniendo en cuenta que este gasto representa hasta un 60% del total que tiene que hacer una explotación, los ganaderos denunciaban que se encontraban ahogados. 

Sin embargo, casi doce meses después la situación poco ha cambiado. Aunque el Gobierno de Canarias reunió a productores con queseros y supermercados para tratar de incrementar el precio por el litro de leche, lo cierto es que los productores del Archipiélago denunciaron recientemente que la subida sigue sin ser suficiente para cubrir sus costes de producción. 

Los propietarios de granjas de caprino en las Islas tampoco han quedado exentos de pasar momentos muy difíciles el año pasado. Una situación que también se notó en los mataderos del Archipiélago, que sacrificaron 6.900 cabras más que en 2021, lo que supone un incremento del 18,6%. Si se compara con los datos de 2019, el último año prepandemia, se pasó de 39.158 a 43.876 animales en 2022, un 12,05% más.

Dentro de esta cabaña, cabe señalar el denominado ganado mayor, formado por aquellas cabras en producción lechera y las de desvieje, cuyo sacrificio se incrementó hasta el 21,6%, según los datos aportados por Asaga. Este elevado porcentaje demuestra que el productor canario optó de nuevo por desprenderse de aquellos ejemplares que más alimento consumen para poder rebajar así sus costes de producción y soportar la crisis. 

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  • La cabaña bovina es la que más ha visto incrementado el número de sacrificios. El año pasado se enviaron al matadero 2.314 vacas más que en el ejercicio anterior. 
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  • El alza del sacrificio de cabras también es importante. Los ganaderos mataron en 2022 6.900 cabezas más que un año antes, lo que supone un incremento del 18%. 
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  • Los productores tuvieron que hacer frente el año pasado a sobrecostes importantes. El más destacado el de los piensos que debido al aumento de los cereales superó el 55%. 

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