Iniciativas empresariales | La redes sociales, rentan

La marca de moda entre los ‘tiktokers’ ya factura 11 millones

Nude Project cuadriplica sus ingresos en un año y quiere abrir dos tiendas más en 2023, ejercicio que centrará en consolidarse

Álex Benlloch (izquierda) y Bruno Casanovas, en las oficinas de Nude Project en Barcelona.

Álex Benlloch (izquierda) y Bruno Casanovas, en las oficinas de Nude Project en Barcelona. / Laura Guerrero

Paula Clemente

Pelo varios centímetros más corto, pero misma cara de niño ilusionado. Bruno Casanovas mira hacia la cámara que sostiene su socio, Álex Benlloch, y dicta sentencia enfatizando cada palabra con un gesto de bolígrafo. «25 de junio de 2020. Este día yo digo que vamos a tener una empresa que va a estar valorada en más de un millón de euros». Dos años y medio después, esa cifra supera los 11 millones y Nude Project, la marca de ropa que diseñaban entonces en casa de la abuela de uno de ellos, ha llegado hasta artistas como Delaossa, Rauw Alejandro, Karol G e incluso hasta las nietas del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Su primera tienda, situada en Madrid, se ha pasado todo diciembre con colas en la puerta; su segundo local, en Valencia, se acaba de inaugurar con gente acampando en la entrada desde la noche anterior. Y en otro orden de logros, unas 200 personas en España llevan su logo tatuado.

«Es mágico: tenemos una filosofía o forma de comunicar que sentimos que en España no existe y que a nosotros, como dos freakis del emprendimiento y del arte, nos encanta», expone Casanovas. «Es la forma cómo comunicamos, cómo entendemos las redes», aventura Benlloch. Porque Nude Project es marca de ropa, pero también un pódcast de entrevistas a emprendedores y artistas, y un canal con casi medio millón de seguidores en TikTok e Instagram.

La historia se remonta a varios años atrás, al momento en que un Bruno de 10 años se muda a Bali (Indonesia) con sus padres. Allí se convierte en estudiante de un colegio internacional. El joven Bruno, rodeado de culturas de todo el mundo, decide años más tarde lanzarse a colgar vídeos de su vida en Youtube. Álex, un joven de Burgos de su misma edad, los ve. Ambos se siguen mutuamente en redes sociales y conectan hasta el punto de quedar y conocerse en persona cuando Bruno vuelve a España para iniciar la universidad.

«Nos conocimos a los 18 y a los dos meses empezábamos la marca», recuerdan hoy. «Es la magia que ha tenido nuestra generación con las redes, que seguimos al mismo tipo de gente y hablamos prácticamente de lo mismo», analizan.

Este año su plantilla ha crecido hasta los 45 trabajadores y se han mudado a unas nuevas oficinas

Y lo que arrancó con 20 camisetas que estamparon y vendieron entre familia, amigos de clase y compañeros de residencia (uno de los grandes factores de circulación, por cierto, ya que las llevaron a todas partes de España) se ha convertido en la marca de moda entre la generación TikTok. El negocio, afincado en Barcelona, facturó 1.000 euros el primer mes; 600.000, el primer año; 2,5 millones de euros, el segundo, y más de 11 millones, el tercero, 2022, el 340% más. Ha sido este ejercicio en el que han pasado de 12 a 45 trabajadores y en el que se han mudado a unas oficinas en la avenida del Paralelo que ya se les han quedado pequeñas.

Además, en contra de lo que se lleva en negocios tan jóvenes y que crecen tan rápido, ambos emprendedores prometen que la suya es una empresa rentable que da beneficios, aunque los inviertan todos en seguir creciendo. La mayoría de las prendas de Nude Project cuestan entre 50 y 80 euros, se diseñan en Cataluña, se fabrican entre Portugal y Turquía, y se venden en todas partes. La clave ha sido su alcance en las redes sociales, pero también abrir la primera tienda física en Madrid y arrancar con lo que han llamado Nude tour: tiendas temporales en ocho ciudades del país, en locales que tenían desde rampa de skate hasta puestos de tatuajes gratis, siempre que estuvieran relacionados con la marca.

Tan bien ha ido el experimento en terreno físico, que la semana pasada pusieron en marcha un establecimiento permanente en Valencia y ya lo tienen todo atado para abrir otro el mes que viene en Barcelona, en los aledaños de Puerta del Ángel. Esta ciudad, que es donde la empresa tiene su sede, ha acabado siendo la tercera en disponer de tienda por la dificultad de encontrar un local relativamente céntrico y que respondiera a sus necesidades.

El siguiente paso será abrir un local fuera de España (barajan Alemania, Italia o Portugal), donde ya envían el 30% de los pedidos, pero quieren lograr una relación tan estrecha con los clientes como la tienen aquí. En cualquier caso, el objetivo básico en 2023 es sentar las bases para que su éxito no sea fugaz.

«Sabemos que superaremos con creces lo que hemos hecho este año, pero no estamos tan centrados en esa cifra como en solidificar la marca, sentar las bases del producto para que dentro de 10 años la marca siga aquí», declara Benlloch. «Tenemos mucho respeto al mundo de la moda, queremos evitar ser una marca de origen marquetiniano que luego caiga muy rápido», completa. Por eso, dice, pudiendo abrir 15 tiendas en España, prefieren abrir solo tres. «No queremos abrir tiendas a lo loco», concluye Casanovas. «Queremos dar pasos muy sólidos, que cada tienda que abramos sea una experiencia única y que dure allí puesta 10 años».

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