Consolidación jurídica para afianzar el desarrollo de la región macaronésica

En 2010 se celebró la primera Cumbre de la Macaronesia. A aquella reunión entre Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde asistieron ministros españoles y portugueses, y hasta el primer ministro caboverdiano. Dos años después debía celebrarse el segundo encuentro, pero la alianza se fue desinflando y no llegó hasta 2018. La cooperación entre estos territorios, desiguales en su nivel de desarrollo pero con realidades comunes, empezando por su ubicación geoestratégica, depende en buena medida de la consolidación de esa unión de intereses.

¿Cómo lograr estar siempre en la agenda de la política de vecindad de la UE? "Una agrupación europea de cooperación territorial". Esa es la fórmula apuntada por Ángel Llorente, buen conocedor de la realidad de la Macaronesia. Existen en toda Europa 82 estos instrumentos y de nueve de ellos son protagonistas ya España y Portugal. En sus años de estudio, este exjuez y exmagistrado ha concluido que estas figuras en las que debe haber, al menos, "dos regiones europeas y un tercer país" de fuera de la UE, es la que mas solidez puede aportar.

Existen 82 agrupaciones europeas de cooperación territorial activas

De esa manera se evitarán esas demoras en el caminar de una región archipelágica con gran protagonismo en, por ejemplo, el tráfico marítimo internacional; hoy en día, el 70% de las mercancías se concentran en tan solo 20 rutas, varias de ellas con paso por las Islas. Este miércoles se ha inaugurado en Las Palmas de Gran Canaria, la tercera Cumbre de la Macaronesia. Según la cadencia acordada en 2010 debería ser la séptima.

¿Por qué no ha cuajado el proyecto? A tenor de lo debatido este miércoles, "mantener el interés" y llenar de contenido la iniciativa de manera continuada requiere de fondos que sirvan para mantener la maquinaria en marcha y financiar al personal que la haga funcionar. Difícil conseguirlo si no hay un grado de presión suficiente a la hora de personarse ante quienes confeccionan los presupuestos europeos.

Difícil conseguirlo si no hay capacidad para ejercer un grado de presión suficiente a la hora de personarse ante quienes confeccionan los presupuestos europeos. La agrupación europea de cooperación territorial aludida por Llorente ejercería ese rol de lobby cuando toque hablar de dinero en la capital belga. El más claro ejemplo es el programa Interreg MAC, sobre el que no existe discusión. Si en el primigenio solo estaban Senegal, Cabo Verde y Mauritania, en el último (2021-2027) se han sumado, Gambia, Ghana, Costa de Marfil y Santo Tomé y Príncipe.

El protagonismo caboverdiano en este ámbito lo demuestra el protagonismo que tiene en «el 70% de los proyectos», europeos desarrollados en la Macaronesia, insistió Llorente. La justificación de creación de la AECT no parece admitir discusión. Para gestarla y sostenerla, el experto en leyes puso sobre la mesa varias posibilidades. La primera de ellas pasa por que sean las propias regiones archipelágicas española, portuguesas y Cabo Verde los que faciliten los fondos necesarios para el funcionamiento. Sin embargo, no es la única manera.

La mejor manera de encontrar acomodo a la AECT es la segunda edición del programa Integra

Ángel Llorente recordó que el programa MAC 21-27 incluye una partida para la mejora de la gobernanza en los países que lo integran y la de estos con los territorios europeos macaronésicos. La última fórmula, «y es la mejor», apuntó, es encontrar acomodo a la AECT en la segunda edición del programa Integra, en el que ya está incluida esta III Cumbre de Macaronesia que hoy finaliza. En cualquier caso, es una cuestión a solventar desde ya pero que no verá la luz al menos en «tres años», detalló Llorente. Ese es el plazo antes del que el exjuez no estima posible que pueda existir una estructura definida plasmada en unos estatutos y el preceptivo convenio multilateral.

Los ámbitos sobre los que debe girar la operativa de esa agrupación europea de cooperación territorial son múltiples. Germán Blanco, de la empresa ATM Grupo Maggioli, ha elaborado los libros blancos de la Macaronesia, que establecen cómo operar en cada uno de esos terrenos: turismo y comercio; economía azul, economía verde y circular, y economía digital basada en el conocimiento.

Turismo y comercio; economía azul, economía verde y circular, y economía digital basada en el conocimiento son los nichos comunes

El primer paso que dio Blanco fue determinar si, efectivamente, esos «macrosectores» son los que deben atenderse y los que con mejores garantías pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los más de tres millones de personas que habitan en alguna de las 29 islas que integran la Macaronesia. 

Obtenido el visto bueno por la vía del estudio de la situación, Blanco explicó que se encontró con evidentes y grandes diferencias en torno al grado de desarrollo que los distintos nichos de negocio tienen en unas y otras latitudes macaronésicas. Por ejemplo, el índice Unctad, generado a partir de las frecuencias, tamaños de embarcaciones o número de navieras, entre otras variables, otorga 4,29 a Cabo Verde; 62,27, a Portugal, y 89,70 a España.

Siguiendo con la elaboración de ese plano de situación, el Air Connectivity Index, elaborado por IATA (International Air Transport Association), tiene a España situada en la octava posición mundial; a Portugal, en la vigésima novena, y a Cabo Verde, en el puesto 126.

Habrá más o menos carencias, pero todos los archipiélagos tienen en la conectividad una de sus más grandes necesidades

La realidad no es la misma, claro está, pero sí los intereses. Habrá más o menos carencias, pero todos los archipiélagos tienen en la conectividad una de sus más grandes necesidades a satisfacer. Del mismo modo que tampoco en materia energética están en el mismo punto, pero todos ellos saben que tienen que ceder espacio a las fuentes renovables.

Más claro aún. El reciclaje de residuos es otra tarea inexcusable y en la que más terreno resta por recorrer a todos los territorios macaronésicos. Sin embargo, la horquilla es muy amplia y va desde el 24% que ya alcanza Azores hasta la inexistencia absoluta de esta labor en Cabo Verde.

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