Canarias no para: solo el 0,012% de los trabajadores isleños se pone en huelga

Por cada 10.000 ocupados que hay en el Archipiélago, solo uno agarra la pancarta para reivindicar mejoras laborales | Las movilizaciones pierden fuerza como medida de presión

Un bombero sostiene una bengala durante una manifestación del cuerpo en Las Palmas de Gran Canaria.

Un bombero sostiene una bengala durante una manifestación del cuerpo en Las Palmas de Gran Canaria. / Andrés Cruz

Los asalariados canarios cada vez recurren menos a la huelga como medida de presión para resolver conflictos con los empresarios. Es más, la interrupción colectiva de la actividad laboral casi parecería una práctica del pasado a tenor de los últimos datos. El último estudio de la multinacional de recursos humanos Adecco sobre la conflictividad en las empresas reduce el impacto de las huelgas en la Comunidad Autónoma a mínimos históricos. Para hacerse una idea de la pérdida de empuje experimentada por los paros laborales, basta con apuntar que de acuerdo con los datos del último trimestre de 2022, los huelguistas apenas representan en las Islas un ínfimo 0,012% de los trabajadores. Dicho de otro modo: de cada 10.000 ocupados que hay en el Archipiélago, solo uno coge la pancarta para exigir mejoras a su empresa.

Eso de acuerdo con la estadística de Adecco, pero las conclusiones son las mismas si se toman como referencia los números que maneja la Secretaría de Estado de Empleo y Economía Social. El departamento dependiente de la vicepresidencia segunda del Gobierno, que dirige Yolanda Díaz, calcula que a lo largo de todo el año pasado estuvo en huelga en las Islas un total de, exactamente, 3.023 trabajadores. La cifra por sí sola no dice gran cosa, pero si se tiene en cuenta que en Canarias hubo cada día de 2022 una media de 952.200 ocupados, resulta que el porcentaje de huelguistas se queda en el 0,3%. Y hay que precisar que esto no quiere decir que en todas las jornadas laborales parase su actividad un 0,3% de los asalariados, sino que sumando todos los participantes en huelgas a lo largo de todo 2022, el número resultante equivale a un 0,3% del total de empleados isleños. En otras palabras: el porcentaje de huelguistas fue el último año en Canarias casi irrelevante.

Euskadi es en la actualidad la autonomía que concentra la mayor conflictividad laboral

Esos poco más de 3.000 trabajadores que en algún momento de 2022 cogieron la pancarta y el megáfono para presionar a sus empresas son 5.869 menos de los que hicieron lo propio durante 2021, según la estadística oficial de la Secretaría de Estado. En consecuencia, también se redujo de forma notable la cantidad de horas de trabajo perdidas por culpa de las huelgas. El Ministerio estima que, en suma, los paros impidieron que se llevasen a cabo hasta 5.648 jornadas laborales a lo largo de 2022, de nuevo una cifra que a simple vista podría parecer elevada pero que en realidad no lo es tanto. Tan es así, que esas algo menos de 5.700 jornadas desaprovechadas apenas representan una cuarta parte de las que se perdieron por huelgas un año antes, en 2021.

La escasa repercusión que tuvieron los paros laborales en la Comunidad Autónoma en el último ejercicio queda también de manifiesto al comparar esta realidad con las de las demás regiones del país. En los doce meses del año pasado, 247.561 ocupados españoles decidieron irse a la huelga para reclamar mejoras en sus condiciones de trabajo, lo que no siempre implica subidas de sueldo. Así que los huelguistas canarios tan solo suponen un 1,2% del total nacional, un porcentaje muy inferior al peso que representa el mercado laboral del Archipiélago en el estatal. Tres cuartos de lo mismo se observa con las horas perdidas por los paros. En toda España se incumplió la friolera de 637.563 jornadas de trabajo por asistencias a huelgas, y de ellas no llegan ni a un 1% –se quedan en un pequeñísimo 0,88%– las que se perdieron en las Islas.

En Canarias se reducen tanto el número de paros como el seguimiento de los mismos

Esta nueva tendencia hacia un cada vez menor seguimiento e impacto de los paros laborales parece, además, consolidarse. Al menos así se desprende del estudio de Adecco. De entrada hay que considerar que esta aparente merma en la conflictividad laboral –no necesariamente un menor número de huelgas significa que haya menos conflictos en el tejido empresarial– no es algo generalizado en España. Ni mucho menos. De hecho, en todo el país se encadenan seis trimestres consecutivos con incrementos de los paros, con lo que la media nacional es de 12,3 conflictos por cada 100.000 empresas, un 5,7% más que en el último trimestre de 2021. ¿Y en Canarias? En el Archipiélago esa media cae a dos huelgas por cada 100.000 negocios, la menor tasa del país junto con la de Andalucía, donde es prácticamente la misma (1,9). Los analistas de Adecco hacen hincapié en que solo hay tres Comunidades Autónomas –la otra es Baleares– en las que la tasa de conflictos que desembocan en paros laborales está por debajo de tres por cada 100.000 empresas (en el archipiélago mediterráneo la tasa es de 2,5/100.000).

El convulso País Vasco

En el polo opuesto, es decir, las comunidades cuyos trabajadores tienen menos reparos a la hora de echarse a las calles, sacar la pancarta y reivindicar, megáfono en mano, mejoras laborales, están el Principado de Asturias, donde hay 39 huelgas por cada 100.000 de sus empresas; Navarra, donde pese a haber disminuido de forma considerable respecto del tercer trimestre de 2022 hay hasta 65 conflictos por cada 100.000 entidades; y, sobre todo, País Vasco. Entre la situación en Euskadi y la de Canarias dista un mundo. Mientras que aquí tan solo se registraron dos paros por cada 100.000 negocios, en la Comunidad Autónoma del norte peninsular se contabilizó la friolera de 131.

En cuanto al número de trabajadores participantes en huelgas en las distintas regiones, los datos que maneja el servicio de estudios de Adecco muestran esas mismas notables diferencias interterritoriales que se observan en el total de casos. Eso sí, aquí sí se ve cierta tendencia nacional. Los analistas de la firma de recursos humanos explican que el número de huelguistas se redujo a finales del año pasado en relación con el último trimestre de 2021 en 15 de las 17 Comunidades Autónomas, en todas menos en País Vasco, donde a tenor de los datos está en estos momentos el tejido productivo más conflictivo de España, y en el Principado de Asturias. Las mayores caídas en la cantidad de personas que siguieron los paros laborales en sus empresas se registran en «Baleares, con un descenso interanual del 97,5%, Cantabria, donde se registra una reducción de un 95,9%, y Canarias (-95,4%)», expone el informe de Adecco.

¿Y cómo es posible que aumente la cantidad de paros y, sin embargo, haya menos participantes? El análisis lo aclara: «Una mayor cantidad de huelgas junto con una reducción de los participantes en las mismas sugiere que, de media, cada conflicto ha tenido un seguimiento menor».

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