El incremento de los costes acaba con 62 granjas lecheras de Canarias

Los ganaderos estiman que han desaparecido el 11% de las explotaciones de producción láctea caprina

Varias vacas en una granja del Archipiélago.

Varias vacas en una granja del Archipiélago. / María Pisaca

El incremento de los costes de producción al que han tenido que enfrentarse los ganaderos canarios a lo largo de todo el año pasado ha acabado con más de 60 granjas lecheras del Archipiélago. Así lo estima la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, que detalla que en las Islas han desaparecido el 11% de las explotaciones caprinas que se dedicaban a la producción láctea, el 6,9% de las de ovejas y el 1,2% de las granjas de vacas que tenían la producción de leche como su principal actividad. De esta manera, y de acuerdo a los números del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se habrían visto obligadas a cerrar 30 granjas de vacas, 13 de ovejas y 19 explotaciones bobinas en Canarias asfixiadas por los incrementos en el precio del forraje o la electricidad. 

Los productores han calificado a 2022 como un «año nefasto» para el sector lácteo, con un aumento de los costes «sin precedentes» que no se ha traducido en un incremento significativo del precio de la leche que les haga volver a ser rentables. 

La organización ha destacado que el año pasado se incrementaron de forma considerable los costes de producción, principalmente de los piensos, con subidas de en torno al 40% respecto de 2021. ¿El principal motivo? La guerra de Ucrania encareció de forma sustancial muchos de los granos que se utilizan en la alimentación animal. Una subida que se sumó a la que ya venían experimentando debido a la escasez generada en los países productores y también al alza de los costes para su transporte. Por lo que, los ganaderos pagan ahora hasta un 50% más caro el pienso si se compara con los precios de 2020. Al desembolso en la alimentación hay que añadir el aumento de la electricidad, la mano de obra, el gasoil y los productos veterinarios. 

Unos cierres por sobrecostes, que alcanzan las 1.642 explotaciones a nivel nacional, que han provocado una fuerte caída de la producción. En total, se han producido 60.000 toneladas menos de leche en todo el país, una cifra que supone un descenso del 1,8% de leche de oveja, 2,2% de la de vaca y 2,2% de la de cabra, respecto al año pasado. 

Unión de Uniones criticó ayer que la industria solo ha considerado subidas razonables de precio por litro demasiado tarde, cuando la leche comenzaba a escasear, lo que no sólo ha provocado los cierres, sino que a las pocas explotaciones que siguen adelante no les salgan los números.

Los ganaderos canarios lanzaron durante todo el año pasado un SOS a la industria y las administraciones para denunciar la crítica situación que atravesaban. El Gobierno de Canarias activó ayudas extraordinarias, que el sector consideró insuficientes ante la intensa subida de todos los costes.

Tanto a nivel nacional como local se redobló la presión sobre la industria para forzarla a actualizar el precio que pagaba por cada litro de leche, que los ganaderos aseguraban que estaba por debajo de los costes de producción. Algo que, de acuerdo a la Ley de Cadena Alimentaria, es ilegal. 

En mayo, el litro de leche de vaca pasó de pagarse a 48 céntimos a 54. Un precio que todavía está muy por debajo del coste del producción que según los ganaderos ronda los 63 céntimos. Por lo que la Ley de Cadena Alimentaria, que impide que ningún eslabón venda por debajo de lo que ha pagado, sigue sin cumplirse. 

Precio de la leche de cabra

Ocurre lo mismo con los precios que se pagan por la leche de cabra. El coste de producir cada uno de ellos asciende a 1,19 euros y ni queseros ni supermercados la compran ni de lejos por esa cifra. Así lo asegura Manuel Expósito, presidente de la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate), quien ratifica que a pesar de que los precios por litro se incrementaron «algo», «sigue sin ser suficiente».

Bajo su punto de vista, las ayudas extraordinarias que se han activado tanto a nivel regional como estatal han ayudado a paliar la sangría en el cierre de explotaciones. «Si no hubieran existido habrían sido muchísimas más», insistió.

En lo que sí que no ha cumplido con su compromiso el Gobierno de Ángel Víctor Torres es en mantener reuniones mensuales con el sector para analizar la situación. El año pasado solo se celebraron tres y este 2023 todavía no han sido convocados. 

Ante las dificultades a las que se enfrentan los ganaderos, muchos no ven otra salida que sacrificar a parte de su ganado ante la imposibilidad de poder mantenerlo. De esta manera, el sacrificio de vacas en los mataderos de Gran Canaria y Tenerife ha experimentado un incremento por encima del 20% con respecto a los datos del año 2021. También ha aumentado mucho el sacrificio caprino, con un crecimiento de un 63% en Gran Canaria.

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