La alta demanda dispara un 16% el precio del alquiler por habitaciones

El Archipiélago tiene el porcentaje de hogares compartidos más alto de todo el Estado

Cartel de se alquila en una calle del Archipiélago.

Cartel de se alquila en una calle del Archipiélago. / José Carlos Guerra

Los inquilinos se refugian en el alquiler por habitaciones para tratar de sortear los altos precios del arrendamiento tradicional. Una fórmula que no es ajena en Canarias y que con el paso de los años se ha ido extendiendo ante las dificultades que muchos tienen para tener acceso al alquiler de una propiedad en solitario. Sin embargo, lo que antes era una alternativa económica ahora ya no lo es tanto, ya que el encarecimiento de los inmuebles está tirando también hacia arriba los precios de este tipo de arrendamientos compartidos. Alquilar una habitación en una vivienda para convivir con personas que son ajenas al núcleo familiar es hoy un 16% más caro que hace un año y el precio medio que debe desembolsar quien quiera trasladarse a uno de estos hogares alcanza los 345 euros en el Archipiélago.  

Pero, ¿a qué se debe este incremento? Por un lado, el alza del coste del alquiler ha situado el desembolso al que se debe hacer frente cada mes por una vivienda en máximos históricos. A lo largo del año pasado, el recibo mensual de los inquilinos se incrementó de media un 14,2% y según la estadística del portal inmobiliario Idealista, cerró con un coste de 11,8 euros por metro cuadrado. Una cantidad que se eleva si se quiere vivir en zonas clave como las cercanas a los municipios más turísticos o las dos capitales canarias. Por otro, la reducción de la oferta del mercado del alquiler no deja al margen a este tipo de pisos. De hecho, según los datos de este mismo portal los anuncios vinculados a esta modalidad en la provincia de Las Palmas han caído un 20%. Aunque en la otra provincia la oferta sí se ha visto incrementada un 8%. Además, algunos propietarios optan por arrendar sus viviendas en el formato de pisos compartidos, algo que permite subir el precio total que se percibe por la propiedad, elevando asimismo el de cada habitación, y realizar contratos más cortos. 

Hogares compartidos

Si bien Canarias no es ni de lejos una de las comunidades en la que los precios para acceder a un dormitorio son más elevados –según el portal inmobiliario Fotocasa en Cataluña o Madrid la media supera los 500 euros al mes– las Islas sí que son la región del territorio nacional en la que el porcentaje de hogares compartidos es más elevado respecto al total de las viviendas. De esta manera, y de acuerdo a los últimos datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en un 15,3% de los hogares canarios conviven personas que no son del mismo núcleo familiar. En total, en Canarias existen según la Encuesta Continua de Hogares 131.900 viviendas en las que viven personas que no son familia entre sí, o lo que es lo mismo, que comparten hogar. Pero lejos de lo que pudiera parecer, el único modelo no es el de personas jóvenes, en su mayoría estudiantes, que ante la dificultades para acceder a un alquiler de una propiedad al completo deciden compartir gastos con otros inquilinos.

 La casuística es muy diversa. Según el INE, existen 29.900 hogares en los que conviven personas que no tienen ningún vínculo familiar. En esta categoría entrarían los conocidos como pisos de estudiantes pero también los jubilados que ante la dificultades para llegar a final de mes con su pensión alquilan una de las habitaciones de su casa para incrementar sus ingresos o aquellas personas que acogen a un allegado o amigo que está pasando una mala situación económica. 

El INE también establece que en otras 58.400 viviendas convive una familia con otras personas que no forman parte de ella. Distinta situación pero el motivo que hay detrás en la mayoría de los casos es el mismo: el económico. En un tercer grupo de 43.600 hogares se engloban aquellos en los que residen dos o más familias. Entre ellas también pueden existir un sin fin de casuísticas. Desde los abuelos que abren la puerta a sus hijos y nietos antes de que se queden en la calle o frente a la imposibilidad de disponer de otra vivienda para ellos solos a familias migrantes que comparten gastos.

Pero todos estos grupos tienen a su vez algo en común, el número de hogares en estas situaciones se ha incrementado en los últimos años. Si en 2021 –el último ejercicio para el que existen cifras– había 131.900 hogares compartidos en el Archipiélago seis años atrás esta misma estadística arrojaba el dato de 104.600. Lo que supone que en menos de una década se han sumado a esta modalidad 27.300 inmuebles en Canarias. Un aumento del 26,1%. 

Perfil

Respecto al perfil mayoritario de las personas que comparten vivienda, este sigue siendo el de jóvenes de entre 18 y 35 años que o bien están estudiando o buscan emanciparse. Pero lo que en un primer momento es una idea de compartir para socializar y repartir gastos pasa de ser de un deseo a una obligación debido a la imposibilidad de poder acceder a un alquiler convencional. Según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, un joven de entre 16 y 29 años tendría que destinar una media del 79,2% de su sueldo para el alquiler, cuando este porcentaje no debería sobrepasar del 30%. Acceder a la vivienda en propiedad tampoco es una opción para la mayoría de ellos debido a sus bajos ingresos, su poca capacidad de ahorro y las dificultades de acceso a una hipoteca que en estos momentos ocasiona la subida de tipos. 

El alquiler de una habitación se presenta, a pesar del aumento del precio en los últimos años, como una alternativa más económica para ellos. Pero esta imposición para compartir puede tener efectos indeseados ya que retrasa los planes de futuro de muchos de ellos. 

Suscríbete para seguir leyendo