La caída del precio del combustible en Canarias no compensa el fin de los 20 céntimos

Llenar el tanque de un coche convencional les cuesta a los canarios un 12,8% más que cuando se suprimió la ayuda estatal a pesar de que la gasolina está más barata

Un hombre llena el depósito de su moto en una estación de servicios del Archipiélago.

Un hombre llena el depósito de su moto en una estación de servicios del Archipiélago. / José Carlos Guerra

Aunque muchos conductores no den crédito, los precios de los combustibles han experimentado en Canarias una sensible bajada desde que en julio del año pasado alcanzaran máximos históricos. Llenar el depósito de un coche convencional, con capacidad para unos 55 litros, cuesta hoy, de media, unos 15 euros menos que en el peor momento de la crisis energética. Una cantidad que varía, claro, en función de la mayor o menor capacidad del tanque de nuestro vehículo y del tipo de combustible que lleve: gasolina de 95 octanos, de 98, diésel –gasóleo o gasoil– o diésel plus. No obstante, sea cual sea el producto que se le eche al coche o a la moto, el precio está por debajo del techo registrado el pasado verano. Entonces, ¿por qué cuando pagamos en la estación de servicios apenas se nota la bajada? Pues porque el Gobierno de Pedro Sánchez decidió no prorrogar la ayuda de 20 céntimos por litro de combustible en el caso de los particulares. La subvención finalizó el 31 de diciembre, de ahí que los isleños casi no hayan percibido la reducción de los precios, que, además, se ha acentuado en las primeras semanas de 2023.

La subvención fue una medida paliativa que ni de lejos acercó la factura a las cifras precrisis

El combustible más consumido por los conductores de la región es la gasolina 95. En abril de 2022, cuando las estaciones de servicios comenzaron a aplicar la rebaja de los 20 céntimos, el coste del litro de 95 estaba en las Islas en una media de 1,46 euros. Tres meses después, en julio, ya se había disparado hasta 1,61 euros. A partir de ese momento empezó la progresiva disminución de los precios, no solo en el caso de los 95 octanos, sino también en los otros tres tipos de combustibles. La gasolina de 95 cerró así el pasado año con un coste medio de 1,37 euros por litro en las estaciones de la Comunidad Autónoma. Así que con la subvención de 20 céntimos, los canarios desembolsaban 1,17 euros –siempre de media– por cada litro que le echaban al depósito justo antes de que el Ejecutivo central decidiese suprimir esa medida de alivio para las economías familiares. Llenar hasta los topes un tanque de 55 litros –la mayoría de los coches viene equipada con depósitos de entre 45 y 65 litros de capacidad– salía por 64 euros con 35 céntimos. El 1 de enero dejó de aplicarse la ayuda estatal para los particulares –se mantiene para los profesionales–, y aunque los precios han seguido bajando, los ciudadanos no lo notan por el fin de los 20 céntimos. El litro de gasolina de 95 octanos cuesta hoy una media –la media de este febrero actualizada con los precios de este mismo miércoles– de 1,32 euros. Son 1,32 euros pero ya sin descuento, así que el conductor de aquel turismo con depósito de 55 litros que en diciembre lo llenaba de gasolina 95 por unos 64 euros ahora paga 72,6. Paga un 12,8% más que antes de que el Gobierno quitase la ayuda pese a que el combustible está un 3,6% más barato que entonces (el litro sale a cinco céntimos menos, al pasar de aquellos 1,37 euros a los actuales 1,32). El ejemplo de la gasolina de 95 es válido para los casos de los dos tipos de diésel y los 98 octanos, que de hecho son algo más caros.

Pese a la progresiva bajada de precios, ir a la gasolinera es un 46% más caro que a comienzos de 2021

Es verdad que en julio, en el pico de la crisis energética, llenar un tanque de 55 litros costaba 80,3 euros –la media de los cuatro tipos de combustible con descuento incluido–, mientras que ahora sale por 77,66 euros. No en vano, los precios han bajado un 15% desde entonces. Sin embargo, a comienzos de 2021, antes de la ola inflacionaria, repostar con ese mismo coche salía por unos añorados 53,32 euros, la friolera de un 45,6% menos que ahora. Ni con los 20 ni por supuesto sin los 20 céntimos –una medida paliativa y no correctiva– se ha vuelto a esas cifras.

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