Economía circular para no dejar a nadie atrás

La Organización Internacional del Trabajo calcula que, en 2030, se habrán creado 24 millones de nuevos empleos relacionados con la sostenibilidad y la economía circular. Este nuevo modelo de producción y consumo utiliza y optimiza los stocks, los flujos de materiales, el gasto energético y la gestión de residuos, para conseguir un uso más eficiente de los recursos.

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Los productos deben diseñarse para ser reciclados y, una vez han terminado su vida útil, esos mismos residuos deben poder recuperarse y reintroducirse en la cadena de producción. El objetivo de la economía circular es, entre otros, reducir el impacto ambiental del ciclo de vida de los productos. Además, supone una oportunidad para fomentar la inclusión social y laboral, formando a personas con discapacidad para que tomen un papel activo y acorde a las nuevas demandas del mercado.

Un futuro más inclusivo

Según el INE, en España hay casi dos millones de personas con discapacidad en edad laboral, pero solo una de cada cuatro está actualmente trabajando y los contratos no llegan al 1,6%.

Economía circular para no dejar a nadie atrás Un operario de Recycling4all en la planta de la compañía.

Además, las personas con discapacidad han desempeñado tradicionalmente puestos fácilmente automatizables y, por tanto, en riesgo de desaparición. “Hay que incorporar a estos colectivos desde el principio. Si no estamos presentes en esta nueva economía, la brecha existente entre las personas con discapacidad y el resto se va a ampliar”, asegura Daniel-Aníbal García, secretario de Finanzas de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe).

Recycling4all es un ejemplo de cómo aunar economía circular e inclusión laboral. Este proyecto, impulsado por Fundación Repsol e ILUNION, nació para gestionar a gran escala residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), de cuyo tratamiento se extraen materiales como el hierro, el cobre, el aluminio y las tierras raras, para que puedan reutilizarse en otros dispositivos.

Esta tipología de residuos es la que más crece año a año. De hecho, se estima un crecimiento anual en torno a 2 millones de toneladas, lo que quiere decir que en 2030 tendríamos un volumen de RAEE, generados solo en ese año, de más de 74 millones de toneladas. “Se trata de un problema relevante, porque solo un 20% se está gestionando de manera adecuada a nivel mundial”, explica Pedro Antonio Martín, director general de ILUNION Reciclados. Europa es el continente que más RAEE genera per cápita, produciendo algo más de 16 Kg por persona y año. Sin embargo, es el continente que mejor trata estos RAEE. “Pasamos del 20% mundial a un 42,5% en Europa, con lo que duplicamos el dato de residuos tratados”, aclara Martín. En España, cada ciudadano produce una media de 12,5 Kg de RAEE al año, cifra que se sitúa ligeramente por debajo de la media europea.

En este escenario, Recycling4all da empleo a 109 personas con discapacidad, el 66% de su plantilla. Cuentan con 12 centros, de los cuales dos de ellos son plantas de tratamiento de residuos, que se ubican en Campo Real (Madrid) y en La Bañeza (León). Esta última emplea a 59 personas con discapacidad (el 88% de la plantilla) en un entorno rural, donde este colectivo tiene más dificultades de encontrar empleo.

En opinión de Pedro Antonio Martín, esta actividad necesita convertirse en referente, porque “ha sido capaz de crear una unidad de apoyo para acompañar a los trabajadores en todo momento y evaluar si se necesitan adaptaciones en los puestos de trabajo”.

Como hemos visto, la economía circular es un motor económico y social, que no solo contribuye a reducir los residuos que generamos, disminuyendo la huella de carbono en los procesos de producción de los productos. Supone además una oportunidad de generar empleo y de paso, ofrecer oportunidades de inserción laboral para las personas con discapacidad, que también quieren, y pueden, formar parte de este cambio.

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